seguiré viviendo sin tu amor.

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“y si acaso no brillara él sol,
y quedara yo atrapado aqui,
no vería la razón;
de seguir viviendo sin tu amor.”

¡!

el moreno saludo a su bella esposa de ojos negros con un delicado beso en los labios, antes de cerrar la puerta tras de si y caminar en esa fría mañana de invierno para llegar a su oficina.

vio, a su paso, unos niños corretear por las amacas de un parque seguidos de sus padres, y en su pecho broto una chispa de calidez, al pensar que él pronto podría salir a ese mismo parque con su futuro hijo, al que podría conocer solo dentro de unos meses, y su esposa.

su caminata estaba por finalizar cuando, a lo lejos, vio una figura esbelta, de pelo blanquecino y pecas, caminar de la mano de otro hombre.

en su corazón florecieron las raíces de la mas profunda pena cuando reconoció esos ojos grises que ahora le miraban de vuelta.

comenzó a andar mas lento, esperando que aquella conexión que parecían tener en su juventud volviera, y que el pecoso fuera a su encuentro para saludarle y quizá compartir un abrazo.
hace años que no le veía.

no funciono.

fue él, en un acto impulsivo, quien corrío a su encuentro y puso su fría mano enguantada en él hombro del mas alto.

"¿ruben?"

los dos hombres giraron al mismo tiempo, su pecoso, al que conocía mejor que a nadie, y aquel hombre, que aparentaba tener su misma edad y un particular acento que claramente no era de allí.

"hola, rich, que sorpresa verte por aquí."
llevaba años sin escuchar esa armoniosa voz.
sus ojos ardían por las lágrimas acumuladas, ruben le dedico una sonrisa que elevo sus mejillas repletas de pecas.

"el es kau."
"es mi pareja."

el mundo entero se freno.

sintio que levitaba. que no respiraba, que no podia moverse. sintió su propia sangre arremolinarse en sus entrañas y clavarse en su pecho en forma de estacas.

pero entonces reaccióno.

el mundo no habia parado ni un instante por su dolor, la gente aun corria por las calles esquivandose y odiando en silencio.

bajo sus pies, el mundo seguia girando.

pero por dentro todo estaba roto.

su mente viajo a su juventud, a las manos de ruben en su cintura y los besos en su cuello, a las noches admirando en silencio las estrellas, a cada sonrisa, a cada mirada.

recordó su pecho estallando de fuego y cada vez que había saltado de su ventana para ver a los que, en aquél momento, eran sus amigos.

recordó a su padre hablando con firmeza sobre su matrimonio con la hija del general, recordó la mirada cristalizada del amor de su vida cuando le conto que tendria que casarse con una mujer que no conocía. recordó los gritos de angustia, recordo su último beso con sabor a sal y alcohol.

sintio todo ese dolor.

esos años olvidados, recordo esa juventud donde sentía que vivia.

miro al pecoso a los ojos y supo que ahí estaba su vida entera.
en esa mirada gris.

en ese amor que habia perdido.

quiso quedarse para siempre allí, en mitad de esa calle de tierra, vivir por la eternidad en ese instante de paz.

pero su vida tenia que seguir, y por mucho que su corazon llorara, tenia que hacerlo sin ruben.

porque su amor habia acabado ya, y en la vida, los finales son para siempre.

susurro un suave "lo siento, llego tarde a la oficina." y tal como habia llegado, se fue. a paso lento, como si respirar no fuera una necesidad para su cuerpo.

aquella noche, volvío a casa y beso a su mujer en los labios.
se acostó en su cama y miro la oscuridad del silencio.

porque tenia que seguir viviendo.

¡!

ruben con pecas es mi cosa favorita.

xoxo, gloss.

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