I
–Ho Seok... –repitió Ki Hyun, casi con súplica aunque no fuera más que un murmullo débil lo que había abandonado su garganta.
En la cabaña se había formado un silencio que casi pesaba después de que ese nombre escapara de los labios de Ki Hyun por primera vez. A la segunda, las cosas parecieron empezar a moverse poco a poco.
Ki Hyun estaba a la espalda de Joo Heon, completamente inmóvil y con los ojos vacíos y la vista en ninguna parte. Lo único que había cambiado en él era que, por primera vez tras diez semanas, había dicho algo comprensible para los demás y en un volumen lo suficientemente alto como para ser escuchado aunque fuera débilmente. Chang Kyun estaba al lado de Joo Heon, tan perplejo como el otro beta ante ese llamado que había efectuado Ki Hyun dos veces. Hyung Won, por su parte, esperaba en la puerta a una distancia prudencial, temiendo que su presencia y su aroma perturbaran todavía más el ambiente enrarecido que había en esa cabaña.
Mientras, Ho Seok, Min Hyuk y Hyun Woo observaban atónitos a Ki Hyun sin terminar de creerse que el alfa estuviera allí, que Joo Heon lo hubiera logrado.
El primero en moverse fue Ho Seok, levantándose poco a poco mientras su fragancia volvía igual de despacio a la normalidad y Hyun Woo y Min Hyuk se permitían respirar con normalidad otra vez, aliviados de que ese olor desagradable y casi nauseabundo que Ho Seok había empezado a emitir en medio de su descontrol hubiera cesado.
–¿Qué le habéis hecho? –murmuró Ho Seok mientras hacía aquello que nadie pensó que Ho Seok haría al reencontrarse con Ki Hyun: recular–. ¿Le habéis obligado a venir, Joo Heon? ¿Habéis tenido que obligarle a venir...?
Sollozó. Las lágrimas que había pasado largo rato derramando y que ya habían dejado un reguero de gotas secas sobre sus mejillas, había empezado de nuevo en un silencioso llanto, mientras la expresión de los dos menores cambiaba por completo al procesar lo que había dicho Ho Seok.
–¡Eso no es lo que ha pasado! –espetó Chang Kyun con prisas y una perplejidad absoluta.
–¿Por qué pensáis que querría ver a Ki Hyun si él no quiere estar conmigo? –insistió Ho Seok.
–¡Eso no es lo que ha pasado –repitió Joo Heon al ver que la expresión conmocionada de Ho Seok no se iba. ¿Realmente creía el omega que iban a hacerle algo a Ki Hyun para forzarle a llevarle hasta allí? ¿Qué serían capaces de hacer algo así?
–¡Lleva así dos meses y medio, hyung! –dijo Chang Kyun–.Es lo que le ha hecho estar lejos de ti. Nosotros no le hemos hecho nada, se lo ha hecho él mismo.
Tener que explicar algo semejante resultaba desolador. Chang Kyun y Joo Heon sentían como si hubieran fallado. Chang Kyun en proteger a Ki Hyun, Joo Heon en encontrarle a tiempo.
Incluso si ambos sabían que no era su obligación ni su cometido ni cuidar de Ki Hyun ni encontrarle.
Un tren cuyos billetes había pagado Hyung Won les había acercado hasta una ciudad que quedaba a cinco kilómetros del lugar donde se había instalado semanas atrás lo que restaba de la manada de Ho Seok. Habían tardado ocho horas en total, seis en tren y otras dos a pie donde Joo Heon cargó cada minuto con Ki Hyun a su espalda. Había sido agotador, había llevado su cuerpo al límite y ahora que estaba quieto sentía que sus piernas pesaban y su espalda dolía, dolía muchísimo.
Habían hecho un viaje de ocho horas y se habían encontrado a Min Hyuk y Ho Seok peleando mientras Hyun Woo intentaba calmarles sin éxito, lo cual había sido todavía más desolador de ver. ¿Cuánto tiempo habrían pasado peleando? Joo Heon no lo sabía, y tampoco deseaba saberlo, era más culpa que se añadía a la que ya sentía, aunque fuese solo un niño que no tenía ningún tipo de responsabilidad en los problemas de los adultos.
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Snow Garden » Omegaverse. Kiho, Hyungheon. MONSTA X.
RomanceEran almas gemelas, pero un día el cielo se tiñó de gris y la nieve de rojo, y Ki Hyun se marchó de su lado. Ho Seok solo deseaba volver a tener el aroma de cerezas y anís de su alfa cerca. Hyung Won y Joo Heon se preguntaban si serían capaces de en...