•Chapter 1• Bloody Rose, oh Bloody Rose

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Sangre, la sangre es lo único que observo en mi cuerpo tumbado en el suelo rodeado de pequeños y filados cristales rotos

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Sangre, la sangre es lo único que observo en mi cuerpo tumbado en el suelo rodeado de pequeños y filados cristales rotos. La sangre es lo único que me adorna como un vestido satin de seda en mi cuerpo. Sangre que ha sido derramada sin piedad alguna ni remordimientos.

Si, era yo de nuevo, arrojada en el suelo desnuda protegiéndome con mis piernas en mi pecho contra la esquina fría de la pared en estado de shock, destrozada y sobre todo, utilizada de gran manera en sus suciedades de un maldito enfermo.

-Anda levántate ya del piso y déjate de escenitas de tristezas. ¿Que no estaba hace unos instantes con tus actitudes hacia mi?.- decía él tomando su chaqueta negra del suelo sin ningún remordimiento en sus actos cumplidos en aquel oscuro y sangriento baño. Aquel chico de cabellos verde y sonrisa cínica que esbozaba de su rostro como un perfecto complemento de su rasgo físico. Papel perfecto de un criminal que solo busca divertirse y aprovecharse hasta el alma de una niña. -Eso te pasa por andar de idiota y rogona conmigo, yo no soy quien para seguir tus reglas, las chicas como tú deben de obedecerme y suplicarme de rodillas que yo soy su dios.- decía mientras me tomaba del pelo fuertemente hasta llevarme frente a frente a su asqueroso rostro con una risa de psicopata.

-Te pido por favor que me sueltes, ya bastante has tenido con golpearme el rostro y mi cuerpo, además encima romper tu botella de cerveza para que así me arrojase al suelo y cortarme toda ¿no?.- dije forcejeando para que me soltase mi cabello y tolerar sus palabras hirientes y sus carcajadas. Ya estaba más que débil, a menudo soltaba gemidos de dolor al aplastar los pequeños trozos de cristal en mi piel y desangrarme aún más. Esto era peor que una bala en el pecho.

-¿Enserio vas a seguir con tus reproches maldita sea?.- era evidente que lo había vuelto a enloquecer de la ira, él no era muy calculador en su comportamiento, esto ya era costumbre, pero también, terror por llegar a la misma tumba.- ¡Levántate y mírate en el espejo! ¿Que ahora no te ves más hermosa mi querida? Viéndote así es para llamarte Miss Universo.- me levantó bruscamente del suelo hacia el espejo del botiquín, ni siquiera me dio tiempo de caminar despacio, solo recibía una que otra cortadura profunda en mis pies, solo gritaba y lloraba porque este infierno parase.

Decía esas palabras fuertes y crudas mientras nos mirábamos en el espejo y me acariciaba la mejilla con gotas de sangre para luego depositar un beso en ella, un beso inescrupulo del mismo Judas, símbolo de traición, símbolo que viene del mismo infierno.

-Ahora, vamos a la cama y más vale que te calles y me obedezcas cosita linda, yo tengo que ir a cenar con Catalina para luego hacer una que otra cosa.- se dijo mientras me empujaba a un lado y empezara en arreglarse la chaqueta y peinarse el cabello. Que idiota.

-¿Otra ves vas a salir con la prostituta?

-¿Te digo la verdad mi querida Rose? Si, saldré de nuevo con ella, la mera verdad disfruto muchísimo compartir todo con ella, cenas, salidas, folladas, ir a su camerino, su stripper club y a bares. No sabes lo felices que somos.- sus palabras eran más dolorosas que pasar el mismo cuchillo al corazón. ¿Por que yo? ¿Que hice para merecer tanto dolor siendo inocente y pura?

•Shadamy• El Chico de al Lado©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora