Los pasajeros subieron hace unos minutos, y su equipaje ya fue acomodado en el compartimiento del avión. Dos amigos tuvieron la fortuna de haber podido sentarse juntos, a diferencia de otros conocidos entre los pasajeros. La incomodidad de tener que lidiar con la presencia de un extraño sería fatal para cualquiera, incluso para estas dos futuras estrellas:
Murdoc y Stuart eran compañeros de banda, se conocían hace dos años, protagonistas del prólogo de su propio grupo.Así que con esa confianza, los dos se zambulleron en un viaje en el que tendrían esas vacaciones que siempre creyeron merecer. Habían acabado de grabar su primer álbum, y consideraban que eso era suficiente como para perderse un rato y olvidar el trabajo.
Mientras que sus otros compañeros buscaban directores para el debut definitivo de su banda, bajista y vocalista prefirieron huir un rato de esa responsabilidad. Siendo Murdoc el líder, no habría consecuencia si se salía de vacaciones aunque no fueran fechas. Stuart lo siguió, ya que estaba. Aunque le tuviera pavor a las alturas, creyó que si Murdoc lo distraía durante el viaje, se olvidaría de ese pequeño asunto de estar volando al par de las nubes.
Fue una mala suposición. Murdoc lo dejó al lado de la ventana y lo abandonó cuando se colocó auriculares con música saliendo de su walkman a todo volumen. Encima, cerró los ojos, como si fuera a tomar una siesta de ese modo.
El avión estaba ya despegando, y los nervios del peliazul le ganaron cuando se sintió el primer movimiento, inquieto, empezó a sacudirse en su asiento, viendo por la ventana, aterrorizado de la distancia que empezaban a tomar del suelo.
Desvió su atención de la ventana y se obligó a mirar a su otro costado.El azabache se sintió observado, y cuando abrió los ojos vio a su amigo con la mirada fija en él. Apagó la música un momento y le tomó interés a Pot.
2D no se apartó a pesar de ser una incómoda escena. Tenía miedo de ver hacia la ventana.
Murdoc le preguntó su asunto, pues empezaba a sentirse raro. Stu entrecerró los ojos y en silencio, señaló a su derecha.
Una ligera turbulencia sacudió al avión, y a la estabilidad del joven. Se negó a abrir los ojos y sin darse cuenta, se aferró al brazo de su compañero, casi clavando lo poco de uñas que tenía. Los niños en los asientos de al lado empezaron a burlarse del miedo de 2D, presumiendo que ellos no sentían ni una pizca de pánico.
Niccals los miró mal, sacando esos filosos dientes y arrugando la expresión para formar una mueca que los asustase. Surtió efecto increíblemente.
Tocó la cabeza azul del chico —que ya se había escondido en su brazo—, diciéndole que nada pasaba. Stuart se fue levantando de a poco, despeinado y con el rostro incómodo.
Murdoc lo inspeccionó, y sin dudar, lo invitó a escuchar junto a él su playlist que sonaba en su walkman. 2D asintió, ya se sentía algo mareado pero aún así sonrió de buen modo.
Y cuando cada uno se puso un auricular en cada oreja, el bajista descubrió que la ventana tenía una cortina. Quizás su amigo no la descubrió antes por estupidez o por la ansiedad, pensó. Así que la cerró para que ambos, ya con un poco de luz tenue, se echaran una siesta hasta el final del viaje.A Stuart le impresionó la facilidad de Murdoc para quedarse dormido tan deprisa. Él no se durmió, pues se quedó muy entretenido escuchando y saboreando el gusto musical de su durmiente amigo. Unas horas después, la señorita azafata anunció que pronto se haría el aterrizaje en la pista del aeropuerto de Jamaica.
...
Luego de pasar por la agobiante cantidad de inspecciones y tramites, finalmente llegaron a las escaleras que los liberaban de ese ahogante aeropuerto.
Murdoc las bajaba con rapidez, radiante.
Stuart lo seguía, intentando mantener el ritmo de su amigo. No había pegado un ojo en todo el viaje, y se sentía exhausto.Pero cuando ambos salieron por las puertas automáticas, sintieron cómo el alma se les caía al suelo:
¿Que hacían ahora?
Ninguno conocía algo de ese lugar.
Lo único que tenían era la vaga dirección del hotel.
2D abrió la boca, para hacer la obvia pregunta.
Murdoc se apresuró a interrumpirlo.—Tomaremos un autobús, Face-ache —comentó, mientras se aferraba la dirección escrita en un papelito entre sus dedos—. Debe haber una estación en alguna parte...
—¿No crees que es mucho mas fácil tomar un taxi? —sugirió Pot—. Hay unos ahí, mira —Señaló.
Murdoc lo miró, como si hubiera dicho la mayor ridiculez existente.
—¡Claro que no! —Casi gritó, indignado—. Los taxis son para idiotas. Tienes que pagar lo que el marcador indique, y los infelices bajan la velocidad a propósito. Además, estás obligado a mantener una incómoda conversación con el conductor. ¡No es para mí!
Stuart se dio cuenta de que le convenía quedarse callado.
Ambos mantuvieron una larga y cansadora caminata en línea recta hasta que, por fin, encontraron su ansiada parada.
Este trayecto fue tan extenso, especialmente, porque el bajista se negó a entrar a un local y pedir indicaciones, cegado por su orgullo.Además, tuvieron que acarrear sus pesadas valijas, llenas de una cantidad de ropa inusual para sólo vacacionar dos semanas.
Se sentaron a esperar el transporte, agradeciendo al fin algo de descanso para sus pies. Pero lo vieron acercarse rápidamente y no tuvieron tiempo ni de reunir su equipaje. Stuart lo detuvo a penas, estirando el brazo y casi golpeando a Murdoc en la cara.
El chofer vio lo desordenados que eran y no tardó en llamarlos "raros" en voz baja.
Pagaron el boleto, y apenas hecho, el autobús arrancó de golpe. ¡No había ni esperado a que alcanzaran sus asientos! Stuart se fue para atrás, gracias a su mal equilibrio. Pero Murdoc reaccionó y lo atrapó, con maletas en mano y todo. 2D volteó tímidamente a agradecer, pero enseguida, Niccals se lo sacó de encima y le dijo que lo olvidara. ¡Eso sí había sido raro!
Pasaron entre la gente con su equipaje, recibiendo extrañas miradas que fingían ser ciegas. Se sentaron en el fondo, pues estaba vacío y ofrecía tentadora comodidad para ellos y sus cosas.
Notaron enseguida lo diferente que era a un autobús inglés. La diferencia cultural les dio un severo golpe cuando empezaron a ver por la ventana.
Murdoc miraba las direcciones de los edificios, esperando acercarse a la escrita en su papel. Y Stuart observaba bien atento esos locales de comida, haciéndose auto sufrir, pues moría de hambre.
Cuando Niccals decidió que era momento de bajar, volvieron a moverse incómodamente a través del pasillo hasta que el chofer se dignó a abrir la puerta tras burlarse un poco.
Así, tuvieron que caminar seis cuadras extras hasta el hotel porque se habían pasado de la parada. Fue una mala llegada, pero Stuart apresuró el paso cuando Murdoc le dijo que había mandado a preparar una comida como bienvenida durante la reservación.Ahora quien intentaba seguirle el paso al otro, era el azabache al peliazul.
omg, con rrubbish estamos re emocionadas de presentarles esto. Es una historia en conjunto agsls ♡
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❝Jamaica❞ 2doc/Studoc
Fanfictionᴵ'ᵐ ᵃ ᵐᵒᵈᵉˡ ᵗʰᵃᵗ ᶤˢ ᵘᶰᶜᵒᵐᵖˡᶤᶜᵃᵗᵉᵈ ᵞᵒᵘ ᶜᵃᶰ ᵖˡᵃʸ ᵃ ʰᵃᵖᵖʸ ᵗᵘᶰᵉ ᵒᶰ ᵐᵉ˒ ᵇᵘᵗ ᵈᵒᶰ'ᵗ ᵗᵘʳᶰ ᵐᵉ ᵒᶠᶠ Murdoc y 2D huyen de las responsabilidades del culmine de su primer álbum. Se van de vacaciones a un hotel, en Jamaica. Colaboración con @rrubbish