Han pasado algunos años desde que Batman apareció por última vez en Ciudad Gótica. Encerrado en su mansión, y en si mismo también, Bruce Wayne deberá descender a la oscuridad que tanto ha estado evitando para enfrentarse a los demonios de sus fracas...
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Batman caminaba rápidamente por un oscuro pasillo manchado de sangre. Su capa azul oscuro se arrastraba por el sucio suelo mientras sentía un fuerte olor a carne quemada mientras más se acercaba al final del pasillo. Dando la vuelta donde había una puerta abierta se encontró con una escena que lo horrorizó: con el origen de aquel olor.
—Oh no —exclamó Batman con gran pesar—. Bárbara...
El murciélago se aproximó hacia donde había un cuerpo completamente calcinado. Los sensores de movimiento detectaron a Batman provocando que las luces se encendieran mostrando en la pared varias fotos pegadas. En las fotos se veía a Batgirl atada a una silla metálica, siendo rociada con gasolina y finalmente prendida fuego en vida.
Bruce finalmente despertó sobreexaltado de su pesadilla, encontrándose completamente solo en la cama. A tropezones, se levantó y se metió a su baño privado donde se lavó la cara con abundante agua de la canilla. Cuando quiso mirarse al espejo se paralizó pues este se encontraba opacado por el vapor pero aún así se podía notar una enorme figura negra reflejada. Bruce uso su mano para limpiar el vidrio y allí vio reflejado a su peor terror: Batman.
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—Dejaste morir a Gordón —exclamó Batman con su voz cavernosa.
—Cállate —respondió Bruce con algo de temor—. Tú no eres real.
—Soy muy real, y estoy dentro de tí. Eres un maldito cobarde miserable, dejaste tirada a Gótica a su suerte. Si no me hubieras enjaulado Gordón seguiría vivo.
—Si te hubiera dejado suelto Gótica estaría inundada de sangre —le increpó Wayne al murciélago.
—Sangre de criminales —le respondió Batman—. Ahora está inundada de sangre de inocentes. Estas dejando morir a gente inocente por tu cobardía y estupidez.
—No, no.
—Dejaste morir a Bárbara, dejaste morir a Gordón, ¿¡Cuántos más deben morir para que entiendas que me necesitas!? —¡Yo no te necesito!
—¡Gótica me necesita! —grito Batman mientras golpeaba el vidrio, agrietando este mismo—. Deja de ser un cobarde, dejame salir y hacer lo que deba hacer con esos animales.
