Brillo nocturno

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La luna brillaba como siempre en Hyrule.
Era medianoche, y todo Hyrule se encontraba cómodamente descansando, aliviados de que Ganon ya no existía.

Todo el reino, excepto un rubio.

-Iré a tomar aire.

Link poseía un notable gesto de preocupación en su cara, y la razón de todo esto eran sus sueños.

Ciudades en llamas,gritos de agonía, y sobretodo...
A cierta princesa sufriendo.
Y él, no podía hacer nada. Una versión sombría de él lo terminaba controlando; y con el propio filo de su espada, acababa con la familia real de Hyrule.
Luego de eso, despertaba sobresaltado.

Así había pasado el último mes para Link. Aunque todo el reino estaba tranquilo, sus defensores no.

La misma princesa tenía visiones terroríficas del futuro, pero decidía ignorarlas, aunque eso era una mentira para ella misma.

Link estaba escribiendo en la mesa de su hogar, sin poder dormir.

Inconscientemente, escribía de alguien.
Al dormir, notó que un pequeño lazo rojo estaba enredado en su dedo meñique. Pensó que era un sueño, y simplemente lo creyó así. Y aunque el destino no sea absoluto, es inevitable.

El pequeño cuaderno en el que Link escribía era su diario. Lo tenía desde que despertó en el Santuario de la Vida, justo cuando inició su odisea.

Zelda dormía profundamente, y por eso no le prestaba atención.

El chico estaba reflexionando en todo. Sentía que conocía a Zelda desde vidas pasadas, pero no podía ni confirmarlo, ni desmentirlo. Pero,¿por qué Zelda?

Ella era la regente de su hogar, y él un simple caballero diestro en la esgrima.
Tenía presente que sus antepasados eran héroes, aunque eso no le daba la explicación del "lazo" entre él y Zelda.

Decidió dejar su diario en la mesa, para luego salir a darse un refrescante baño al aire libre.

Zelda se despertó asustada por el sonido de la puerta, pero al ver que era Link quien salió se relajo. Con curiosidad, la joven bajó las escaleras, y vió un cuaderno abierto en la mesa de la cocina.

Eso fue un grave error para Link.

-Estará mal leer?-se preguntó Zelda.

Inevitablemente, terminó leyendo.El diario tenía escrito:

"Para Zelda:

Sin ti, el mundo es una noche sin luna.
Un día sin sol.
Pero tu eres una luna que me ilumina en los momentos más oscuros.
Y un sol que me ayuda a mantener la luz dentro de mí.

Tengo miedo de algún día olvidarlo todo... Y eso es porque ahora tengo muchas cosas importantes para mí.
No cosas, sino personas.
Personas como tú "
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Hola, aquí Nyan.
Creo que me he puesto algo cursi, y me disculpo si los agobia. Aunque, me es inevitable.
No es por alardear ni presumir, pero ahora que tengo pareja, mi lado "romántico" quiere salir a flote, y de alguna manera me libero aquí. Si causo alguna molestia al momento de leer, díganme.
PD: El texto entre comillas lo he escrito yo. Por favor, no lo publiquen en otra historia. Gracias!
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Zelda se sonrojó ante el texto escrito, y miles de preguntas de formularon en su cabeza.
Pensó que lo mejor sería preguntarle a Link para tener información concreta, pero vaya sorpresa se llevó.

Al salir de la casa, en el estanque situado al oeste del hogar de Link, el héroe de Hyrule estaba relajado disfrutando del agua.

Se lograba apreciar el bien marcado cuerpo de Link, a pesar de tener 18 años.

Link estaba sumamente relajado, disfrutando de lo lindo de la naturaleza.

Zelda se quedó perpleja ante tal hombre, situación que la distrajo, y esa distracción le hizo caer de la colina donde estaba.

Desafortunadamente para ella, calló suavemente al agua, quedando empapada. Y cambiando de suerte, su caída no provocó ningún ruido. Esto lo comprobó al ver a Link en el mismo estado de antes.

Al llevar puesto solamente un camisón y un pequeño short, la ropa de la monarca se transparentó. Ella no se dio cuenta, pues estaba fascinada con el
Hyliano.

Extrañamente, un grupo de bandidos pasaba por ahí, y ver a Zelda en ese estado despertó muchas cosas.
Lamentablemente, la rubia ni se dio cuenta de que tres personas estaban detrás de ella.

Y cuando sintió que algo andaba mal, la mano de uno de ellos ya le talaba la boca.

Tan grande fue el susto de Zelda, que se desmayó.

Al despertar, la rubia se encontraba acomodada en su cama. Ella descubrió a Link intentando sanarse, pero todos sabían que Link nunca tuvo la habilidad apropiada para ser médico.

Dejándose caer en el sofá, Link cerró los ojos.

La Leyenda de Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora