Sam bajó las escaleras rápidamente mientras se vestía para ir a clase, llegaba tarde como de costumbre, sin apenas terminar de comer la tostada del desayuno, salió a toda prisa camino al instituto.
Era un día bastante soleado. Sam llegó justo a tiempo a clase, estaba cansado de haber corrido para no llegar tarde, al entrar en el aula, un chico le puso el pie a modo de zancadilla, lo que provocó que Sam se tropezara, y así provocar la risa de algunos de los compañeros de clase.
Sam: Me pregunto por qué serán tan infantiles... *(Pensó Sam para sí mismo)*
Los días en el instituto se hacían más y más eternos, cada minuto era más largo que el anterior. Los pasillos estaban repletos de miradas penetrantes, algunas de desprecio, otras de rencor... y otras simplemente de odio sin motivo aparente.
En el patio del instituto se juntan los alumnos de todas las clases, como en todos los centros. Sam casi todos los días sufría los constantes actos de acoso por parte de una banda de maleantes rebeldes que había en su instituto, los cuales eran de los jóvenes más peligrosos y conflictivos de la ciudad, todos les temían. Este grupo estaba liderado por un chaval llamado Suso, tenía un historial de lo más completo para su edad, sus padres murieron cuando él era pequeño y desde entonces vivía con sus abuelos, hacía lo que quería sin obedecer a nadie y eligió la mala vida metiéndose en peleas callejeras, tráfico de drogas... entre otras cosas a cada cual peor.
Suso era mayor que Sam, este le hace bullying desde que entró en secundaria, sin motivo aparente, simplemente por puro odio hacía su vida misma, para desahogarse descarga su ira pegando o maltratando a los demás, Sam siempre le sonreía y le ponía buena cara pese a todo el mal que le hace pasar día a día este delincuente, esto le hacía enfadar aún más.
Suso vio a Sam a lo lejos, cerca de la pista de baloncesto, este se acercó hacía él.
Suso: Hombre Sam cuanto tiempo, ¿que tal estás? Hacía tiempo que no te veía. *(Le dice mientras le rodea bruscamente del cuello con su brazo)*
Sam: Ehhm bueno... es que me puse malo el Lunes, por eso no pude venir esta semana hasta hoy. *(Dijo con la voz temblorosa y con bastante miedo)*
Suso: Bueno que tal si vamos a nuestro lugar favorito y allí me das lo que me debes ¿qué te parece?
Sam asintió con la cabeza.
El lugar al que se refería Suso era un callejón que había en un lugar apartado del patio del instituto, el cual estaba en obras, apartada de la zona de los profesores y no había cámaras de seguridad.
Una vez llegado hasta allí le dijo Sam con cierto temor.
Sam: Esta semana no puedo darte mucho Suso, lo siento pero es que no tengo dinero, y mi madre no me presta más, no puedo hacer nad-
Sam fue interrumpido por un puñetazo en el estómago por parte de Suso, el cual hizo que se arrodillara del dolor.
Suso: No pasa nada, hoy me has pillado de buenas así que te lo dejaré pasar, pero la semana que viene quiero el doble, si no ya sabes lo que toca.
Al rato, Suso y Sam volvieron a la zona principal del patio y allí les esperaba el resto del grupo de Suso.
Suso: Bueno Sam ya sabes, que no se te olvide. *(Dijo guiñándole un ojo mientras iba hacía donde estaban los otros maleantes.
Sam asintió una vez más con una sonrisa pese al dolor, esa sonrisa que tanto odiaba Suso.
Las horas se hacen mucho más largas cuando no se está a gusto en un lugar o cuando uno está aburrido, es como si se viviera en una eternidad monótona la cual no tiene fin.
*Sonó la campana*
Sam: Uf, bien, por fin es la hora de irse a casa.
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The Sleepwalking Demon
HorreurSam es un joven desafortunado en la vida, la cual le trata muy mal cada día. Su padre murió cuando él era un niño en extrañas circunstancias, su abuelo, la única persona la cual le mostraba algo de cariño, también falleció cuando Sam tenía 12 años...