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ALANNA

—¡Donde mierda estás!— grita Adri en medio del pasillo mientras habla por teléfono.

La ignoro y me concentro en terminar de aplicarme el labial, como si oírla decir un montón de insultos a mi cuñado fuera normal, y de hecho así es, sonrío orgullosa de como me veo.

Un corsé negro corto, unos pantalones negros, mis sandalias de tacón negras y accesorios plateados adornan mi cuerpo, mi cabello está suelto y tengo un maquillaje sencillo pero con labios rojos.

—Estás preciosa— dice Adrianna para luego gritarle unas cuantas barbaridades a Logan.

Bajo al primer piso de la mansión, buscando rastro de mis padres pero solo encuentro a la muchedumbre organizando la velada, Adri baja con el impresionante vestido rojo resaltando su piel pálida.

—¿Ya viene?– ella suspira seria.

—Si, es increíble, anunciaremos nuestro compromiso y llegará tarde, ¡lo odio!— dice dramática, me río de mi hermana mayor.

—Tranquila. Logan te quiere y sabe que tiene que venir a la fiesta si o si— la abrazo y ella lo acepta a medias.

—Mis dos niñas están hermosas— habla nuestro padre bajando las escaleras con un traje— Siempre tan diferentes— susurra, y le doy toda la razón.

Mamá está a su lado con un vestido negro, los empleados ya han terminado de arreglar todo, por lo que en menos de diez minutos se llenaría el salón de gente cercana a nosotros. Cuando nos vimos rodeados de cierta cantidad de gente, comenzó a sonar música lenta de fondo y los meseros a repartir bebidas a nuestros invitados, a diferencias de otras fiestas esta sería más íntima.

—Mamá me comentó que invitaron a los Lincoln— dice molestándome Adri.

—¿Y qué sucede?— pregunto haciéndome la tonta.

—Tu antiguo amor platónico estará en tu casa— me sonrojo e ignoro su comentario.

—Tenía 15 años cuando lo vi por última vez— comento recordando su rostro.

—Ahora debe estar más guapo— susurra y va a saludar a unas primas.

Bebo de mi copa acalorada, aunque al parecer era la única en la habitación así, Thiago Lincoln había sido el amor de mi infancia y de seguro que era el de muchas más chicas, era cinco años mayor que yo, recuerdo también que era muy amiga de su hermana, Liana.

—Hola Alanna— la voz que me estremecía hace un par de meses me trajo de vuelta a la tierra.

—Mateo— susurré, aunque con su súper oído debió escuchar lo que dije.

—Estás bellísima— dice mirándome de pies a cabeza, «lástima que esto ya no sea tuyo».

Gracias...— estaba dispuesta a seguir mi camino, cuando me tomó del brazo— Mateo, esto se terminó y no pienso hablar contigo más allá de lo necesario— digo seria, marcando los límites que no estaba dispuesta a pasar.

—Alanna, soy un idiota por dejarte ir— dice mirando al suelo.

—Si, ya lo sabia. Ahora, si me disculpas— trato de alejarme de él pero hace presión en mi brazo— ¿Qué te pasa?— le pregunto molesta.

—Oye te ha dicho que la sueltes— dice Logan salvándome de Mateo.

Que a regaña dientes me suelta y se pierde, abrazo a mi cuñado y juntos buscamos a mi hermana, hace 6 años que están juntos, una pareja perfectamente desequilibrada (igual que mis padres).

Luna EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora