Five: Sleepover

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Con la cabeza envuelta en una toalla, Murdoc le avisó a 2D que ya podía entrar al baño. Éste se dio prisa y se metió sin vacilar. Ya tenía su cambio de ropa a mano. Cerró la puerta. Murdoc habría usado las únicas toallas del baño, porque no tardó en notar que no tenía una toalla disponible para secarse, aunque no hubiera mucho qué secar en realidad. Durante la espera de su acceso al baño, su piel ya había absorbido la humedad que su juego provocó. Así que sólo ignoró la toalla húmeda que su compañero abandonó, y la que se llevó para secar su cabello.

Se miró al espejo y contempló el reflejo de su cara. El pelo le caía sobre la frente, y estaba pegado a su nuca y cara. Desde sus caderas hasta las rodillas, sentía un aire helado. La tela del traje de baño estaba mojada. La temperatura por esa zona andaba baja.
Se apresuró en quitárselo. Eso y las sandalias.

Los reemplazó por pantalones anchos y una camiseta holgada. Se sintió invadido por la calidez de las prendas, pero dejó de ser agradable cuando el calor del ambiente volvió a saludarlo.
Sin embargo, a 2D le encantaba dormir con ropa cómoda puesta. Se tuvo que aguantar. Sacudió su cabello una vez más, y buscó tontamente una secadora en el baño. Se decepcionó al no hallarla.

Allá afuera, Murdoc prendía el televisor mientras se acostaba en la cama. Tenía una toalla hecha bola que rodeaba su cabeza.

Se volteó a mirar a Pot, que salió del pequeño baño, cerrando con agresividad la puerta de forma accidental. A los dos les dio un ligero sobresalto.

—¿Qué ves? —preguntó al ver la tele encendida, tranquilamente, sentándose al lado del bajista.

Su cabello, aún humedo, esparcía pequeñas gotitas de agua por toda la sabana. Murdoc observó esto, como si fuera el único en darse cuenta.

—Nada en general, sólo estaba poniendo canales al azar —Vio a 2D de reojo, y sintió un extraño arrebato de gentileza.

Le entregó el control y empezó a quitarse toalla que tenía sobre su cabeza. Mechones de su flequillo se repartieron, despeinados, por toda su frente. Extendió la toalla a su amigo: —Está un poco humeda, pero puede servirte...

Harold la tomó. Sonrió a Murdoc, mientras le dirigia un agradable «¡Gracias!».
La puso alrededor de su cabello, al igual que Niccals anteriormente. Stu le devolvió el control remoto.
Ambos se quedaron observando el televisor por unos momentos.
Unas desagradables noticias de un accidente de coche ocurrido en un vecindario de Londres protagonizaba el noticiero por el que se detuvo a ver la hora.
Murdoc se apresuró a apagar el televisor, arrugando la nariz. Eso podría arruinar el agradable ambiente del día.

Salió un rato al balcón, y se alejó por un momento. Se encendió un cigarrillo, mientras 2D volvía a encender la televisión. Él sí tenía ganas de verla y no entendió por qué el azabache la apagó de repente.

Cuando se recostaron para irse a dormir, su mano rozó ligeramente la de Stuart, provocándole un escalofrío que le recorrió toda la espina dorsal. El otro no lo notó, pero éste lo miró de reojo, esperando ver una reacción similar a la suya, esperando no sentirse muy estúpido. Pero en vez de eso, se acordó de las almohadas extra. Los malditas almohadas.

—Ehm, ¿Face-ache? —preguntó, cuando el joven estaba a punto de apagar la luz que se encontraba en su mesita ratona.

—¿Sí? —Se había quitado la toalla de la cabeza sin pasarse un peine, así que tenía un look algo gracioso.

—Tú, ehm... —No podia parar de pensar en que sería una pregunta estúpida—. ¿Sabes dónde están las almohadas? Para ponerlas aquí...

Las mejillas de 2D se pintaron del mismo carmesí que tiene una rosa. Rápidamente, optó por mentir.

❝Jamaica❞ 2doc/StudocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora