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Mientras todos los presentes esperaban la esperada sentencia del azabache hacia el crimen cometido por la castaña, este se mantenía en silencio con la mirada seria y fijada sobre su cabizbaja castaña, tratando aún de encontrar una manera de salvarla de ese atroz castigo, el cual no aceptaría de ningún modo para la única mujer que había logrado que su frío corazón sintiera algo.

De un momento a otro su mirada se posó sobre aquel pelinaranja, el cual mantenía su mirada en alto, mostrando con el de que no había hecho nada malo para estar custodiado por aquellos dos guardias.

Sin duda parecía saber la razón por la que Mitzu había escapado, pudo deducirlo al estudiarlo con su mirada, así que lo interrogaría y lo averiguaría en ese momento.

Si su testimonio era de ayuda, se aseguraría de que hablara, incluso si no lo era, lo obligaría a hacerlo.

-Comandante Asano de la segunda división -mencionó con un tono sereno- ¿estoy en lo correcto? - preguntó hacia este con una mirada filosa-

-Así es su majestad- afirmó sereno el pelinaranja custodiado aun por aquellos dos guardias de cada lado-

-¿Sabes qué posición ocupa la mujer que esta a tu lado cierto? - preguntó con la mirada penetrante-

-Si, es la primera concubina del emperador- respondió aun sereno con su mirada hacia el frente-

-Conociendo su posición ¿puede decir el comandante qué hacía con ella fuera de palacio? - preguntó con un tono serio, con la mirada de la ojiluna posarse sobre el por breves segundos-

-"No puedes evitar mostrar tu celos ni en estos casos ¿no es así?"- se preguntó la ojiluna con la expresión serena, pues todo ello comenzaba a volverse normal, comenzaba a creer que ya no era necesario lastimarse más al mostrar como el azabache lograba herirla sin ninguna consideración- "Aún me duele pero no debo mostrarlo más ante tanta gente"- se dijo como último mientras suspiraba en silencio para sí misma-

-¿La emperatriz se encuentra bien?- preguntó aquel pelinaranja dirigiendo su mirada hacia la ojiluna, la cual se hallaba sorprendida por su pregunta ¿acaso lo había notado? Pero ¿cómo?, además ignorando a un lado la pregunta hecha por el azabache –

Pero tras aquella pregunta no solo la ojiluna se encontró sorprendida sino también el azabache y todos los presentes, los cuales dirigieron sus miradas también hacia la ojiluna-

-Estoy bien- se apresuró a responder sintiéndose un tanto nerviosa por la repentina atención puesta sobre ella- ¿Por qué lo pregunta el comandante? -preguntó nuevamente serena pero aún curiosa sobre ello-

-Por un momento me pareció de esa manera, disculpe usted su majestad- respondió sereno mientras inclinaba su cabeza-

-No- trató de continuar, pero fue interrumpida por el azabache-

-Si la emperatriz terminó su conversación con el custodiado ¿le parece bien si continuamos con lo que estábamos? - preguntó un tanto reacio y ¿molesto? el azabache con su mirada filosa e indiferente hacia el frente-

-Me disculpo- respondió esta un tanto dolida mientras daba una corta reverencia en forma de disculpa hacia este-

-Ya no importa- dijo este soltando un suspiro pesado al sentir el tono triste de la ojiluna- encierren al comandante, continuaré con su interrogatorio más tarde en las celdas- una vez que terminó de dar su primera orden, hizo una pausa para que aquello se llevara a cabo de inmediato, una vez que el pelinaranja fue retirado dio su siguiente orden- la concubina Mitzu estará privada de libertad en su recinto hasta que se habrá el juicio nuevamente- dijo con pesar mientras la miraba castamente, inmediatamente para ponerse de pie y salir de allí hacia su habitación-

LA CONCUBINA FAVORITA (SasuMitzu-SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora