II

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Geralt estaba serio, mirando al frente sin inmutarse al escuchar el parloteo incesante de Yennefer, Ciri y Jaskier. Aunque apretaba de vez en cuando las riendas de Roach intentando calmarse,

—¿Qué es lo que tiene?— Yennefer miró atentamente al brujo.

Jaskier quería responder pero el ataque de tos le interrumpió, de inmediato se cubrió sus labios y se giró para darles la espalda a los demás. Geralt siguió el camino sin prestar atención a las acciones de su bardo.

—Jaskier, bebe—Ciri le extendió la cantimplora, pero el hombre solo la alejó para internarse dentro de la espesa vegetación. La adolescente miró a Yennefer y ella después de mirar a Geralt corrió detrás del bardo.

Ciri continuó su camino al lado de Geralt.

—¿Dónde están esos dos?—preguntó después de que la chica se negó a subir a Roach.

—Deben de haber ido por agua—ella se encogió de hombros tratando de restarle importancia al asunto, no quería que el brujo supiera algo—Geralt ¿Te puedo preguntar algo?—cuestionó mientras movía su mano de un lado a otro.

—Hmm—Geralt murmuró por lo bajo esperando la pregunta.

—¿A ti te gusta Jaskier?—Ciri no estaba para decirle indirectas a Geralt, la salud del bardo no estaba como para perder el tiempo.

El brujo se quedó callado unos momentos, pero la chica no fue capaz de escuchar la respuesta ya que Yennefer llegó corriendo a su lado, ella trataba de no lucir preocupada pero Ciri sabía que no todo estaba bien.

—Jaskier se siente un poco mal, ¿Podríamos quedarnos a descansar aquí? No quiero forzar a que...

—No Yennefer, todo está bien. Me siento bien— el bardo interrumpió mientras se acercaba a pasos lentos hasta donde se encontraban todos los del grupo—Aún podemos continuar caminando, saben que siempre nos detenemos antes de que el sol se oculte.

Geralt notó las ojeras de Jaskier, además del pálido color que ahora tenía aquel rostro usualmente lleno de vida, el brujo sintió algo extraño en su pecho al notar que el brillo en los ojos del bardo estaba apagado, y sus labios siempre rojos y brillantes, ahora estaban resecos y sin color alguno.

—Solo por este día vamos a descansar antes—musitó el hombre bajando de Roach—el también está cansando—el animal relinchó antes de caminar por si solo hasta donde había algo de sombra.

—No Geralt, podemos seguir—Jaskier no quería que Geralt pensara que se estaba convirtiendo en un lastre al cual por obligación tendría que cuidar.

No, no quería lastima de nadie.

—Dime eso cuando dejes de estar pálido—refutó Geralt antes de seguir a Roach.

—No puedes seguir ocultando la verdad Jask—Yennefer le tomó del brazo para ayudarle a apoyarse—Geralt tarde o temprano va a darse cuenta de tu olor a flores, ese perfume no va a poder seguir ocultándolo.

—Yennefer tiene razón, deberías de hablar con él. Seguramente puede ser de ayuda—musitó—Dijiste que nosotros somos una familia, y la familia esta para apoyarse—Ciri le tocó la mejilla a Jaskier—Estás frío, debemos de ponerte en algunas mantas junto al fuego.

—No quiero decirle nada a Geralt de la verdad, ¿No viste su rostro cuando le dijiste que me sentía mal? No le importa para nada mi estado, y la verdad no quiero que termine echándome de nuevo. Ya perdí a mi familia una vez, no pienso alejarme de nuevo.

Yennefer y Ciri bajaron la cabeza ante lo dicho por Jaskier, cuando el bardo se mostraba terco era mejor no intervenir.

Dejaron a Jaskier acostado entre algo de pasto seco pero fresco. Ciri y Yennefer pusieron varias mantas encima del cuerpo de su amigo.

—¿Quieres algo de comer?—preguntó Ciri ante la atenta mirada de Geralt.

—No tengo hambre, gracias—trató de sonreír—¿Por qué no comen algo ustedes? Yo solo necesito descansar un poco y voy a estar listo para mañana—ambas mujeres asintieron lentamente para hacer lo que Jaskier les dijo.

Comieron en un inusual silencio.

Ciri apretó sus labios antes de mirar a Yennefer—Tengo algo de sed ¿Puedes acompañarme a llenar las demás cantimploras?—la contraria asintió antes de tomar todos los recipientes en sus manos.

Una vez que Geralt se quedó solo y se aseguró de que ni Roach ni las dos mujeres que lo acompañaban estaban, se acercó a Jaskier, quien se había dormido desde hacía algunas horas. El brujo colocó su mano en la mejilla del bardo.

—¿Por qué no me dices que tienes?—cuestionó en voz baja mientras sus nudillos tocaban la nariz de Jaskier—Yo puedo ayudarte bardo—susurró pasando saliva.

El contrario tembló y Geralt se levantó para buscar otra manta, que de inmediato puso en el cuerpo de Jaskier.

Geralt miró la bolsa que el bardo tenía a su lado, la agarraba fuertemente, como si su vida dependiera de ello.

El brujo acercó su rostro al del contrario, sus dedos rozaron levemente los labios entreabiertos de Jaskier. La respiración del bardo chocó contra la piel helada del peli-plateado. Un estremecimiento recorrió la espina dorsal del brujo.

—Jaskier— pasó saliva mientras se inclinaba ligeramente sobre él.

Geralt no era consciente de lo que estaba haciendo, solo sabía que sus labios querían probar los de Jaskier, su corazón se lo estaba pidiendo a gritos desesperados desde que se había reencontrado con el bardo. Pasó saliva antes de alejarse, no podía besar a Jaskier sabiendo que el corazón del hombre que amaba no le pertenecía.

El brujo se sentó nuevamente lejos de Jaskier, terminó de comer antes de volverse a sentar al lado del bardo, tocaba ligeramente su frente, asegurándose que no estuviera frío.

—A veces me gustaría pedir como deseo que tu corazón fuera mío, pero a las personas no se les pueden obligar a amar a nadie—Geralt suspiró—Solo espero que cuando llegue el indicado para ti, no me vayas a dejar, creo que ni Yennefer, ni Ciri y mucho menos yo podrían soportar perderte de nuevo. Y lamento no poder decirte esto en la cara, pero soy un completo cobarde, no quiero ver el desprecio en tus ojos.

Y no volvió a hablar hasta que Ciri y Yennefer regresaron.

—¿Van a decirme que es lo que le está ocurriendo a Jaskier?— gruñó Geralt mirando a ambas mujeres.

—No podemos.

—Si Jaskier se va a poner mal de nuevo, es necesario que sepa lo que ocurre.

Yennefer apretó los labios antes de negar.

—Eso debe de decírtelo el bardo, con cuestiones del corazón no puedo involucrarme— murmuró la mujer antes de apretar los labios y sentarse al otro lado del cuerpo de Jaskier.

Geralt murmuró una maldición antes de bajar la mirada.

—¿A Jaskier le gusta alguien?

Ciri asintió—Si, le gusta mucho ese hombre—la chica sonrió—Pero está sufriendo por él, no le corresponde en sentimientos.

El corazón de Geralt y sus facciones se endurecieron ¿Quién era el estúpido que tenía el mal gusto de dejar a Jaskier? Gruñó al pensar en la suerte que alguien más tenía.

—¿Y si tú le ayudas a sanar su corazón?—ofreció Ciri mientras bebía algo de agua.

Al brujo no se le hizo mala idea aquellas palabras.

Recuerdo no olvidarte | GeraskierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora