*Necesito hablar contigo*
Avente el teléfono a la mesa, no quería saber nada más de nadie, me sentía enfadado, triste y decepcionado ¿Cómo una sola persona podía cambiar todo tú mundo en un instante?.
Preparé algo para comer Aunque después lo termine dejando, mejor descansaría un poco, necesitaba apagar mi mente que me golpeaba con todos los recuerdos de hoy, miles de imágenes paseaban por mi cabeza, recriminandome sobre mi conducta ¿Que has hecho Adrien?.
Unos golpes increíblemente fuertes me hicieron despertar, me sentía muy atontado y miré el reloj. Las 7 pm, había dormido casi 4 horas.
Los golpes no cesaban ¡por Dios que desesperado! —Ya voy —grité colocandome una playera.
—¿Porque no me contestas? —Gritó furiosa —Te he enviado mil mensajes y te he llamado tanto —busque mi teléfono con la mirada, aún permanecía en la mesa —Necesito que hablemos Adrien, no puedo estar tanto tiempo así, odio que estemos peleados por algo tan insignificante —Le hice espacio para que accediera a mi departamento.
—Se me olvidó el teléfono y me quedé dormido —Parecia un pretexto muy tonto, pero era verdad
—Necesitamos hablar, no puedo durar más tiempo así —Sus ojitos estaban llorosos y su nariz roja, toqué su mejilla por inercia su piel era suave como de un bebé. —Perdóname por ser tan estúpida, te juro que eres lo más bonito que tengo en mi vida —Las lágrimas empezaron a bajar con rapidez por sus mejillas.
No pude contestar nada aún me sentía lastimado pero no porque ella me hiciera sentir mal,si no porque odiaba hacerla pasar por todo esto, ella podía ser feliz con quién quisiera y a pesar de todo me había escogido a mí.
—Entre Leo y yo no hay nada y sé que no confías en mí por lo tonta que fuí, pero te juro que no podría volverte a lastimar Adrien, por favor perdóname —Me miró con súplica y sentía como mi corazón se partía y se volvía a juntar en una sola pieza.
Me aproximé y la envolví en un abrazo, siendo sincero yo tampoco aguantaba el estar enojado por tanto tiempo con ella, aunque en realidad no era que estuviera molesto me sentía insuficiente y creo que eso es peor.
—¿Ya comiste? —Sus ojitos dudosos contestaron, Creo que si algún día me preguntarán qué es lo que más me gusta de ella, solo podría contestar que todo. —Hice Enchiladas Suizas y muero de hambre —una boba sonrisa apareció en mi rostro cuando ví su carita iluminada.
—No he comido nada, también muero de hambre —Sonrío se le formaban dos oyitos cerca de la comisura de sus labios, para mí eran muy bonitos, hasta sus defectos la hacían más perfecta.
Dicen que la perfección no existe pero cuando te enamoras cualquier detalle de la persona que amas te hace admirarla y verla imperfectamente perfecta.
—Sabes tenemos casi 3 semanas sin ir al gimnasio —Dijo mientras yo sacaba dos refrescos de cola
—Yo si he ido —Su mirada se clavo en mi arqueando una ceja —He estado yendo en las mañanas antes de ir a la universidad
—Sonreí inocentemente—No puedo creerlo Adrien, has estado yendo sin mí, tu no creas que yo voy para tener un cuerpazo si no para que ninguna resbalosa te coquetee —Rei fuertemente
—Cuando voy no hay casi nadie, a parte he estado ocupado entrenando no me fijo en nada. ¿Quieres ver una película? —Cambie de tema y me senté a su lado
—por supuesto pero yo elijo la película
—Bueno, pero que sea una de terror —Sabia que odiaba las de terror o las de suspenso porque se la pasaba gritando toda la película
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Siempre Has Sido Tú
Teen FictionSegundo libro de "Quiéreme" Eliza Taylor en este libro ya ha crecido ya no es la chica tonta y débil que vimos en el primer libro, su relación con Adrien es más estable así como con todas las personas que la rodean. Pero no todo será color de rosa...