Pholcidae (Hannor)

Capítulo 3

Pholcidae

Por farouche (AnonymousSinner)

Traducción por Alyssa S.

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Nota del autor: No tengo idea que como trabajan los departamentos de policía y Google no es de mucha ayuda que digamos, así que, disculpen si existe algún error.

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Capítulo 3

La estación central del DPD está repleta de gente. La primera vez que llegó a ella gracias al coche patrulla que enviaron por él, los civiles se aglomeraban en la recepción, y cualquier fila que pudo haber estado allí parecía haber sido deshecha desde hacía mucho. Un grupo de manifestantes se encontraban afuera del recinto, gritando toda clase de frases en contra de los androides.

—Ah, mierda. Sígueme, por aquí nos moveremos más rápido. —El oficial Wilson, el hombre que había venido a recogerlo, parecía casi avergonzado por la escena con la que se toparon al llegar. Apresurando a Connor a salir del carro y a entrar al vestíbulo, agachó su cabeza para evitar el contacto visual. Connor no hizo lo mismo.

—¡Maldito pedazo de hojalata! —Uno de los manifestantes le gritó, arrojando una botella de lo que parecía ser agua en su dirección. Ellos lo ignoraron.

—Aquí, entra al ascensor. En el piso 70, ¿está bien? El capitán Fowler te está esperando —Y con un empujón impaciente, Wilson se había ido, desapareciendo entre la multitud. Connor, sin darle otro pensamiento al comportamiento de aquel que lo acompañó, entró al ascensor.

Estaba nervioso, pensó una vez las puertas del ascensor se cerraron y se puso en marcha. Bueno, quería decir inseguro. No tenía un protocolo para seguir. Lo cual era bueno, lo sabía, pero a la vez era algo desconcertante.

Agarró la moneda en su bolsillo. El ascensor hacia un ruido suave por cada piso que pasaba.

Sería más fácil si tuviera un recinto designado, se dijo; pero en su lugar, tendría que pasar de un departamento a otro. Tenía sentido ya que eso podrá a prueba su capacidad de adaptación, pero se interpondrá en sus relaciones con sus compañeros de trabajo.

El ascensor se detuvo. Connor lanzó la moneda de su mano izquierda a la derecha, capturándola con dos de sus dedos.

—¿Puedo ayudarte en algo? —La mujer en el mostrador le preguntó. Se veía cansada, y un escaneo rápido le revelo que estaba usando el mismo atuendo del día anterior.

—Sí. El capitán Fowler me está esperando —afirma Connor, y ella gruñe.

—Cierto. El androide. Olvidé que eso iba a pasar. Muy bien, continua —Ella le entrega una tarjeta y le hace un gesto hacia las barreras. Connor sigue caminando.

La oficina era más tranquila aquí. La conversación era nula y todos parecían centrados en sus trabajos. A su derecha, había una sala de cristal con el nombre de Fowler escrito en la puerta. Connor echa un vistazo a su entorno y se siente extrañamente aliviado de que nadie parece haber notado su presencia aún. Se dirige a la oficina de Fowler y llama a la puerta.

—¿Sí? —El capitán Fowler está en su escritorio, encorvado sobre su computadora, los dedos volando sobre el teclado. Levanta la vista con una expresión de descontento, pero cambia a una de sorpresa cuando ve a Connor de pie junto a la entrada.

—Hola. Me llamo Connor. Soy el androide enviado por Cyberlife.

—Llegas temprano —dice Fowler, y se frota los ojos con cansancio—. No te esperábamos hasta por otra hora.