La Tierra, recuerdo haber estudiado ese planeta en 6º grado, recuerdo aquella clase perfectamente, honestamente, creo que fue la única asignatura que realmente he llegado a disfrutar: historia del Universo, con la señorita Terry, creo que, de todos los profesores que recuerdo, es de las pocas a las que les tuve cariño.
Volviendo a lo importante, nunca entendí cómo los habitantes de la Tierra podían ser de la misma especie que nosotros. Seamos sinceros, estaban mucho más atrasados tecnológicamente, científicamente, psicológicamente... vale, igual estaban atrasados en todo, pero eso fue hace casi 4 mil años, el ser humano ha evolucionado; no tengo los datos suficientes para basarme en una investigación que me pueda confirmar que hemos mejorado en lo que a ética respecta, ya que... en fin... no somos perfectos, y por lo que se ve nuestros antepasados tampoco lo fueron.
De vez en cuando, la señorita Terry nos enseñaba recreaciones de cómo fue ese planeta antes de que fuese inhabitable, antes de ser destruido, destruido por sus propios habitantes: los hombres. Agotaron las reservas naturales, talaron sus bosques, ensuciaron sus océanos y ríos y, además, contaminaron el aire (del que dependían para seguir con vida).
Era hermosísimo: varios tonos verdes, algún que otro toque marrón y un blanco impecable en los polos; pero sobre todo azul, un azul intenso, un océano inmenso, indescriptible... eso no fue ni de lejos lo que vimos los colonos cuando la Resolute III se aproximó a la órbita terrestre. La tripulación había recibido órdenes claras: debíamos ver la Tierra antes de colonizar. No podíamos llegar al nuevo planeta pensando que lo que nos contaban nuestros abuelos era una exageración sin sentido; lo que creo que nos quedó bastante claro a todos; para que viésemos que la historia se había repetido, ese era, desgraciadamente, el futuro no muy lejano de nuestro planeta de origen, en el que habíamos dejado a algunos familiares y la mayoría de amigos, y esta vez, sí que fuimos nosotros los responsables.
No podía creer que ese planeta seco, sin vida, vacío fuese el que una vez nos enseñó la señorita Terry. Me separé del gran ventanal, no podía soportar ver el planeta en tan deplorable estado, me rompió el corazón. Entonces me percaté de la lágrima que corría por mi mejilla, la sequé con la manga de la sudadera que llevaba y me fui lo más rápido que pude intentando evitar con todas mis fuerzas empezar a llorar descontroladamente. Legué a mi Júpiter, entré en mi habitación, encendí el grifo del agua caliente y fui me acerqué a mi cajonera:
- ¡Aquí estáis! - exclamé
Saqué unas bolitas de colores cubiertas por un plástico, elegí dos: una verde y otra azul, acto seguido las llevé al baño y me quité la ropa, tiré las bolas al agua y se disolvieron dejando un agradable olor a dama de noche, mi flor favorita –después del girasol, claro- y espuma de un precioso verde azulado en el agua, me deshice del lazo verde que sujetaba mi característica trenza y me metí en la bañera. Me encanta ese sentimiento de seguridad que te da un baño caliente. Tras unos segundos, sumergí mi cabeza, quedando así totalmente bajo el agua.
De repente escucho un fuerte golpe en la puerta del baño:
- ¡¿Qué estás leyéndote la Biblia ahí dentro?! – gritó una voz.
- ¡¿Qué?! – creo que elevé más el tono de lo que pretendía.
- ¡Llevas una eternidad ahí metida, deja agua caliente para el resto! -
- Pero si solo llevo... ¡MIERDA! ¡Me he quedado dormida! – grité.
- ¿Por qué será que no me sorprende? ¡Date prisa! Avísame cuando termines- dijo la chica, más relajada aparentemente.
- ¡En 15 salgo! – no obtuve respuesta, así que supuse que se había ido.
Salí de la bañera y busqué mi toalla, me sequé y me puse unos pantalones largos y holgados, y una sudadera oversized negra, la cual tenía el logotipo de la VI misión de colonización bordada en la esquina superior derecha, al igual que en la espalda. Busqué el secador y un cepillo, Me quité la toalla que envolvía mi pelo y empecé a cepillarlo:
- Si que me ha crecido el pelo – pensé.
Me miré en el espejo y sonreí. Últimamente no me siento desconforme con él, de hecho, creo que es una de las cosas que más me caracterizan: mi pelo rojo. Antes lo detestaba, ahora... bueno, no me horroriza.
Cuando acabé de peinarme me sequé un poco el pelo y me lo recogí en una trenza, atando el lazo verde que me había quitado previamente. Salí del baño y colgué las toallas para que se secasen, fui a la sala común- una especie de salón- localizada en el centro de la Júpiter y vi un papel encima de la mesa:
"Nos hemos ido al comedor, Ryan estaba
muy pesado (ya sabes cómo se pone cuando
tiene hambre). Perdón por habernos ido sin ti."
- Charlotte
- ¿En serio Ryan? - murmuré. - Oh, no... ¡no,no,no,no!, ¡Charlotte era la que se sabía el camino para ir a la cafetería! - grité, pero la nota seguía, así que seguí leyendo:
"P.S. No tardes en llegar. Te he mandado un mapa
de la Resolute, ya sé que no estabas prestando mucha
atención mientras nos enseñaban la nave... y no quiero que
me avergüences y que todos los colonos tengan que
barrer la Resolute para encontrarte... de nada."
- ¡Charlotte, me has salvado la vida! -
"¿Qué haces todavía leyendo esto?
¡CORRE!"
- ¡Sí, cierto!, ¡Y gracias!... ¿por qué hablo con una nota? - grité mientras corría a mi habitación buscando mi móvil.
- ¡Aquí estás!, no es tan fácil huir de mi... ¡que no hables sola! - presioné el botón que encendía el móvil...
- ¡MIERDA! ¡Esto tiene que ser una broma! ¿¡Por qué me pasa esto siempre a mí!?- dejé el móvil donde estaba, busqué mi libro favorito "Jane Eyre" y acto seguido, salí de mi Júpiter; decidiendo porque lado empezar a buscar el comedor.
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Esto es todo de momento. ¿Qué os ha parecido el primer capítulo? (En el segundo la cosa se pone más interesante, lo prometo)
(La foto de la derecha es como los colonos vieron la Tierra)
Dejadme aquí las preguntas que tengáis y las intentaré responder sin spoilers.
UN ABRAZOOOO!!!
-Athenea Kairos Selene. 💕💕
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I Need Some Space /PAUSADA/ AWAE FANFIC//
Teen FictionLa humanidad está condenada. Es el segundo planeta que están obligados a abandonar; solo los mejores podrán dejar atrás sus antiguas vidas y comenzar de cero, siendo así, la primera generación de colonos en el nuevo planeta. Pero... ¿qué sería de un...