4. Los ojos de Shanty.

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Hay pocas cosas en el mundo que a Mowgli le gusten más que pasar tiempo con su mejor amiga, una de esas cosas, es ver sus ojos.

Esos bonitos ojos avellana no solo llaman su atención, sino que son una completa maravilla. Su color, y el sentimiento cálido en su pecho cuando estos le miran y Shanti hace ese bonito gesto de batir sus tupídas y largas pestañas, le atontan más de lo que le gusta admitir.

Y es que no quiere confesar que a sus (ahora) diecisiete años, se sigue derritiendo por el mismo gesto que le hizo llegar a la aldea en primer lugar.

— Por favor... — insiste ella, y él suspira, sabiendo que tiene la batalla perdida si ella le ve con sus hermosos ojitos mientras sostiene un pucherito en los labios.

— Bien... — bufa, levantándose de dónde está sentado para trepar a aquel árbol de flores rosadas y bajar el ramillete más grande y bonito para la madre de Shanti, que está cumpliendo años.

Ella sonríe, y esos ojos que le tienen esclavizado se iluminan de felicidad.

Mowgli decide entonces que no le importaría trepar a todos los árboles de la jungla, si puede ver esa preciosa sonrisa haciendo juego con esos bellísimos ojos avellana.

Ojitos (El Libro de la Selva).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora