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Primer día de escuela.

Peiné mi cabello ligeramente para no enredarlo más de lo que el viento comenzaba a dejarlo, imaginándome mi reflejo mental de como me vería mejor, así mismo cuando me veo en el espejo del baño y preparo mi estético aspecto.

No es que fuera especialmente una soñadora infantil, pero no había podido dejar de pensar en este día. El porqué era simple; estaba embobada por un chico desde hace un tiempo y hoy por fin podía volverlo a ver luego de unos meses. Me había esforzado todo el tiempo de nuestras vacaciones para mejorar mi aspecto. Vamos, que es un comportamiento inevitable de alguien que no puede dejar de anhelar la atención de quien su mente gusta.

Más aún si es eres una cobarde que se congela cuando intenta acercarse.

Respiré hondo cuando vi a todos los estudiantes tanto antiguos como nuevos entrar por la entrada principal de la escuela. Acomodé mi bolso en mi espalda y me apresuré a entrar también intentando mantener una postura orgullosa. Este era mi último año y ahora definitivamente era toda una Senior dentro de este recinto, por lo que ahora iba a ser el doble de respetada.

¿Por qué el doble?

Por que pertenecía a un grupo en específico dentro de esa escuela, un grupo popular de una reputación intacta que incitaba a ser completamente respetado. El grupo consistía en seis chicos y dos chicas. Todos ellos de personalidades atrayentes y carismáticas capaces de ganarse a todo el mundo con una sola sonrisa. Buenos en deportes como también en las materias logrando sacar las notas más altas a base de verdadero esfuerzo, por lo que eran un ejemplo a seguir para muchos. Adoraba a mis amigos con todo mi ser y agradecía que desde pequeños lo hayamos formado hasta volvernos en los más conocidos, llegando a esta edad, creando inolvidables momentos juntos. Sólo había una cosa que había florecido y podía crear incomodidad entre todos, o mas bien en mí.

Y era él.

Él, con sus cabellos negros y sonrisa de dientes blancos, muy delgado y de sonrojo fácil. Max era un chico algo callado de nuestro grupo y no sé en que momento mi cerebro hizo click en algún instante, desde entonces había comenzado a crear cierta obsesión con su imagen, encontrándolo físicamente muy atractivo. Cada vez que estaba cerca de él me colocaba nerviosa y ni se diga de mis ojos, los cuales parecieran tener un radar sólo para el chico.

-Buenos días ______.-

Iba en el pasillo de entrada en donde se encontraban las oficinas principales. Los estudiantes nuevos se reunían allí y algunos antiguos para resolver algún que otro documento de sus datos personales. Un chico que había visto algunas veces por los jardines de la escuela me saludó contento, entonces otros que estaban a su lado se reverenciaron de igual manera.

-Buenos días-Respondí sonriente.

Lo de ser popular no era exageración, los estudiantes me conocían más que yo a mi misma y a veces, la cantidad de gente desconocida que me sonreía y movía su mano en forma amigable era abrumadora. No es que me molestara que la gente fuera de buen corazón conmigo, pero estar sonriendo todo el tiempo y pareciendo perfecta era cansador.

Y además, que no toda la gente tenía sonrisas de buenas intenciones. De hecho algunos ni sonreían, con sus miradas dirigidas a mi ser con todo el odio que podían. No me salvaba de los celos humanos ni por los pelos.

Miré a mi izquierda donde un grupo de chicos nuevos se habían girado a mirarme de pies a cabeza mientras cuchicheaban entre ellos. Les sonreí de lado notando como uno de ellos se sonrojaba, llenándome de poder. He de admitir que jamás me molestó este tipo de atención hacia mi persona, volviéndome completamente culpable en caer en la tentación de la arrogancia. Aún así, aunque el placer culpable me haga salir cuernos de demonio, bienvenido sea.

Se vería más estético aún en mi nueva apariencia, la cual la pubertad había golpeado con fuerza.

Finalmente entré por completo al recinto el cual tenía un jardín en el centro con las salas de clases alrededor, contando con tres pisos para los niveles de estudiantes diferentes, todo estaba muy ambientado al aire libre. Como soy una Senior, el último piso era para nosotros como totales dominadores del mundo.

Reí para mi misma, adoraba lo segura que me sentía en ese momento.

O bueno, lo que duró mi seguridad ya que... lo divisé. Estaba allí junto a los demás integrantes del grupo conversando con alegría y entonces, cuando noté su sonrisa sentí como ramas inexistentes del suelo se enredaban en mis tobillos manteniéndome completamente quieta. Mi corazón dio un brinco al notar su rostro, su cuerpo, su cabello. Había cambiado, había crecido y de una manera en que mis ojos se embelesaron por completo.

Entonces no me había dado cuenta que me había quedado ahí parada como estúpida mirando, sin atender a las presencias de ojos atentos a mi, porque para mis sentidos habían desaparecido por completo.

Hasta que sentí que alguien tiraba un mechón de mi pelo llevando mi cabeza hacia atrás devolviéndome a la realidad.

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04-03-2020

Siempre tú ~ [ 𝑲𝒊𝒎 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈 ] -Mini novela-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora