siete.

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07.| NO ME IMPORTA.

      Unos labios escarlatas y un smokey eye decoraba el rostro de Laurel mientras cruzaba el club. La humana había hecho FaceTime con Caroline y la rubia la ayudó a elegir un outfit y el maquillaje que ella usaría en el club, con la esperanza de descubrir si era cierto lo que ella había dicho sobre Damon y ella. Laurel no sabía si Caroline estaba mintiendo, pero estaba decidida a ver si era un hecho o una falsedad creada por la pequeña rubia.

      Mientras ella caminaba por el lugar, la canción que sonaba era I Don't Care por Fall Out Boy, lo que traía recuerdos a la chica. Una de sus bandas favoritas durante el periodo más oscuro de su vida, y era irónico que aquella canción en particular fuera la que estaba sonando justo en ese momento. Una pequeña sonrisa arrogante jugaba sobre sus labios mientras se paraba en el medio de la pista de baile antes de comenzar a mover su cintura al ritmo de la música. Sus manos recorrieron su cuerpo antes de mover su cabello y dejarlo flotar en el aire.

      Mientras ella bailaba, un hombre rubio la alcanzó por detrás. Laurel sintió sus manos descansar sobre su cintura mientras se movía en sintonía a la música. Ella arrojó su cabeza hacia atrás y sonrió mientras seguía bailando, hasta que sintió la mirada de alguien sobre ella. Alzando su cabeza, miró al otro lado de la pista de baile para encontrarse con que Damon estaba con otra chica, despegando su cabeza de su cuello. Laurel pudo divisar la sangre en las comisuras de sus labios mientras él la miraba antes de notar que él entrecerró los ojos en su dirección.

      Dándole una sonrisa coqueta, Laurel se giró para encarar al hombre rubio, cuyos increíbles ojos verdes la estaban mirando de arriba a abajo. Él intentó hablarle, pero Laurel se limitó a negar la cabeza y continuó bailando con él.

      Desde el otro lado de la pista de baile, Damon continuó observando a Laurel. Mirando cómo ella torcía su cintura y sacudía su cabello fuera de sobre sus hombros.

      Él podía ver las gotas de sudor en su cuello mientras ella bailaba, y no había nada más que él quisiera hacer que robarla de aquel bruto. Laurel sabía que no debía bailar con un completo extraño, uno que solo la veía como un objeto para hacer lo que él quisiera. Apretando su mandíbula, Damon comenzó a acercarse a ellos.

      Una vez que él se encontró justo detrás de Laurel, él giró a la pelirroja y la tomó por su antebrazo. El hombre rubio comenzó a quejarse y Damon golpeó con su puño al hombre en la cara antes de tomarlo por el cuello.

      —Vas a irte y encontrarás a alguien más con quién jugar—, ordenó Damon a través de sus dientes apretados y el rubio obedeció. Una vez que el hombre se marchó, Laurel se giró a verlo, cruzando sus brazos por sobre su pecho.

      — ¿Qué te pasa, Damon?—, replicó Laurel.

      —No bailes con extraños—, comandó Damon antes de comenzar a alejarse, pero Laurel no había terminado con él.

      —Oh, así que puedo venir al club contigo para que te alimentes de alguna chica, ¿pero yo no puedo divertirme?—, replicó Laurel. Damon se detuvo y soltó un suspiro profundo antes de girarse para mirarla.

      —Soy un vampiro. Lo hago porque estoy hambriento y puedo cuidarme—, dijo Damon con su voz profunda.

      — ¿Y crees que yo no puedo cuidarme?—, preguntó Laurel —. ¿Crees que no soy capaz de cuidarme a mí misma allí afuera? Alaric me entrenó para matar vampiros, especialmente a ti si te salías de control y hacías algo estúpido.

      — ¿Estúpido?—, cuestionó Damon mientras cerraba el espacio entre ellos, mirándola intensamente —. ¿Como no escuchar instrucciones? ¿Como desobedecer las órdenes que Stefan y Alaric te dieron cuando decidiste venir conmigo?

      — ¿Por qué te estás poniendo tan protector sobre mí? ¿Ahora, de todas las ocasiones?—, señaló Laurel —. ¿Por qué diablos te enojas porque me estoy divirtiendo? ¿Estabas celoso de que ese chico rubio pudiera poner sus manos sobre mí?

      Damon entrecerró los ojos antes de señalarla con un dedo —. No vamos a tener esta conversación, Laurel.

      — ¿Por qué no?—, reclamó —. ¿Damon Salvatore es demasiado macho como para discutir con una chica y perder?—, Damon la observó mientras lo decía antes de mirar por sobre su hombro —. ¡Mírame!—, gritó Laurel y lo empujó, y Damon volvió a mirarla —. ¿A qué mierda le tienes miedo?

      —Tú muerta, ¿está bien?—, contestó Damon y Laurel frunció el ceño —. Le dije a Stefan que me aseguraría que estarías a salvo y no puedo asegurarme de eso cuando estás saliendo y haciendo lo que quieras.

      —Estoy viviendo mi vida, Damon, ¡como Stefan quería que lo haga!—, gritó Laurel —. ¿Por qué no dejas de actuar como un novio sobreprotector?

      — ¿Quieres que deje de preocuparme por lo que haces?—, inquirió Damon antes de arrojar sus manos hacia arriba —. Bien. Haz lo que quieras, Laurel. No te detendré. Solo no vuelvas llorando cuando te metas en problemas porque no estaba allí para asegurarme que estuvieras bien.

      —Bien—, replicó Laurel antes de girarse sobre sus talones y marchando hacia la pista de baile.

      Laurel no le dio a Damon una segunda mirada mientras se armó su camino hacia la salida del club. La pelirroja enfadada pasó al lado de un grupo de fumadores antes de cruzarse de brazos. Ella escavó en sus bolsillos hasta encontrar su teléfono para buscar entre sus contactos. Justo cuando estaba a punto de tocar el icono de Stefan, bloqueó su teléfono. Suspirando, Laurel se dirigió hacia la calle ocupada, consiguiendo un taxi para volver a su hogar.

Somebody Else: damon salvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora