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Luz...

Cámara...

Acción...

Kennedy.

No sé porque, no puedo borrar de mis pensamientos a Asher besándome y el contacto de sus labios sobre los míos.

Me preocupa esto en sí, es raro ya que él me había besado el primer día que vine al internado, ¿por qué me sentí tan extraña esta vez? Puede ser porque vi ciertas cosas de él que no me gustan pero a la misma vez si.

En mis sueños de anoche… no existió una pesadilla o oscura sombra que seguir, sólo las preguntas cambiadas a un chico que no comprendo y quisiera descifrar.

No, no, no, ¿pero que cosas estoy pensando?

Lo primordial para mi en este momento sería hallar las respuestas a estas visiones y sueños, no puedo vivir toda mi vida así, no se lo que llegara a suceder conmigo pero tengo claro algo, no dejaré desamparada a Molly, soy lo único con lo que verdaderamente puede contar.

En nadie más puedo confiar su protección.

Ha sido una mañana cómoda y tranquila, ambas estamos listas para disfrutar lo poco que nos queda de esta libertad para regresar al internado. Pero claro, cuento y sé, que no será por mucho tiempo, ya que si existe la posibilidad de no lograr nada, también podrá haber una esperanza de huida para que no nos lastimen a ambas.

No me lo perdonaría jamás, el que ella sufra.

“Pero, no será por mucho, Kennedy, ten eso presente”

Las palabras de esa niña adivina invadieron mis pensamientos, no podría correr el riesgo, pero, ¿qué más podía hacer para cuidar de ella? No la quiero lejos de mi, tan poco deseo que le hagan algún daño, entonces, ¿qué será exactamente la decisión correcta que debe tomar? No lo sé, temo que por malas decisiones yo sea la que este haciendo todo mal.

Pero a pesar de que pase lo que pase, no renunciaré a tenerla en mi vida.

—Kennedy, ¿Estás bien?

La miré con atención y di un vaga afirmación.

—Eh, sí.

Por su expresión me fue claro que no creía en mis palabras.

—Bueno, ¿A dónde quieres ir? —pregunté tomando la valija.

Ella llevaba la suya y con su mirada busca un lugar que quería ver antes de irnos, me señaló una tienda de libros. Asentí y ambas nos encaminamos a ese lugar. Entramos y caminamos por la tienda, un señor de barba blanca y ojos verdes claros, arrugas que estaban siendo claras en su rostro, apariencia formal con un traje algo antiguo, estaba acomodando los libros.

Molly caminó por ahí en busca de alguna libro de dibujos, conociéndola, apreciaba a muchos artistas hasta a desconocidos, queriendo intentar igualar su trabajo con el arte que realizan, ama crear lienzos con facetas nuevas que con empeño realiza.

Sé que ese es su sueño y la apoyaré para que lo cumpla.

Fui a uno de los estantes más cercanos en busca de un libro, me gustaban las historias deprimentes reales pero trágicas, también los intrigantes que vayan más allá de la realidad. Imagino lo sucedido y lo que llevaron a esos personajes a vivir esas circunstancias y me emociono.

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