One-shots De Shipps Minecraft Con Noobs

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[Punto de vista de Adolfo]

Tu y yo hemos estado juntos tanto tiempo, que he olvidado el dicho que empezó toda nuestra historia. 'El que nunca intenta, nunca gana,' y siguiendo ese dicho fui a buscarte. Éramos los más felices, aún siendo amigos. Fue inevitable empezar a sentir más que amistad, y pronto dimos comienzo a lo que debió ser duradero. Y ahora mismo, no puedo creer que ignore una gran lección de vida habiendo tantas señales. Pues no sabes que tienes hasta que lo pierdes; y no puedo creer que te perdí.

Quién diría que yo sería el perdedor, en esta historia donde yo era era el ganador. Que tontería. No puedo pensar en nada pues todo me lleva devuelta a ti. Y pensar en ti es lo último que debo hacer. Pensar en ti me lleva a pensar en él, el idiota que se atrevió a entrometerse entre nosotros y separarte de mi. Yo lo pensaba un amigo, uno de los más cercanos que halla tenido y ahora veo que no todo es como parece. Él no debería tenerte. Tú eres mío, mío, mío. Eres mio y aún así estás a su lado. Ruedo los ojos al pensar en ti junto a él, y aprieto los dientes al pensar que todo lo que sois lo fuimos nosotros una vez.

Aún recuerdo cómo nuestros mundos florecieron con color, cuando nuestros caminos se encontraron en medio y decidimos caminar juntos. Las mariposas que volaban con cada sonrisa, cada toque y cada mirada. Los nervios por cada momento que compartimos y cada momento que queríamos compartir. Era el mejor sentimiento del mundo porque éramos los dos contra el mundo. Se supone que éramos los dos. Tu y yo. Nadie más. Era nuestra historia. Se suponía que era nuestra historia.

Yo seguía viendo la vida como si fuera el paraíso. Fue mi felicidad propia que evitó que me diera cuenta que tu estabas listo para cambiar de página. No puedo creer que nunca vi eso venir. Cuando mi habitación está silenciosa, sin el timbre de tu voz acompañando la mía y sin tu risa avivando mi risa, es cuando puedo ver cuando decidiste dejar todo esto. Te vi llorar, en silencio y sin llamar mi atención. Aún puedo oír el eco de tu llanto, mis gritos sombras que te acompañaban. Un día cualquiera empezaste a vivir esta monotonía. Y te escuché hablar, un último llamado a mi, pero yo no escuché. Le hablaste al aire tantas veces, que era inevitable que alguien más te escuchara. Pero no pensé que él sería quien te entendiera.

Más pronto que tarde, tu ya no eras mío. Te vi partir una vez, y como el idiota que soy no fui a por ti. La idea de que siempre volverías a mi, de que éramos lo que necesitábamos no me dejaron ir detrás de ti. Siempre pensé que volverías, que volverías a mi. Ahora veo que no era así. Ahora veo que hasta los sentimientos tienen fecha de vencimientos. Y pronto me di cuenta que ya no eras mío. Tus manos sostenían las de alguien más. Tus ojos miraban a alguien más con el mismo cariño que una vez me tuviste a mi. Tus labios besaban a alguien más. Tu ser era deseado por alguien más. Él se llevó lo que era mío.

Y que triste es darse cuenta cuánto necesitas a alguien cuando ya no la tienes. Mi vida nunca se había sentido tan vacía, tan falta de todo. Y ahora veo que tu llenabas el silencio, que tus manos sostenían mis manos solitarias. Ahora veo que mi vida sin ti no era vida. No entiendo como viví todo este tiempo sin ti. Pero no importa cuánto me falte, no de puede esconder lo imperfecto con excusas. Y tu eres de los pocos que conocen lo imperfecto de mi. Tu eres quien conoce mis secretos y ambiciones. Tu conoces mis sueños, miedos y pesadillas. Nunca fui alguien estable, nunca fui perfecto. Y ahora veo que tu eras mi excusa para la perfección.

Pero te vuelvo a ver y empiezo a caer otra vez. Estás con él, dándole el mismo cariño que me dabas a mi. No sé a quién odio más, a ti o a él. Ahora lo único que queda de nosotros es el rencor. Cada vez que te veo, tengo la necesidad de ir y gritar tantas cosas. Muchas te las dedico, muchas otras se las dedico a él. Y la gran mayoría me las dedico a mi mismo, por ser un idiota y dejarte ir tan fácilmente.