Finalizada: Mi pequeña esclava [Jenlisa G!P]

Cap 06 El Robo

—Comenzaremos las expediciones la próxima semana. Me gustaría hacer
esto porque me parece que es un problema que debemos atender y se ha descuidado desde hace bastante tiempo.

La mesa de consejeros se quedó en completo silencio ante las palabras de
Lisa.

—Insisto, es necesario. Por un lado, se vaticina el crecimiento importante
de nuestro círculo, pero no podemos seguir ignorando que los Omegas
representan la mayoría de la población, así que tenemos que hacer un plan que nos permita aprovechar esa situación.

—Mi señora –dijo uno de ellos con cierto tono condescendiente-, esa gente es de lo peor. Se ha confirmado demasiadas veces y es un hecho que no podemos obviar.

—Lo sé, pero no quita que sea necesario estudiar más al respecto. Esto es un estudio, una expedición que haré por mi cuenta, con el apoyo de la seguridad y unos cuantos de ustedes. Nada más.

—Puede ser el principio de situaciones complicadas, mi señora. Esa gente no es de fiar, reúne todo lo nefasto del mundo. Sus abuelos lo sabían muy bien.

El uso de ese argumento fue tan fastidioso que sólo se limitó a quedarse callada. Sabía que el tema de sus abuelos era delicado, así que el simple hecho de que los nombraran, le parecía un acto muy bajo.

—Apartando eso, cosa que ya todos conocemos bien, es importante. Se
desperdicia el potencial relevante para convertirnos en una potencia frente a otras ciudades-estados. Es un modelo obsoleto que podemos mejorar si nos lo proponemos. Les insisto, para su tranquilidad, sólo consiste en un estudio previo. De ello tomaremos las decisiones necesarias.

Se levantó de la silla y se despidió sin darle la oportunidad de los demás
de siquiera debatir al respecto.

Salió del lugar como si sus pasos estuvieran expulsando fuego. Se adentró en su oficina y llevó sus manos a la sien, permaneció en silencio por un largo rato y trató de tranquilizarse. Era obvio que tendría que hacer frente a un muro muy grande, pero aun así, no le importaba. Ejercería la presión que fuera necesaria.

La tenacidad de Lisa le valió el visto bueno –a duras penas- del consejo, así
que los preparativos no se hicieron esperar. La noticia, sin embargo, no fue tan bien recibida por la comunidad Alfa en general. La gente se sintió escandalizada al darse cuenta de que su líder, su representante más importante, parecía desafiar las normas más estrictas impuestas.

—Mi señora, tenemos todo preparado para salir en cuanto antes.

—Perfecto, partimos en cinco minutos.

Lisa echó un vistazo a la ventana que tenía en su oficina y se quedó
allí por un rato. Miró de nuevo ese paisaje que mostraba la grandeza y lujo de los Alfas, las calles acomodadas y bien organizadas de los Betas y, más allá, cerca del horizonte, la oscuridad de los Omegas. Respiró profundo y salió de allí preparada para asumir una misión importante.

Un grupo de 10 hombres distribuidos en un anillo de seguridad, la
resguardaban. Abandonaron el gran edificio y se fueron con paso veloz.
Dejando a gran parte de la gente, con la duda a flor de piel y con la
incertidumbre de lo que podría pasar.

En el coche, Lisa se dedicó a escuchar las instrucciones del líder de equipo
de seguridad quien le decía qué hacer en caso de emergencia. Mientras el
hombre le hablaba, ella sólo parecía notar un ruido incomprensible que salía de su boca. Estaba nerviosa y ansiosa, no sabía exactamente por qué.

Era un día como cualquier otro, Jennie estaba en las calles tratando de
encontrar algo interesante, lo suficiente para distraerla del sentimiento de aburrimiento que sentía en ese momento.