CAPITULO 6- La tormenta

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Habrá anochecido hace unas dos horas, y ninguno ha vuelto, tengo hambre asi que aunque, no quiera poner un pie fuera, hay que cosas que se deben hacer.

Al salir a la parte superior o como se le diga, noto el gran escandalo que hay, música a todo volumen, personas bailando, hablando, otras simplemente cantando a todo pulmón la canción que están reproduciendo, pero hay algo que me preocupa, al sentir esa brisa nocturna en medio del mar. miro al cielo buscando la razón de ese presentimiento y lo encuentro, los rayos eléctricos que alumbran el cielo.

Camino hacia el borde del crucero para mirar el agua, lo intranquila que está no hace mas que confirmar mis sospechas, una tormenta se acerca, quizás no lo suficientemente fuerte para hundir esto, pero si para causar fuertes olas. Intento tranquilizarme asi que termino de llegar a la cafetería de antes a comer algo.

Al salir me acerco al borde otra vez y observo ya lo que han ido creciendo las olas, el crucero se agita más seguido y ya no soy la única preocupada, al cabo de un rato se empieza a sentir la lluvia y todos corren dentro asustados de las grandes olas, excepto un chico que esta al borde un poco inclinado hacia delante.

Me acerco a el para decirle que es peligroso, pero no termino de llegar cuando una ola golpea y hace que él caiga fuera del crucero. Miro a todas partes viendo quien lo puede ayudar, pero la fuerte lluvia apenas me permite la visión, al no ver a nadie, salto fuera de crucero, transformándome mientras caigo en aquella sirena que una vez fui. Antes de entrar al agua agarro aire y lo retengo en mis pulmones para poder respirar bajo el agua, es algo complicado de explicar de hecho.

al hacer contacto con el agua empiezo a buscar al chico que cayó, al no encontrarlo en la superficie, empiezo a nada más profundo y lo veo, intentando nadar hacia arriba pero a tanta profundidad jamas llegará a la superficie antes de que su oxigeno se acabe, por lo que me arriesgo a salvarlo, lo tomo de un brazo y empiezo a nadar a más velocidad hacia la superficie, cuando estamos a tan solo metro y medio de llegar, el crucero lanza el ancla. Al ver que se dirigía a nosotros, empujo a el chico en otra dirección, y es cuando el ancla me golpea justo en el abdomen, haciéndome perder el aire y de igual forma el conocimiento.

NARRA EL CHICO

Ella me empuja bruscamente hacia un lado, cuando veo que el ancla iba cayendo es demasiado tarde porque ya le ha golpeado. Salgo a la superficie por aire, aunque la gran cantidad de olas me lo hace un poco imposible, vuelvo a sumergirme solo para asegurarme que este bien, nado tan rápido como puedo y con lo poco que veo, quito el ancla y la tomo, empiezo a nadar a la superficie de nuevo, con ella inconsciente en uno de mis brazos.

Cuando por fin puedo respirar, intento gritar a ver si alguien alla arriba me escucha, pero mis intentos no sirvieron de nada, ya cesaba la tormenta, por lo que con mis ultimas fuerzas decidi gritar de nuevo, supe que todo estaba perdido cuando el crucero recogió el ancla y empezó a andar lejos de nosotros.

Ella aun entre mis brazos, sin reacción alguna, ir hacia donde el destino quisiera, sin rumbo alguno y sin señales de alguna civilización cerca, fue como comencé a nadar, sin soltarla en ningún momento.

Al principio me costo nadar con otro cuerpo, luego encontré la manera más sencilla y era ponerla sobre mi espalda, aun no estoy claro como es que lo logré, pero al cabo de aproximadamente una hora veo tierra firme, justo cuando ya mi cuerpo no daba para más, una señal de esperanza aparece.

Al llegar a la arena, la acomodo sobre ella, y yo me acuesto a su lado, estoy exhausto, y lo peor es que no tengo idea de donde estamos.

La miro y solo pienso si habrá manera de salvarla, es una sirena, ¿no se supone que respiran agua? Sea como sea, la vi soltando el aire cuando el ancla la golpeó, si no hago nada morirá.

lo único que se me ocurre, respiración boca a boca. ¿puede morir por eso? Sería hacer entrar aire a los pulmones de una sirena, a estas alturas creo que no estoy pensando muy claro, sin embargo, lo hago.

NOTA DE AUTOR: SIN CORREGIR Y ALGO CORTO

En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora