Capítulo#91 Comenzar una nueva vida.

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Mariluna estaba limpiando en la planta baja cuando llegó Adrián, él tenía que seguir asistiendo a la Universidad para no levantar sospechas.Se cuidaba de Mariluna porque nadie en la universidad le importaba, podía borrar la memoria de todos sin ningún problema pero la de su novia no.

—Buenas tardes cenicienta—le dijo bromeando.

Él conocía muchos de los cuentos infantiles de los humanos y había visto muchos dibujos animados, de hecho tenía un conocimiento general de todas las culturas y que viviera tanto tiempo aislado en su ciudad no le impedía conocer todo lo relacionado con el mundo de los humanos, como mismo tenían coches modernos, también tenían televisión, teléfonos, etcétera. A medida que evolucionaba la humanidad ellos evolucionaban con ellos. Mucha de la tecnología pasada y actual está y estuvo influenciada por los vampiros, siempre ha sido así a través de la historia, aunque los humanos crean lo contrario. 

—Hola profesor—le respondió irónica.

El la miró fijamente frunciendo el ceño.

—Aquí no soy tu profesor, pensé que había quedado claro. 

—Y yo no soy ninguna cenicienta.— lo miró desafiante con una mano en la cadera y la otra sosteniendo el palo de la escoba.

—Lo decía como un halago porque siempre te vez hermosa así sea con harapos, o sudada, trabajando como en este momento.—expresó con sinceridad aunque sonriendo divertido por su actitud.

—Supongo que gracias, creo, no estoy muy segura de que sea un cumplido...   
—Lo es princesa, para mí eres toda una princesa estés como estés.

—El almuerzo está listo—les dijo Sara asomándose a la puerta de la cocina.

—Ya casi termino—le respondió Mariluna.

—¿Ya comieron tus padres?―Preguntó Adrián. 

—No, hoy no los he visto... —y mentalmente le preguntó a su madre—¿Mamá podemos llevarles el almuerzo?  

—Sí hija, que pena contigo, se nos pasó el tiempo...

—No importa mamá, dentro de unos minutos bajamos.

Mariluna continuó limpiando pidiéndole permiso a Adrián, amenazándolo con el palo del trapeador, este subió a cambiarse mientras ella terminaba. Dándose por enterado que estorba con su limpieza, al parecer todas las mujeres son iguales, no importa que sean lobas. Cuando bajó ambos se fueron para la cocina, allí estaba Sara terminando de servir en sus cazuelas la comida de Laura y Andrés. Mariluna en cuanto entró abrazó a Sara por la cintura y le dio un beso en la mejilla. 

—Hay mi niña, en estos meses le ha tocado trabajar. 

—Eso no es malo, todos lo hacen, ¿por qué yo no?

—Usted es una señorita elegante, de clase.

—Hay ya Sara, no me pongas por encima de nadie que no me gusta.

—En este mundo todos tenemos un lugar aunque no nos guste, unos nacen para servir y otros para ser servidos.

—Yo no nací para ninguna de las dos cosas. 

—Usted nació para ser líder y está aquí... llevando una vida de humanos, pero no se me ponga triste porque eres la alegría de todos en esta casa.

—Exacto, porque yo me incluyo en esa realidad—afirmó Adrián mirando a Mariluna con adoración.

—¿Me acompañas a llevarle la comida a mis padres?—le pidió a Adrián mirándolo con amor y agradecimiento infinito por estar a su lado a pesar de todo. Estaría eternamente agradecida con ese humano, que en lugar de salir corriendo, se había quedado a su lado.

Tú Loba y yo VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora