Rivales

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—Rivales—Diálogo.
Rivales—Pensamientos.

~Karmaland con temática omegaverse~

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Era un dia lluvioso, la lluvia caía por todo el pueblo de Karmaland, las gotas golpeaban el techo de las casas y creaba un ambiente tranquilo y relajado en el pueblo Karmaliense.

Los aldeanos se encontraban tranquilos dentro de sus casas, estando a gusto ante el calor que emanaba su morada junto a la compañía de sus seres queridos.

Excepto para una persona.

Vegetta caminaba por los senderos del pueblo con un paraguas (obviamente morado), se había puesto una chaqueta blanca sobre su poco habitual musculosa negra, no hacia mucho frio pero se acercaba el invierno y no quería terminar resfriado, llevaba un pequeño lote de chocolates que había hecho con la ayuda de su amigo de boina para cierto chico de ojos cafés.

El pelinegro lo había invitado a cenar a su casa como forma de agradecimiento por ayudarlo a reconstruir su patio luego de una "broma" de Fargan, cosa que el acepto enseguida.

Admitía que podía sentir mucha tranquilidad cuando estaba cerca del más bajo, al sentir su dulce aroma a miel hacia que su mente quedara borrosa, era tan hipnotizante para su lobo interno que de solo pensarlo lo hacia suspirar de emocion.

Estaba claro que se había enamorado del miembro mas nuevo de Karmaland, Auron.

Lo supo desde el primer momento en que sus miradas se conectaron, violeta contra café, a su lobo desde el principio le había gustado el de Auron, y no es que él se quejara, le encantaba estar cerca suyo, pero cada vez que quería hacerle la "gran pregunta" algo lo interrumpia, o mejor dicho, alguien.

Otro alfa y heroe del pueblo, Luzu.

Su mente se dirigió hacia el alfa pelimarron, haciendolo fruncir su hermoso ceño, el otro tuvo la suerte de poder estar con Auron el día en que se mudo, dándole así una pequeña ventaja.

Como lamentaba no haber sido él el primero, pero no importaba ahora, estaba seguro que Auron sentía algo por él, y como no hacerlo, si era guapísimo.

Miro a lo lejos como se podía notar el relieve de la casa-tridente de Auron, ya quedaba poco y de solo pensar en lo que le diría hacia que su lobo se moviera con ansiedad.

Llego a la puerta del mayor y golpeó, sosteniendo fuertemente el paraguas bajo suyo y miro alrededor, al parecer había dejado las torretas desactivadas.

Se quedo en silencio, esperando escuchar pasos que se acercaran a la entrada, pero en cambio escucho suaves pasos detrás de él.

No había ningún rastro de aroma.

Ningún zombie va a arruinar mi noche Rápidamente guardo los chocolates y saca su espada, nada iba a arruinar ese día.

Dio una vuelta rápida lanzando su espada contra el "zombie", siendo detenido rápidamente por otra espada, también de diamante.

—Oh fuck, Vegetta tranquilo soy yo hombre!

Alejando su espada miro como Luzu acomodaba su gorro alejando tambien su espada, pero sin bajar la guardia, parece que no era un zombie.

Aunque en este momento prefería al zombie que a Luzu.

—Luzu que haces aqui cabezón? No ves que hay un tremendo diluvio?—Guardo su espada mientras relajaba sus músculos, mirando por un momento a Luzu antes de mirar a la puerta nerviosamente, Auron estaba tardando mucho.

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