LA CONCUBINA FAVORITA (SasuMitzu-SasuHina)

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-Eh Mitzu, tu acosador no ha vuelto en tres días desde la última vez- dijo la rubia compañera de trabajo de la castaña, tratando de esa manera llamar la atención de esta-

La castaña no le respondió, solo seguía con su trabajo de preparar una orden para uno de los clientes.

-Tal parece que ya no regresara- dijo insistente hacia la castaña mientras la miraba por detrás-

-Ese no es nuestro problema, y deja de hablar de él y trabajemos ¿si?-

-Eres taaan aburrida, no se como se fijo en ti, pero si tan solo le hubieras hecho caso tal vez, tal vez ahora estarías en su casa gigante, llena de lujos y comodidades- decía fantasiosa al imaginarlo-

-Él no estaba interesado en mí y yo tampoco lo estoy, a él solo le gustaba molestarme- respondió la castaña con tranquilidad y serenidad mientras arreglaba una de las mesas antes abrir la tienda de pastelillos-

-Empiezo a creer que tienes razón, está bien entonces dejémoslo en el olvido si no vuelve, pero si lo vuelvo a ver por aquí le preguntaré directamente que es lo que quieria de ti al siguirte-

La castaña nuevamente no respondió y siguió con su trabajo en cambio su amiga resignada también continuó con lo suyo.
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Ahora vayamos con el azabache....

-Su alteza, empiezo a sospechar que no hay nadie aquí, todo está tranquilo desde que entramos en la zona indicada- dijo uno de los soldados que inspeccionaba al lado del segundo príncipe aquella zona de la cual recibiera la alerta-

-Eso es lo que más me preocupa- respondió el azabache con el ceño fruncido mientras miraba atentamente a los alrededores-

De pronto unos sonidos se escucharon de los arbustos, todos los soldados se pusieron en posición de defensa mientras rodeaban al segundo príncipe para protegerlo ante todo, el azabache había elegido a los mismos soldados que irían con él y se aseguró que estos sean los más leales y no se equivocó en elegirlos. El azabache en cambio también se encontraba en posición de defensa.

Pero algo o mejor dicho alguien salió de aquellos arbustos, era un niño.

-No, no me lastimen por favor- suplicaba arrodillado aquel niño frente a aquella tropa de guerreros-

-No te haremos daño pero explica del por que estas en un lugar así- Ordenó el oficial más cercano al niño-

-Yo vengo cazar de vez en cuando por aquí pero vi a otros hombres armados como ustedes y me asuste, por eso estaba culto en esos arbustos -explicó el niño aun llorando y arrodillado frente a estos-

-Levántate y muestra tu rostro niño- ordenó con simpleza el azabache de ojos oscuros como la noche-

El niño aun asustado se levantó apenas para luego mirar a aquellos hombres frente a él.