CAPÍTULO 4: MALA ACTITUD

1.2K 13 0
                                    

Omar nos conduce por algunas calles que yo no había conocido nunca y en poco tiempo terminamos en la carretera. Al fin nos libramos de ellos.

"¿Están bien?", pregunta Omar.

"Si", contestamos los dos a la vez.

Christopher continúa diciendo, "Omar, ya que estamos aquí nos llevas al Lago que tanto me gusta por favor". Yo me quedo pensando y sin poder evitar dar mi opinión digo, "estás loco, el Lago está casi a dos horas de aquí".

"Llegamos en una hora y media", dice Omar guiñando el ojo por el retrovisor.

El sueño me está matando, bostezo y bostezo hasta que Christopher se contagia también. Se mueve un poco en el asiento y yo me ofrezco como almohada. Se recuesta sobre mí y me nace acariciar su cabello, es muy suave y brilla tanto como sus ojos.

El tiempo corre sin notarlo y llegamos a nuestro destino. Se levanta y luce descansado y feliz, yo también lo estoy, no sé cómo explicarlo pero hay algo en su energía que me da paz.

"Sabes que hace mucho frío, aquí llueve siempre", le digo. "Si, por eso vamos a usar esto", responde mientras pone sobre mis hombros un abrigo gigante y él toma otro igual.

El paisaje es hermoso y aunque lo he visto muchas veces, nunca lo he disfrutado con alguien que me guste tanto como él.

"Prometí hacer un Instagram Live, ¿está bien?".

"Claro", respondo mientras cierro el abrigo hasta la capucha dejando solo un pequeño agujero para respirar y ver algo. El suelo está resbaloso y me cuesta caminar sin deslizarme.

Comienza la transmisión y no tiene que esperar mucho para empezar a hablar, "Hola, buenos días CNCOWNERS, ¿cómo están?, este video va a ser un poco diferente porque miren donde estoy", dice y da vuelta a la cámara para mostrarles con detalle las montañas y el Lago.

"Qué bonito día estoy pasando", dice mirándome fijamente. Responde algunas preguntas, manda saludos y de repente mi grito ahogado dentro del abrigo hace que deje su teléfono y se lance para atraparme antes de que yo pueda tocar el suelo.

"¿Te hiciste daño Bonita?", me pregunta con cara de preocupación. Estamos tan cerquita que el calor de su aliento me abriga.

"No", respondo de inmediato para deshacer el espejismo y nos quedamos recostados sobre el pasto un par de minutos riéndonos de mi torpeza. Me doy cuenta de que su teléfono está en el piso pero sigue conectado. No creo que nos hayan visto pero seguro nos escucharon.

"Perdón, fue un pequeño resbalón. Estamos bien no se preocupen", dice volviendo a tomar el celular. Las preguntas no tardan en llegar: ¿Estamos bien?, ¿quienes estamos?, ¿con quién estás Chris?.

"Estamos bien mi celular y yo", responde riéndose tan encantador como siempre. Termina el vivo poco después y se reúne conmigo para dar un paseo por el sendero.

Pone su brazo sobre mis hombros y me dice, "esto es solo por si acaso".

"No necesito que me cuides, no voy a volver a caerme. Estaba distraída pero ya no va a pasar otra vez", le digo quitando su brazo.

"Como quieras pero yo no estaría tan seguro", responde sonriendo. Cierra los ojos por un momento y vuelve a hablar, "¿sabes qué?, prefiero no correr el riesgo" dice y lo siguiente que se es que estoy subida sobre su espalda luchando para que me suelte.

"Deja de moverte, no te voy a bajar. Yo te traje, yo soy el responsable de que nada te pase OK!".

Lo dejo salirse con la suya porque, aunque me saca de mis casillas, me gusta que no tenga miedo de demostrar que le importo.

CUANDO ME MIRAS ASÍ (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora