Capítulo VI (1ra persona Mía)

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Cuando oí que David nombró la companía para la cual trabajabamos junto a mi abuelo, me quedé helada y las manos comenzaron a sudarme.

La Gestapo, además de ser la policía encargada de investigar cualquier tipo de tendencia que resultara peligrosa para el Estado, era la encargada de dirigir a los laboratorios, su respectiva investigación y producción de armas bacteriológicas.

Mi abuelo sabía lo que hacía, para quiénes contribuía, pero aquello era necesario, residir en aquel barrio privado no era gratis, mucho menos lo era vivir cómodos, por eso tuvimos que callar nuestros pensamientos y servir a Alemania.

Para dispersar a David, además de contarle mi labor farmacéutico, agregué cuáles eran mis deseos de estudio, junto con una frase algo pesimista, para que provocara en él deseos de contener aquellas ganas mías de estudiar normalmente.

Inmediatamente después de que Leon me responda, acota con sequedad que estamos llegando a la ciudad, donde seguramente estaba la estación de policía.

Observo el pueblo que rodeamos con el auto, se me vienen a la mente algunos recuerdos de cuando era chica y vivía allí con mis padres.

Mis progenitores, fueron las personas más despiadadas y crueles.

Cuando era tan sólo un neonatal, decidieron darme en adopción a mi abuelo para que él se encargara de mi crianza y demás deberes, ya que ellos no podían tenerme por sus trabajos.

Siempre me lo pregunto, el por qué me regalaron tan despiadadamente, por qué no pudieron darme aquella niñez con unos padres presentes, una vida normal.

Cuando por fin entramos a la ciudad , estando a tres cuadras de la estación de policía un camión se nos aproxima de frente.

La rapidez con que todo sucedió no me dio tiempo a siquiera entrar en pánico.

David intentó esquivarlo.

En los últimos segundos de lucidez lo vi maniobrar con rapidez, pero fue el vano el intento de pasar de el.

Lo último que sentí antes de perder el conocimiento, fue ese vértigo provocado por las vueltas y sacudones que el auto dio antes de estrellarse contra el piso.

War, Love and Zombies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora