diez.

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10.| ÉL NO PUEDE SALVARTE AHORA.

      Un gruñido escapó de sus labios al volver a estar consciente. Laurel no podía recordar nada de lo que había ocurrido la noche anterior, pero realmente tampoco quería hacerlo. La chica de brillante cabellera roja levantó su cabeza e intentó mover sus brazos, pero descubrió que no podía. Laurel comenzó a buscar alrededor franticamente mientras intentaba librarse, pero ella no lo lograba.

      De repente, una risa maniática resonó en la habitación misteriosa, causando que Laurel girara su cabeza en su dirección. Entrecerró los ojos, intentando descubrir quién era. Pero entonces, encontró las botas de tacones altos y los rulos perfectos. Laurel apretó su mandíbula al saber quién se le acercaba, y entonces, se arrodilló frente a ella. Su piel oliva brillaba bajo la luz y los amenazantes ojos marrones observaban su alma.

      —Laurel Craven—, ronroneó Katherine —. Ha pasado mucho tiempo, mi amiga.

      —No somos amigas. No tienes amigos—, replicó Laurel.

      —Qué dura, Laurel. Creí que tú y yo realmente estábamos acercándonos desde la última vez que hablamos—, dijo Katherine mientras pasaba su dedo index por su pierna, enviando un escalofrío a la espalda de Laurel —. ¿Tienes miedo de mí, Laurel?

      — ¿Por qué tendría miedo de una perra manipuladora y traicionera?—, ladró Laurel, lo que causó que la doppelgänger riera. Katherine se encogió de hombros en respuesta a la pelirroja antes de darle una mirada —. ¿Por qué me tomaste? ¿Qué quieres de mí? No hay nada que puedas hacer para que me agrades.

      —Siempre podría obligarte—, señaló Katherine mientras se levantaba. Laurel la observó mientras Katherine apretaba sus manos juntas antes de colocarse frente a ella, apoyándose sobre su pierna derecha —. Basándome en esas pequeñas marcas en tu cuello, Damon no tiene ningún problema con alimentarse de la única persona que le importa. Más de lo que podría importarle la pequeña Elena. Eso debe matarla. Que el Salvatore que ella realmente ama está enamorado de alguien más. Supongo que ella es como yo. Amando a ambos.

      —Cállate, Katherine—, ordenó Laurel —. No sabes nada sobre Damon. La última vez que me fijé, ambos Salvatores te detestaban y preferirían verte en el infierno.

      Katherine sonrió —. Puede que me odien, pero me amaron. Aunque el odio es más fuerte que el amor, en mi opinión al menos. Pero hay algo que puedo hacer para tener la atención de los dos hermanos Salvatore.

      —Si estás pensando en volver a pretender ser Elena, no funcionará. No importa cuántas veces creas que lo hace, no funciona. Siempre encontramos la forma de reconocer que eres tú y no ella—, explicó Laurel, causando que Katherine rodara los ojos —. Porque Elena no rueda los ojos constantemente como tú lo haces.

      Katherine se acercó usando su velocidad vampírica antes de tomar a Laurel por la garganta. Los ojos de Katherine se tornaron rojos y las venas se marcaron debajo de sus ojos. La vampira la miró, mostrando sus colmillos, pero Laurel no se encogió. Ella le tiró una mirada a la vampira antes que Katherine riera.

      —Laurel Craven, la bolsa de sangre humana. La chica que siempre está en peligro y, aún así, sigue logrando escapar viva junto con Matty-Blue. Siempre escapa a la muerte, aunque por poco. Porque todos recordamos cómo la última vez que tuviste un encuentro con vampiros casi perdiste toda tu sangre, ¿pero quién te salvó de todo? ¿Todo lo que fue arrojado hacia ti? Damon Salvatore, el vampiro que desea darle una eternidad de miseria a su hermano, quien transformó a Vicki Donovan y la mató. Damon es un monstruo, y aún así, él está tan encantado contigo, L. ¿Por qué?

      — ¿Por qué te importa?—, cuestionó Laurel, sus ojos azules sobre ella —. Solo eres una perra celosa que no puede hundir sus garras en él para que te obedezca. No hay nada que puedas hacer, Katherine. No te tengo miedo, Katherine. Ya no más.

      —Tal vez deberías—, siseó Katherine.

      En un movimiento hábil, Katherine mordió su muñeca y la forzó sobre la boca de Laurel. Laurel soltó un ruido ahogado mientras Katherine forzaba a la chica a beber su sangre, y ella intentó librarse del agarre de Katherine. Pero la vampira estaba decidida en hacerlo. Laurel no sabía cuál era el plan de Katherine, pero tampoco quería descubrirlo. Porque, conociendo a Katherine, terminaría en Laurel casi muriendo, otra vez.

      Despegando su muñeca de la boca de Laurel, Katherine limpió la sangre restante de su muñeca antes de cruzarse de brazos. Laurel toció, y un hilo de sangre se deslizó por su barbilla. La pelirroja alzó su cabeza para encontrarse con los ojos de Katherine, quién le sonreía.

      —Pobre Laurel, pequeña e indefensa—, ronroneó Katherine antes que Laurel sintiera un dolor agudo en su abdomen. Más sangre comenzó a aparecer sobre sus labios mientras observaba a Katherine en shock —. Qué mal que Damon no esté aquí. No puede salvarte ahora, L. Nadie puede.

Somebody Else: damon salvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora