for him.

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de pequeño me aterraban las tormentas.

recuerdo que mi madre solía decirme que si no enfrentaba al miedo viviría con el.
y yo jamas quise vivir entre las sombras.

por eso los días de tormenta mamá y yo subíamos a la terraza del edificio que, momentáneamente ocupábamos, para mojarnos, correr y gritar al aire; como si fuéramos libres.

antes de morir, mama me suplico que no viviera con miedo nunca jamas.

a mis catorce, después de un accidente que me arrebato a la mujer de mi vida y casi me arranca tres dedos, me mude con una familia adoptiva a canada.

un niño bueno, educado y valiente.

no le temía a nada.

pero para un niño con la piel canela, lentes de marco y rulos, hablando español y poniéndose de tonos rojos cuando decían su nombre, no seria fácil.
no lo fue al principio.

en la escuela me enseñaron que la sombra mas grande de una persona era su soledad.
y yo no quería estar solo.

eran tiempos de cambio, y entendí que si quería ganarme un lugar en esa maquina de crear monstruos, tenia que dejar de ser quien era.

lo hice.

alise mi pelo y compre pantalones ajustados, guarde mis lentes y cambie mi acento. aprendí ingles en un tiempo récord y deje de decirle a la gente que podía llamarme richi. 

olvide el miedo.
la gente parecía adorarme y yo lo hacia también, así que la vida era un poco mas simple. quizá mas triste, además, pero no tenia tiempo para pensarlo.

lo era todo, y no sabia quien era.

y un día, llegaron.

estábamos sentados en la cafetería, yo tenia un café e intentaba memorizar el temario del próximo examen de química, mientras me planteaba que clase de fuerza me había llevado a decidir estudiar dos carreras al mismo o tiempo, y al frente, kau y tonacho parecían tener una interesante conversación sobre gaviotas y mujeres que no me interesaba en absoluto.

y entonces les vi entrar.

eran parte de un grupo de intercambio que venia desde españa, logre ver a cinco personas, pero solo el me miró de vuelta.

cuando vi sus ojos, pensé en mi madre.
y cuando me sonrió, no pude pensar en nada.

pase la siguiente hora intentando hilar la conversación de vandal, pero mi mente no paraba de reproducir aquellos ojos.

la siguiente vez que le vi, había pasado una semana.
intentaba hacer salir una llama de mi encendedor para prender el tabaco cuando una mano suave toco mi hombro por sobre el cuero de mi chaqueta.
me pidió una dirección.
hablamos, un poco, a las apuradas.
se llamaba ruben y tenía solo un año más que yo. estudiaba fotografía y compartíamos una clase, a la que ese día y todos los que le siguieron, fuimos juntos.

no volvimos a separarnos desde entonces.

le invité tomar algo saliendo de clases unos días después, y fumamos juntos sobre las hamacas de un parque desolado.

fue la primera persona con la que me reí a carcajadas.

tambien, fue la primera persona a la que dejé tocarme.
tan íntimo, suave y comprensivo.

amarnos se volvió una rutina.

comencé, de forma lenta, a dejar crecer mis rulos, a los que a el le gustaba acariciar mientras nos besabamos.
me hice unos lentes nuevos, que combinaban con el color del pequeño aro que había permitido que me hicieran en la oreja.

y de alguna manera, en sus brazos, volví a convertirme en aquel niño que solía cantar bajo las lluvias de enero.

y, de alguna manera, la sombra con la que caminaba desde aquel día, desapareció.

y jamás, volví a verla.

¡!

hola¡! me alegra mucho estar animandome a publicar esto, me alegra, también, que les guste, recuerden que pueden dejar pedidos o sugerencias en los comentarios uwu.

xoxo, gloss.

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