scenery.

456 51 22
                                    

cuando muera la guerra también moriremos nosotros.”

¡!

tenia él corazón roto.
y no era una expresión poética.
él miedo por las noches no le dejaba respirar.
llevaba muchos años sin dormir.
fumaba, lo hacia mucho.
follaba con desconocidos.
pasaba días sin comer.
había matado esa parte de su alma que brillaba.
y ahora todo eran cenizas.
solía soñar con esa juventud llena de libertad.
la soñaba porque sabia que la había perdido.
lloro tanto y por tanto tiempo que comenzó a reír.
pero jamas se sintió feliz.
casi olvidaba como sonaba su risa.
como a menudo olvidaba levantarse de su cama y prender las luces.
como había olvidado a su familia y amigos.
como se había olvidado a él mismo entre la miseria y la angustia.

¡!

ese día llovía.
rich sabia que tenia que volver a casa,
a alguna casa.
pero se sentía perdido, helado y solo, así que llamo, llamo y llamo.

nadie contesto.

tenia un nudo enorme en la garganta mientras golpeaba con fuerza la puerta de su departamento.
lloraba, en silencio.
nadie abrio.
busco la llave de repuesto que había guardado en él bolsillo interno de su mochila y la encajo en la cerradura, incluso sabiendo que él peli blanco no le dirigiría la palabra por no respetar sus deseos de aislamiento.
cuando entro, él hedor a tierra, comida quemada y marihuana lo asfixió, pero no paro ni un minuto en reparar si habia pisado algo en su paso apurado.

todo era un desastre.

abrió la puerta de la habitación que tan de memoria conocía y le vio.
sobre él colchón sin sabanas, entre la mugre, la oscuridad y él frío, estába él.

allí ya no quedaba nadie.

llamó a su nombre pero no recibió respuesta, entonces le pregunto como estaba.
recibió una respuesta seca y bajita, que le dijo que llevaba muchos días sin hablar con nadie.
ni con él mismo.
y se acercó, silencioso y despacio, hasta llegar a su cama, donde se acostó suave y le abrazo la cintura.
con una de sus manos corrió su pelo, que estaba seco y quebrado, para besar levemente su cachete y su cuello.

"¿quieres que me quede? voy a irme si no quieres que me quede."

se levantó despacio cuando no recibió respuesta, y estaba por irse cuando sintió él casi imperceptible tirón en su remera, así que le miro, y vio sus pequeños ojos llorosos mirándole desde la oscuridad.

rodeo la cama y paso sus brazos por sus caderas y sus hombros, para levantarle en él aire y llevárselo al baño.
cuando llegaron, subió su remera por sus brazos y desprendió su pantalón mientras besaba sus hombros.
en la desnudez, le metió a la bañera y abrió él agua caliente.
enjabono su cuerpo completo, y dejo que tomara sus manos cuando comenzaba a llorar otra vez, paso sus manos por su espalda y le alcanzo un cepillo con pasta dental, para que se limpiara.

para borrar la tristeza.

limpio, cocino y lavo, para poder sentarse sobre las sabanas y abrazar a su chico, para darle toda la atención que necesitara.
le hablo sobre su día y su familia, le contó lo que había comido y acaricio su cabello lento mientras sentía su respiración calmarse.

"¿como estas hoy?"

"triste, jodidamente triste"

tomo sus manos y beso sus labios, lento, intentando en vano hacer que por un minuto dejara de sentir que estaba a punto de caer, rezando en su cabeza para que la pesadilla se acabara, para que las cosas dentro de su mente se arreglaran, pero en él fondo sabia que las cosas no podían arreglarse, no de esa manera, no en este mundo.
como si no lo sintiera él también.

"se que crees que no, pero puedo verte. estoy aquí, contigo, se que él frío a veces es demasido y se que tienes miedo, yo también lo tengo, pero te prometo que este invierno no sera eterno. se que sigues esperando que las cosas vuelvan a ser como fueron, se que quieres ser feliz, se que lo estas intentando con todas tus fuerzas y que te odias a ti mismo por no lograrlo; pero tienes que darte él tiempo de pasar por esto como pasaste por tantas otras cosas mas.
hay dentro de ti tanta fuerza y tanta luz, hay aquí dentro tantas cosas hermosas para proyectar, ten paciencia, mi amor, deja pasar la oscuridad de la noche y te prometo que reconocerás tu reflejo en él espejo."

ruben solía llorar muchísimo.

pero quizá, siempre habría detrás de su sombra gigantesca, un hombre dispuesto a secar sus lágrimas y danzar en la oscuridad junto a el, hasta que por dentro de su pecho, volviera a salir él sol.

¡!

hola, ¿como están estos días? les recuerdo que estoy lleyendo todo lo que me escriben y que tomo muy en cuenta sus pedidos/recomendaciones.

xoxo, gloss, que lleva ya medio año sin medicamentos psiquiátricos, y esta saliendo adelante.

softcore.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora