Capítulo IV (1ra Persona Mía)

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     Tardé en reaccionar ante la situación por varias razones. No comía hace bastante tiempo y aquel era el primer contacto con alguien luego de unos cuantos meses, sin mencionar que el individuo me estaba apuntando con un revólver.

     Mientras me apuntaba con su arma, gritó bastante alto la típica frase de los policías.

《¡Policía! Ponga las manos arriba e identifíquese》pensé en mis adentros preguntándome el porqué de aquella frase.

     Haciendo caso omiso a esa oración, por miedo a que una bala me atraviese, levanto las manos con nerviosismo. Me quedo inmóvil y lo miro durante unos segundos esperando que no dispare.

     —Soy Mía, no soy un zombie —dije rápido y sin pausas.

     Observé que relajó su semblante cuando notó que reaccioné ante su demanda.

     Se acercó a mí lentamente, guardó su objeto de defensa y me tendió la mano.

     —Soy el agente David Kennedy. ¿Su apellido? — pregunta con tono demandante, típico de alguien con ese rol en la sociedad.

     Le tomo la mano y me quedo callada.

     Al preguntar mi apellido, mi abuelo se hizo presente en mi memoria. La tristeza de su pérdida era reciente, pero el miedo y el instinto de supervivencia me mantenían de pie.

     —Soy Mía Schulze, apellido alemán.

     Premedito si debería tratarlo de usted o tutearlo, opto por la primera opción puesto que no lo conocía e imponía respeto por su profesión.

     —Le agradezco por detenerse oficial Kennedy, hace meses que deambulo en busca de alguien. — agrego mirando el suelo y avergonzándome por mi aspecto.

     —¿Meses?, ¿Estaba perdida en el bosque? Hoy estuve patrullando y hasta hace unas horas pasaban autos normalmente por la ciudad de Racom.

     —¿No sabe lo que sucede? — Le digo con asombro y le relato brevemente el panorama.

     —Desde hace unos meses la gente comenzó a contagiarse con un virus letal e incontrolable. Tengo la teoría de que la propagación comenzó en Funes Hills, un pueblo donde yo vivía, queda a 30km de aquí. Allí el primer contagiado fue mi abuelo, terminó muy mal. En sus últimas etapas se convirtió en algo que no quisiera haber visto jamás.

     ─Entiendo. En ese caso creo que lo más apropiado será dirigirnos a la armería de la policía, ¿quiere venir conmigo?- pregunta mirándome a los ojos.

     Si lo había parado de aquella manera, claramente quería ir con él, pero omití aquel comentario para no parecer descortés.

    —Sí, por favor.

War, Love and Zombies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora