I
La nieve teñida de rojo era todo lo que Ho Seok podía ver a su alrededor. Se sentía débil, mareado y cansado; herido y a expensas de un frío invernal que, con su cuerpo sobre la gélida nieve, notaba calarle hasta los huesos. La nieve era fría y estaba mojada, pero había dejado de ser blanca, no quedaba ni rastro de esa inmaculada blancura y en cambio era todo carmesí.
Mirara donde mirara era todo color carmesí.
Todo lo que veía era sangre, todo lo que olía era sangre. Sangre y unos pies cuyas botas tan cubiertas de rojo como la nieve hacían difícil distinguir dónde comenzaban éstas y dónde lo hacía la nieve.
Al principio no lograba entender qué estaba ocurriendo, se sentía tan febril y tan aturdido que el olor a hierro tapaba el aroma a cerezas y anís que flotaba en el ambiente; que su vista cansada y emborronada no lograba adivinar por qué todo era rojo de pronto o quién era la persona que estaba de pie delante de él. Si era un peligro, si era un amigo.
Una vez descubrió de qué se trataba, deseó haber continuado con esa confusión mucho más tiempo.
Porque no era todo rojo del todo, porque no estaba solo él en medio de ese gigantesco y macabro charco de sangre.
Pedazos de cuerpos sin vida se desperdigaban por todas partes. Extremidades, huesos, carne, vísceras. Una sangría atroz. Y sus ojos pronto subieron con terror hasta la persona que continuaba en pie con vida delante de él, con los ojos inyectados en sangre y la ropa cubierta de rojo.
Ki Hyun.
La persona causante de semejante barbarie era el amor de su vida. Su alma gemela.
Un monstruo.
Lo pensó Ho Seok y reverberó en los oídos de Ki Hyun como si realmente esas palabras hubieran sido dichas en voz alta.
Consiguió que Ki Hyun empezara a llorar nada más sus ojos se encontraron con los de Ho Seok.
El murmuro débil de una disculpa alcanzó los oídos de Ho Seok antes de que Ki Hyun retrocediera, antes de que se diera la vuelta y abandonara ese sangriento y frío escenario a toda prisa, desapareciendo entre los árboles y dejándole allí solo, sin saber que Ki Hyun levantó el primer pie de la nieve con ni la más mínima intención de volver a acercarse a él nunca más.
II
Se levantó de golpe, sobresaltado y cubierto en sudor. Su corazón golpeaba tan fuerte contra sus costillas que parecía querer salírsele del pecho.
Respiró hondo y deseó poder decirse a sí mismo que aquello no había sido más que una pesadilla, que era solo su mente distorsionando sus peores miedos.
Pero era real. Todo aquello que en situaciones difíciles le había impedido dormir había terminado sucediendo. Su cama estaba vacía. Ki Hyun no estaba. No quedaba si quiera ni un solo rastro de su olor en su piel, en las sábanas de su cama, en la poca ropa que conservaba de él.
Se mordió el labio al escuchar la respiración pausada de alguien más en la habitación y sus ojos se desviaron lentamente hasta la otra cama que había en el dormitorio y en la que descansaban Min Hyuk y Joo Heon. El suave aroma a miel y rosas de Joo Heon apenas se percibía por encima del olor intenso y fuerte a almendras y nueces que emanaba el alfa que tenía abrazándole por la espalda de forma protectora. No quería despertarles, lo último que deseaba hacer era perturbar el sueño de esos dos pequeños ángeles que eran sus crías, aunque no tuviera ninguna vinculación sanguínea con ninguno de los dos.
Se levantó despacio de sobre las sábanas empapadas en sudor de su cama y se acercó hasta ellos. Se arrodilló frente a ambos y les acarició los cabellos con cuidado antes de darle un beso en la frente primero a Min Hyuk y después a su hermano menor.
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Snow Garden » Omegaverse. Kiho, Hyungheon. MONSTA X.
RomanceEran almas gemelas, pero un día el cielo se tiñó de gris y la nieve de rojo, y Ki Hyun se marchó de su lado. Ho Seok solo deseaba volver a tener el aroma de cerezas y anís de su alfa cerca. Hyung Won y Joo Heon se preguntaban si serían capaces de en...