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Las puertas del elevador se abrieron y por ella salió Jun.

Se quitó los redondos y negros lentes de sol colocándose los sobre la cabeza y caminó hacía el escritorio de Seungkwan.

—Seungkwanie— fue lo primero que salió de la boca de Jun mientras dejaba su pequeño bolso sobre el mueble de madera.

—¡Junie, hyung!— exclamó Seungkwan con una sonrisa que se desvaneció al mismo instante poniendo rostro de preocupación—. Junie hyung, ¿Qué está haciendo aquí?

—Que pregunta más tonta, esta es mi empresa— respondió con obviedad.

—Sí, si eso lo sé pero lleva dos meses sin aparecer desde que se comprometió con el señor Lee.

—La cuestión es que decidí no trabajar y que Seokmin haga todo el trabajo, ya sabes, esto nunca fue para mí— negó mirando con horror todo el lugar—. Y justamente hoy me reuniría con mi madre pero me canceló a última hora. Así que como estaba cerca decidí venir a ver cómo has estado.

—Yo estoy muy bien pero...— dio un vistazo rápido al reloj apanicandose por la hora—. Ay no, hyung venga de éste lado por favor.

Seungkwan lo tomó del brazo, jalandolo sin cuidado alguno recibiendo quejas por parte del pelirrojo.

—Seungkwan me estás lastimando, ¿qué te sucede?

Aquel cuestionamiento era más bien una queja por el trato de su secretario. Tenía planeado visitar a Seungkwan y éste solo lo jalaba hasta su oficina sin cuidado.

—Shh, hyung— pidió Seungkwan mirando en toda la oficina, clavando sus ojos en el armario que Jun había colocado 4 meses atrás—. ¡Ah, lo tengo! Hyung venga de éste lado.

Una vez fuera del armario vacío que Jun solía ocupar para poner varios cambios de ropa, Seungkwan decidió hablar.

—Necesito que se meta en su armario. No pregunte, ni hable, no diga nada y solo metase, ah, y no se mueva ni salga hasta que yo le diga— miró el rostro confundido de Jun ante su petición—. Prometo explicarle todo lo que entiendo.

—Agh bien, pero si muero quedará en tu consciencia, Seungkwanie— dijo no muy convencido entrando en el pequeño mueble de madera.

Seungkwan se encargó de verificar que estuviera bien cerrado para luego alejarse de ahí y caminar hasta el escritorio, que pertenecía a Jun, continuando con su labor de limpieza que olvidó terminar por la mañana.

En ese instante, por la puerta de la oficina que estaba abierta, pudo ver como Seokmin salía del elevador y avanzaba hasta donde Seungkwan se encontraba.

—Presidente Lee, buenos días— Seungkwan se reverencio dejando a un lado su tarea de pulir el vibrante escritorio negro.

—¿Otra vez limpiando, Seungkwan?— cuestionó al menor alzando una ceja—. Jun no regresará al trabajo, no pierdas más tu tiempo en limpiar.

Seungkwan soltó un suspiro—. Regrese o no, es una costumbre que tengo desde que comencé a trabajar para el señor Wen. Presidente Lee— tomó valentía y dejó salir aquella pregunta que no le dejaba dormir a gusto—. Si Junie hyu-...digo, si el señor Wen quisiera regresar al trabajo, ¿usted lo dejaría?.

—Hmm...si Junie así lo desea pues entonces si regresará— respondió viendo como el afligido rostro de Seungkwan cambiaba a uno alegre—. Pero si eso sucede, recuerda que en ese instante estás despedido y tendrás que presentar tu renuncia como si fuera una.

—Pero sigo sin entender, ¿porqué? Cuando firme el contrato con usted nunca me habló de esto hasta hace dos meses.

—Seungkwanie ya habíamos hablado de esto, no podía decirte de mis planes tan pronto por lo que tenía que esperar a por el si de Junie para poder contarte. No te desanimes, tendrás miles de wones por varios años al igual que tendrás al que ideó todo esto, tendrás a Vernon— mencionó fingiendo una sonrisa inocente.

—¿Vernon planeó todo esto?— preguntó con el ceño fruncido.

—Por supuesto que él lo hizo, ¿quién más lo haría?

—De casualidad, ¿Vernon está afuera?— señaló las puertas marrones de la oficina.

—Sí, él esta afuera. Les daré su tiempo a solas pero primero necesito las ideas del departamento de producción.

—Aquí tiene— tendió dos carpetas negras de cuero hacia el pelinegro que anteriormente estaban reposadas sobre el escritorio.

—Muchas gracias, Seungkwan— agradeció con una gran sonrisa—. Nos vemos luego.

Al momento en el que Seokmin se retiró, Vernon ingresó a la oficina.

—Hola, amor— se acercó a Seungkwan con la intensión de besarlo pero el coreano no se lo permitió.

—¿Tu planeaste todo esto, sobre mi renuncia falsa?

—Sí, yo lo hice— afirmó como si no fuera nada malo para él. Era algo que ya le había contado al mayor.

—¿Porqué- no, espera— detuvo su cuestionamiento al obtener nuevas conclusiones—. Entonces, ¿tú fuiste él que me recomendó a Seokmin?

—Sí, yo lo hice— nuevamente afirmó ante la frustración de su pareja—. Pero, ¿qué te sucede? ¿porqué estás así?

—¿Cómo que porqué estoy así?— se alejó rápidamente de Vernon cuando este se le acercó—. Busqué trabajos por mucho tiempo y después de que pensé que había sido aceptado aquí por mi esfuerzo, resulta que todo fue en vano porque con que tú lo quisieras y digas obtuve este empleo.

—Lo hice porque era la oportunidad de poder ver a mi hija, de poder volver a formar una familia contigo— explicó con desespero—. Mirale el lado bueno, a SeungMi y a ti no les falta nada desde entonces.

—Seungmi no es tu hija, dejó de serlo desde que la negaste mucho antes de que naciera— habló entre dientes con mucho enojo—. Y no nos falta nada, gracias a mi. Creíste que si hacías todo esto podrías tenerme en tu cama otra vez, y lo lograste pero esto se acabó. Te di otra oportunidad porque pensé que en realidad cambiaste y me doy cuenta de que solo empeoraste. Ahora gracias a ti tendré que cancelar mi contrato.

—No, Seungkwan, me equivoqué pero esto es por tu bien y por el de nuestra hija. No puedes cancelar tu contrato, Seokmin es una persona muy poderosa y lo que menos quiero es que te pase algo malo.

—Lo hubieras pensado dos veces antes de involucrarme en esta pesadilla.

El celular de Vernon vibró en su bolsillo y supo que su tiempo había acabado.

—Tengo que irme, hablemos en casa y te diré mi verdadero plan, un plan que nadie sabe aparte de mi— esta vez se acercó a Seungkwan y este no se apartó—. Solo confía esta vez en mí, no te defraudare.

El americano salió de la oficina sin darle opción a Seungkwan de hablar. Dándole prioridad a otros asunto, corrió hacía el armario para sacar a Jun.

—Hyung, ¿se encuentra bien?

—Hace mucho calor ahí adentro— dijo saliendo mientras se abanicaba con las manos—. ¿Qué fue todo eso, Seungkwan?

—Todo esto que esta viviendo es un pequeño guión teatral, hyung— contestó tratando de parecer sereno pero el nerviosismo estaba en todo su cuerpo—. El señor Lee es una persona muy peligrosa para todos menos para usted.

—¿De qué estás hablando, Seungkwanie?— preguntó con una extraña y nueva sensación lo más cercana al temor.

—Cuando una persona, que no es Wen JunHui, se involucra con Lee Seokmin de buena o mala manera— comenzó explicando con tristeza—. En ese mismo instante tu tiempo de vida en éste planeta está definido y solo el señor Lee sabe cuando acabar contigo.

La intriga y duda por saber si aquello sería verdad, se instaló en Jun por completo. Sin embargo después de meditarlo, no creía en nada de eso.

Jun confiaba ciegamente en que Seokmin no haría nada malo.

━Business♡︎SeokHuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora