La mitad de una terrible verdad

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NOTA: Un favor enorme, si les gusta mi fanfic, les pido de todo corazón que, si pueden, me den un voto.
En verdad se los voy a agradecer :)

*******

Como dictaba la tradición, al día siguiente de la elección de la futura líder, ésta y su madre (o cuidadora), podían tomarse el día libre para hacer lo que quisieran.

Pero Iduna sabía que lo Hazelmaren amaba más en este mundo, era darse largos baños, así que optaron por ello.

Los "baños" se hallaban justo al lado de un inmenso y pristino lago; eran cuartos de madera con pisos hechos de piedras de río ovaladas y lisas.

El espíritu de fuego iba cuando llegaba gente, calentaba el agua de ciertos cubos y se iba con la misma.

Y así, la cuidadora y la niña pasaron un rato agradable, disfrutando de su limpieza personal.

De regreso al pueblo, Iduna iba cargando sus ropas sucias en un saco y Hazel llevaba sus artículos de limpieza en una cesta.
Era muy agradable estar recién bañada y traer ropa limpia.

Pero, entonces, Iduna recordó su sueño.

-¿Hazel, puedo preguntarte algo? Pero no te vayas a enojar...

Su cuidadora alzó una ceja y puso una expresión seria.

-Siempre que dices esas dos oraciones juntas, acabo enojada. Pero, a ver...

-Y, y.... prométeme que no le vas a decir a nadie lo que voy a preguntarte.

-Oh, vaya... ésa es nueva.- replicó la joven. E hizo un ademán con la mano para que la niña continuara.

Iduna cerró los ojos, los abrió y con su cara más inocente, formuló la pregunta:

-¿Tú sabes quién es o quién fue... Brooklaus?

Hazelmaren dió un respingo y casi tiró su cesta.

La joven mujer se puso pálida y miró a Iduna con sus enormes ojos azules totalmente desorbitados.
No estaba enojada; estaba aterrada.

Acto seguido, puso la canasta sobre unas piedras, se agachó y tomó a Iduna de los hombros.

-¿Quién te dijo ese nombre?

-Sólo lo oí,- replicó Iduna, dándose cuenta de que había cometido un grave error.

-¿ De QUIÉN, Iduna?

Pero Iduna pensó rápido y...
-Ayer... por la noche, en la que fui al baño...ví... luces de velas en la cabaña de Yelana y....

-¡Oíste ese nombre ahí! ¡Por los espíritus, Iduna! ¡¿Porqué eres tan curiosa?!

Hazelmaren la soltó con suavidad, se sentó al lado de la cesta y pasándose las manos por la cara y el cabello recién lavado, suspiró. Luego, volteó a ver a la niña y le indicó que se sentara con ella.
Iduna obedeció.

-Escucha; no soy la mejor persona para contártelo... cuando "eso" pasó yo solo tenía doce años. O sea, sólo dos más que tú.

Iduna seguía mirándola, expectante.

-En cualquier caso... Brooklaus era más grande que yo, así que no nos llevábamos. De hecho, él casi no se llevaba con nadie.

-¿Porqué?

-Era... un chico muy hermético. Tengo entendido que sólo era bueno en los estudios. Al menos, por eso sé que Taunot quería que él fuera el próximo líder.

-¿Sólo por eso?

-¿Hasta donde yo sé? Sí.
Pero, estaba... tenía que estar metido en algo raro; comenzó a venir al pueblo con unas heridas espantosas. A veces, lo hallaban inconsciente.

Iduna recordó al muchacho demacrado y con los brazos casi hechos pedazos y sintió un escalofrío.
Hazelmaren continuó:

-Lo curioso es que... nadie se preocupó por él; todos creyeron que se debía a que Taunot le estaba imponiendo un entrenamiento nuevo, pero, entonces...

-¿Entonces, qué?

Hazelmaren negó con la cabeza.

-Nunca nos dijeron qué pasó realmente; lo único que supimos fue que Brooklaus se había hecho de un arma muy poderosa, pero que perdió el control de la misma y entonces... provocó la inundación.

Iduna sintió que el aire abandonaba sus pulmones.

-¡¿Él solo causó la inundación?!

Hazelmaren miró hacia el horizonte.
-Él la causó. Pero NO estaba solo.

Hazelmaren se levantó y le hizo una señal a Iduna para que la siguiera.

Caminaron a una parte del lago en dónde había una gran extensión de tierra húmeda.
La joven mujer empezó a buscar por los alrededores y encontró lo que quería: una ramita.

Con sus pies, alisó un tramo de la tierra, se puso de cuclillas e Iduna la imitó.

Hazelmaren comenzó a dibujar en la tierra.

-Mira; aquí está nuestra parte de agua que va al fiordo.

-Sí, lo sé; esa agua también "alimenta" este lago.

Hazel asintió.
-Brooklaus estaba de pie, sobre una de las laderas del fiordo y rodeado de personas de Northuldra, que como él, creían que su "arma" les daría poder sobre Arendelle.

Al decir eso, Hazel hizo puntos en la tierra, varios puntos que ejemplifican personas.

-Pero... había otro grupo de nuestro pueblo que estaba dispuesto a detenerlo. En ese grupo estaban mis padres:Lyr y Rosemaren. Y tu padre; Hawkaiden.

Iduna levantó la vista. Los ojos de Hazelmaren habían perdido su brillo.

-Los que creían en Brooklaus, comenzaron a atacar, los que estaban en contra, devolvieron los ataques.

Pero entonces, Brooklaus perdió el control de su propia arma y provocó una... especie de ola expansiva que arrasó con todos los que estaban ahí.

Al decir esto, la joven dibujó un enorme remolino que salía del dibujo del agua e hizo que se "tragara"a todos los que había dibujado.

-Entonces, tus padres... mi padre...

Hazelmaren asintió.

Y por primera vez en mucho tiempo, Iduna lloró.
Y aunque un suave viento perfumado a lavanda las envolvía, ambas fueron incapaces de disfrutarlo.

Regresaron al pueblo en silencio.

(...)

Iduna comenzó a empacar sus cosas con ayuda de Hazelmaren. Mientras lo hacía, la niña miró el lazo violeta que pendía de su cintura.
Y pensar que ayer, estaba tan emocionada...

De repente, oyeron unos golpecitos a su puerta.

-Adelante,- dijo Hazelmaren con voz apagada.

Era Kathura; la mejor amiga de Hazel.

-Ahora, chicas; sé que están muy ocupadas, pero... Yelana y Taunot quieren hablar con Iduna... AHORA.

Iduna se sobresaltó.
¿Acaso sabían que los había oído?









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