Corrompidos por la oscuridad [Karmaland/Yaoi]

Aquello que no queria ser.

Nota: no se nada de psicología y creo que Auron tampoco así que se hace lo que se puede 😅

Luzu.

— ¿está es tu casa?  — pregunto sonriendo entrando al bunker de su nuevo vecino.

— si — se río algo apenado el pelinegro — se que es una mierda pero estoy a gusto aquí además planeo mejorarla.

— pues yo te veo muy bien — el castaño paso una mano por las paredes sonriendo — Puedes contar conmigo para lo que necesites ¿Si? Ah ¡si! — salió corriendo y regresó en cuestión de cinco minutos — ten.

El dueño del hogar extendió las manos hasta su vecino y en estas recibió un pequeño pollito.

— ¿Qué es...?

— tendrás que tener tus propios rebaños y gallineros y supongo que es bueno para empezar ¿no? Aunque si gustas siempre puedes subir y tomar un par de mis vacas no me molestaría, los demás lo hacen incluso sin mi permiso.

El menor se río y acurruco a la pequeña ave en su pecho.

— creo que prefiero conservarlo como mascota.

Las mejillas del mayor se tiñeron de un suave tono rosa, enternesido por la acción de su vecino.

— b-bueno, como tu prefieras claro, si es así — se descoloco la mochila que llevaba buscando algo, cuando lo encontró la sacudió un poco y se la entregó — es una etiqueta, puede atarse a su patita o al cuello que no le molestará y podrás nombrarlo.

— oh muchas gracias, gracias por esto Luzu.

— no hay de que Auron.

°

Tomo el pico de diamante de la entrada de su casa y salió por las escaleras traseras de su casa, bajo ellas había una puerta semi escondida entre los pliegues de la montaña entró por ella y llegó hasta aquel lugar secreto.

Un cuarto completamente negro a excepción de el trazado camino de lava que formaba una cruz que se expandia por todo el cuarto iluminandolo lo recibió, en medio de este había una mesa de encantamientos con un libro sobre ella que debido a la magia parecía estar escribiendo solo, rodeado de estanterías con libros viejos dedicados a la magia negra que había recolectado y escondido hace mucho debido a lo prohibidos que eran.

Ahí los susurros en su cabeza aumentaban y la voz principal se reía a carcajadas.

Paso por el cuarto hasta otra puerta que lo llevaba un corredor expandido con más puertas a su largo, cada una de las habitaciones era similar a la primera.

Entró por la tercera puerta donde había una mesa bastante amplia y repleta de artefactos de investigación, no iba hablar de cuanto tiempo se había tomado haciendo aquello, pero había sido alrededor de dos meses, donde se encerró enteramente a construir aquel refugio, a llenarlo y batiendo su cabeza con la única compañía inquietante de aquella voz que le exigía tomará acción contra los traidores.

Dejó el pico en la entrada y se sacó la sudadera y se colocó un par de guantes y un delantal para luego acercarse hasta la mesa.

°

— con que en verdad eres psicólogo eh — se recostado en la orilla del escritorio de aquella oficina observando los diplomas.

— te lo había dicho ¿no?

— si lo se pero, no te me ofendas — se cubrió la boca ocultando una sonrisa apenada y divertida — creí que era una broma.