Mi primer beso con Makoto

Extra 1: Todos necesitamos recuerdos...

En algún lugar de la ciudad, día después de la fiesta de cumpleaños

Cuando Sousuke abrió sus ojos, con algo de esfuerzo, pudo verse a sí mismo con el pecho descubierto y con una sábana blanca tapando sus partes nobles. Tardó en asimilar que había un enorme espejo en el techo, justo sobre la cama, reflejándolo tanto a él como a otra persona a su lado, totalmente enrollada en una manta.

Al intentar incorporarse, ese movimiento le causo un espantoso dolor de cabeza. Llevó ambas manos a sus sienes, como intentando aplacar la molestia. Al tragar saliva se dio cuenta que tenía la garganta seca y con un extraño sabor agrio. Debido a esto, su pensamiento estaba más aletargado de lo usual, tardó varios segundos en darse cuenta que estaba ocurriendo.

Recordaba que anoche estaba en un cumpleaños. El cumpleaños de Makoto, su novio.

Recordaba el tierno beso, su primer beso con el chico de sus sueños.

Luego... había cierta neblina en su memoria. Recordaba algo vago, como que salieron del Gonpachi Nizhiabu para continuar la fiesta en un bar... Hubo bullicio, juegos, alcohol...

Hasta ahí, todo bien, pero después... ¿Qué fue lo que pasó?

Su desconocido acompañante se movió al exhalar profundamente, lo que sobresalto a Sousuke. Se percató que, de donde supuestamente debía estar la cabeza, sobresalían unos mechones de pelo castaño.

"Oh, demonios... no me digas qué... no me digas qué anoche Makoto y yo..." pensó instantáneamente.

Un inesperado recuerdo vino a su mente: recordó la cara sonrojada de su novio y como lo tenía sujeto de la mano. También recordó la sensación de ser sujeto por la cintura por una mano varonil y cálida, y él lo sujetaba del hombro con firmeza, confiado en sus pasos, ingresando a cierta puerta en cuyo dintel estaba un llamativo cartel de neón con un enorme corazón decorativo.

"¿Qué has hecho Sousuke Yamazaki?" ser recriminó a sí mismo "¡Lo prometiste! Respetarías a Makoto, no forzarías las cosas ¡¿Es que acaso eres un animal?!"

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un gran bostezo proveniente del desconocido. Con horror, Sousuke vio cómo se desenrollaba de la manta frente a él. Quería desaparecer, esconderse, ya que no sabía cómo encarar a su novio después de desflorarlo estando ebrio. Se sentía tan indigno.

Su acompañante extendió sus brazos, desperezándose, emulando a una mariposa saliendo de su crisálida, pero, en este caso, era un atractivo muchacho de pelos castaños... que no era Makoto.

La boca de Sousuke se torció en un gesto de espanto total. La cara del muchacho le devolvió la mueca. Ambos abrieron la boca, estupefactos y palidecieron súbitamente.

Sousuke brincó de la cama, apuntando, con la mano temblorosa, a su compañero de cama.

─ ¡Natsuya Kirishima!

─ ¡Sousuke Yamazaki! ─ le respondió─ ¡¿Qué me hiciste?! Estoy... ¡Estoy desnudo! ─ exclamó al inspeccionar su cuerpo.

─ ¡¿Qué yo te hice?! ¡¿Qué me hiciste a mí?! ─ gritó Sousuke.

─ ¡Tú aun tienes la ropa interior puesta! ─ lo que era cierto y Sousuke recién evidenciaba ese detalle─ ¡Así que el ofendido aquí soy yo!

Antes darle una respuesta, escuchó el sonido de una puerta abriéndose a sus espaldas. Giró en el momento justo para ver como ingresaba una tercera persona a la habitación. Esta tenía todo seña que acababa de tomar un baño: el cabello mojado, una toalla alrededor de su cuello y otra envolviéndole el cuerpo cintura para abajo.