Capítulo 4.

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—Bien amigo, tienes que empezar a hablar ya. ¿Quiénes son?... ¿Qué... Cosa son ustedes?

—Somos erizos, eso me parece obvio. Y estamos en grandes problemas.

—¿Ustedes en grandes problemas? Yo fui al que golpeó a una especie de loco del gobierno en mi casa.

—¿Tú crees que estás en problemas? Yo perdí nuestros anillos.

—¿Anillos? ¿De qué estás hablando?

—Los anillos son como todas las culturas avanzadas viajan entre mundos. —responde esta vez la chica.

—¡Y ahora los nuestros están hasta arriba de un edificio puntiagudo que solo he visto en tu camisetita ajustada! ¡Así que quisiera que nos lleves a San Francisco para que recuperemos nuestros anillos y los usemos para irnos al planeta hongo!

—¿Al planeta hongo?

—¡Sí!

—Claro...

Tom empezó a estacionarse en la lateral dejando a ambos erizos confundidos por la parada.

—Listo chicos. —abre la puerta de Sonic. —Aquí se bajan.

—Disculpa, ¡¿qué?!

—Miren, ¡este es el peor momento posible para que me meta en problemas en mi vida, ¿ok?, pediste que les salvara la vida y les salvé la vida! Ahora vayan a... Buscar sus anillos y su... Hongolandia. Con suerte despertaré en un hospital y el doctor me dirá que mi colonoscopia fue todo un éxito, ¿ok? Ya se van.

—Una nueva razón a mi lista del porqué no hay que confiar en los humanos... Será mejor irnos, Sonic.

—Pero... —suspira. —Está bien...

Sonic fue el primero en bajarse mientras que (T/N) se pasó al asiento del copiloto para igualmente bajar, pero ambos aún seguían ahí viendo al adulto.

—¿Por qué no se van?

—No sabemos dónde está San Francisco, ¿si?

—Al oeste.

—¿Oeste? —preguntaron ambos jóvenes.

—Todo derecho, no hay pierde.

—Bien que cool, ya puedo decirte "no vamos a regresar"

Sonic se fue corriendo a máxima velocidad todo recto, se tomó a la literal las palabras del oficial, el mencionado se quedó esperando a que la contraria se fuera pero aún seguía de pie mirando a la dirección en donde se había ido su amigo.

—¿Y tú que? ¿No te iras?

—Estoy esperando.

—¿Esperando qué?

La oji-celeste como respuesta, empezó a contar regresivamente provocando aun más confusión al oficial, pero al final, este comprendió el porqué de la cuenta cuando había vuelto Sonic; empapado de agua saldada, lleno de algas, una estrella de mar en la parte lateral de su cara y un pez agonizando en su cabeza.

—Bien, al chocar con el agua fría y oscura del Pacífico, entendí varias cosas. A: No tengo idea de a donde voy. B: El agua salada arde. C: Ya ni siquiera deberíamos estar en este planeta, ¡pero seguimos aquí todavía! ¿Por qué? ¡Porque me disparaste!

—Espera, ¡¿Qué?!

—Lo sé.

—¡Me disparaste!

—Sí, te oí la primera vez, no hace falta que... Me lo eches en cara de nuevo.

—Estoy mojado, tengo frío, ¡tengo un pez en la cabeza! —dijo enumerando cada suceso con sus dedos. —¡Y es evidente que no vamos a hacer capaces de hacer esto nosotros solos!

Sonic The Movie (Sonic x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora