《•03•》

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—¡Yu Gyeom amor, aquí estoy!—Levantó la mano para llamar la atención del pelinegro y bueno, de todos los presentes.

—¿Desde cuándo tú... —Señaló el local y luego observó su teléfono para corroborar sus dudas en el chat de hace unos minutos y donde Jungkook ponía que estaba solo en casa.

Jeon bufó.

'Alguien podría decirle a este idiota que se siente de una vez'.

—Desde hace una hora. —Respondió simple, antes de pararse y abrazar al chico. —No sabes cuánto te extrañé.

—¿Estás bien?—Susurró Yu Gyeom dedicándole una mirada al multifacético que tenía al frente una vez se había alejado.

—Mejor vamos a casa, ¿no crees?—Puchereó, señalando con sus orbes al mismo tiempo que alzaba las cejas hacia una de las mesas cercanas.

Yu Gyeom alzó una ceja al comprender el motivo de aquel comportamiento tan extraño en su amigo.

—Ay, Jungkookie~—Sonrió siguiéndole el juego antes de fijar una mano en la cintura del pelinegro y atraerlo ásperamente a su cuerpo.

—¿Qué crees que haces, idiota? —Preguntó Jungkook, aún sin borrar la fingida sonrisa de su rostro.

¡Santa IU, ya se veía en el Hollywood Roosevelt recibiendo un Oscar!

—¿Ya no me llamas amor?— Replicó dramáticamente Yu Gyeom, llevabando su mano derecha al pecho en un intento de darle más credibilidad a su acto. Jeon Bufó.

Mientras que desde el otro lado del proscenio, Taehyung y Jimin formaban parte de los curiosos espectadores de aquella interacción.

—¿Están juntos?—Preguntó el de apellido Kim, observando desde su mesa la pequeña escenita romántica que estaba acabando con el corazón de su mejor amigo.

—No lo sé, eso parece.—Respondió desanimadamente el rubio aún sin despegar la mirada del pelinegro, quien había acabado de ser abrazado por Jeon.

¡Estúpido, estúpido Jeon!

—Es tan cruel. —Murmuró sorbiendo ruidosamente de la malteada.— Después de todo...— Suspiró—...están juntos—. Concluyó llamando la atención de Taehyung nuevamente.

—Bueno, un imbécil y un idiota. —Sonrió sin gracia. —Se verán horrores, ¿no?

—¿Te vas?—Inquirió el chico de grandes mejillas, observando a su amigo ponerse de pie.

—Olvidé que tenía que pasear a Yeontan, ¿vamos? —Propuso tomando su gabardina del respaldo del asiento.

—¡Yeon Tan!—Gritó eufórico el pequeño rubio.

Y sí, la pequeña bola de pelos era la excusa perfecta para arrancarle una sonrisa a su desanimado amigo.

●●●

Supongamos que en un inicio la idea de pasear a Yeon Tan le pareció una perfecta opción para relajar a su amigo, ahora, ya no tanto.

—¡Joder, se suponía que debías aguantar la puta correa hasta que yo volviera! —Exasperó llevando las manos a sus cabellos.

—Eso hacía, TaeTae. Pero salió corriendo detrás de una ardilla. —Se excusó pobremente.

—¿Una ardilla?— bufó— ¡Yeon Tan tiene el tamaño de una ardilla! –Gritó.

—Maldición, era una ardilla inmensa. —Murmuró ganándose nuevamente la atención del peligris. —¿Y si abusa sexualmente de nuestro Tanie?

—¿Eres idiota o estás estudiando para el título?

UPS! Número Equivocado °ᵀᴬᴱᴷᴼᴼᴷ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora