CAPITULO 2: " Gremio "

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Jacobo se lanzó contra mi, su espada iba directo a mi pecho, con un rápido movimiento lo esquive y con un golpe en su espalda lo alejé un poco de mi, me lancé hacia donde tenía mis cosas dando una vuelta en el suelo, tomé mis dos hachas y me levante rápido, Jacobo corrió de nuevo hacia mi y su espada chocaba con mis hachas, lanzabamos ataques los cuales el otro esquivaba pero también lograbamos dar golpes al otro con el puño.

Lanzó un ataque con su espada la cual la detuve con un hacha y con la otra lance el ataque a su estómago, detuvo mi ataque con su mano sujetando mi antebrazo, rápidamente giré y lancé otro ataque con la otra hacha, el la esquivó rápido con su, al hacer eso lance una patada a su estómago con la cual lo lance al suelo, me lancé hacia el con las dos hachas apuntando a su cuerpo, el logro esquivar el ataque girando rápido en el suelo, me levanté rápido y girando lance ataques rápidos con las hachas,  el las esquivó y me lanzó un ataque con la espada la cual fue tan rápido que casi logra dar de lleno en su objetivo, logre esquivar el ataque pero me logro corta la piel del lado derecho de mi estómago, al ver la sangre que salía de mi herida me enojé tanto que me lancé hacia el como una bestia sin control, lanzando ataques rápidos uno tras otro, el los esquivaba pero eran demasiados que logre cortar si mejilla derecha con una de mis hachas,  el se enojó y cuando lanzo un ataque su espada chocó con mis hachas y no quedamos así bloqueando el ataque del otro, forcejeando para ver quién sedia, hasta que escuche otra voz que salía de la tienda que había montado yo.

Es suficiente. Dijo la voz de un hombre.

Ambos volteamos a ver a la dirección de la tienda, cuando vivos a un hombre mayor, de unos sus 70 a 80 años, con el pelo de su cabeza y barba totalmente Blanca por la edad, vestia una túnica café que le cubría todo el cuerpo, era de una estatura baja como de un metro 60, al ver lo y oír lo te llenaba de seguridad y notabas en sus palabras la sabiduría que ese hombre tenía.

Baje la hachas y me gire hacia el hombre que salía de la tienda y se sentaba en la entrada de esta.

Quien eres tú?. Le pregunté mientras caminaba hacia el.

Maestro que hace aquí?. Le pregunto Jacobo acercándose a él.

Vine a ver la presencia que ponía inquieta la tranquilidad de mi hermoso bosque. Dijo mientras me observaba de pies a cabeza.

Desde hace cuanto esta aquí?. Le pregunté sin soltar mis hachas.

Cálmate muchacho, llevo aquí desde que estabas pescando, no crees que si quisiera pelear contigo ya lo hubiera hecho. Dijo con tono burlón.

Me sorprendió mucho saber que el llevaba bastante observando me y no me había dado cuenta.

Solté mis hachas y me senté enfrente de él.

Se que estas buscando un gremio. Dijo mientras tomaban una de mis jarras de cerveza y la servía en un cuerno de toro que usaba como vazo.

Jacobo se sentó al lado de el.

Si, pero quien eres tú?. Le pregunté mientras me servía cerveza a mi también en otro cuerno.

Mi nombre es Harol, Harol Havsorm. Dijo bebiendo del cuerno.

Me sorprendió el oír que su nombre era igual al de el gremio.

Así que usted sabe dónde está el gremio. Le pregunté sin quitar le la vista de encima.

Yo cree el gremio. Dijo mientras soltaba una leve sonrisa.

Me arrodille ante el colocando mi rodilla izquierda al suelo y dejando la derecha doblada.

Maestro Harol, permítame unirme a su gremio. Le dije agachando la cabeza.

No. Dijo muy serio.

Levante la cabeza y lo observe.

Ya te había elegido yo, veras los miembros de mi gremio no se han unido a este solo pidiendo lo, yo e escogido a cada uno de los miembros que hoy están en el gremio. Dijo mientras me miraba fijamente.

Por eso estaba usted aquí. Le dije mientras me sentaba.

Si, vine para hablarte del gremio y preguntar te si te interesaba unirte, pero creo que la respuesta es si. Me dijo de nuevo mostrando una leve sonrisa.

Si, me interesa ser parte de su gremio. Le dije sin quitar le la mirada de encima.

Muy bien, cuando estés listo sigue este camino recto sin parar, hasta llegar a una gran casa. Dijo mientras señalaba un camino que la verdad antes no había visto.

Cuando volví a ver donde estaba Harol me sorprendió el ver que tanto el como Jacobo no estaban.

Me levanté, me comí los peces  y comencé a guardar todo.

Ya listo comencé a caminar por el camino que dijo Harol, mientras más me adentraba por el camino se iba poniendo una neblina que se volvía más densa cada vez.

Llegue a un punto que sentía que caminaba y no avanzaba del mismo lugar, me detuve y miré a mi alrededor, de la niebla pude ver la silueta de la criatura de mis pesadillas, un dragón.

Solté mis cosas y tomé mi espada, me puse en guardia contra la figura del dragon y me lancé contra el a matar, di dos filasos  a la silueta para dar me cuenta que solo había cortado una rama de un árbol. Justo detrás de mi escuche el gruñido del dragón, me volteé rápidamente y di un filaso a la silueta, en esta ocasión solamente era la misma niebla, me detuve y guardé mi espada, tomé mis cosas y seguí caminando ignorando las siluetas y los ruidos a mi alrededor.

Al poco tiempo después, llegue al final del camino y la niebla desapareció, enfrente de mi tenia una casa muy grande de dos planta, con un techo inclinado de madera, las paredes de madera pintadas de azul, las ventanas eran de cristal y tenían cortinas por dentro, la puerta era grande y de madera.

De frente no parecía tampoco nada fuera de lo normal.

Cuando me acerqué a la puerta escuché muchas risas y mucha bulla de personas reunidas, puse las manos en las puertas y cuando estaba a punto de abrir las, una chica hermosa de cabello rubio abrió las puertas, me miró y me sonrió, con una sonrisa muy cálida y sincera.

EL REY DRAGON Y LA REINA DE FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora