War, Love and Zombies.

Capítulo II (1ra persona Mía)

     Cansada de huir y no tener un lugar donde estar segura, me acuesto en medio de la ruta principal del pueblo, que, si bien estaba destrozada, en sus días solía transitarla para dirigirme al laboratorio farmacéutico en el cual trabajaba.

     Recuerdo aquellos días, qué infeliz era aportando mis saberes a la Gestapo*, aún así, por más deplorable que fuese, al menos tenía a mi abuelo, su afecto, sus comidas y cada uno de los detalles que hacían que mi día a día fuera un poco menos miserable.

     Se dice que debemos ser inconformistas, pero en este momento prefiero conformarme con un poco de compañía y un plato de comida a estar sola en medio de una calle vacía, sin rumbo, sin nadie, sin esperanza. Meses hacía que no bebía agua en condiciones salubres, meses que el ese líquido esencial no recorría mi piel purificándola de todo miedo y enfermedad, meses sin tener contacto con alguien cuerdo y pensante.

     Mi aspecto era vergonzoso. Mi ropa, la cual en algún momento fue de algún color bonito, eran trapos andrajosos que ni siquiera alguien usaría para limpiar. Aún así, no era nada que me importase demasiado, las necesidades primarias, cuando uno se encuentra en una situación extrema, son necesariamente priorizadas por un mero instinto de supervivencia.

     La farmacia de mi abuelo se encontraba en Racom City, pero mi hogar estuvo en Funes Hills, un barrio residencial a 30km de Racom, por eso mismo tampoco tenía dirección alguna, nunca había salido de aquel trayecto, del laboratorio a casa y viceversa, no tenía cómo orientarme. Ese domingo en que todo cambió, no pensé qué hacía, ni cuál era mi destino, tan sólo me alejé en la dirección del viento huyendo de la muerte.

     Ensimismada en mis pensamientos y en el vacío de mi estómago, escucho el rugir de un motor a lo lejos. De inmediato, me pongo de pie y observo acercarse una patrulla, el corazón se me aceleraba de tan sólo imaginar que no parase en mi rescate. Dispuesta a quedarme en medio de la ruta para forzar que se detenga, cierro los ojos confiando en que no me atropellará.

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Glosario:
          *Gestapo: La Gestapo fue la policía secreta oficial de la Alemania nazi, dirigida desde 1936 por Reinhard Heydrich hasta su muerte en el atentado de Praga en 1942.