CAPITULO 7- Magia y tiempo.

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Despierto tosiendo como nunca, y escupiendo el agua que hay que mis vías respiratorias, abro los ojos y veo que estoy acostada en la arena, me levanto sobre mis codos para ver mejor a mi alrededor, es de noche y hay un chico que creo a haber visto antes frente a mi mirándome como si estuviese preocupado, lo peor es cuando miro hacia mis piernas, ¡no están mis piernas! Estoy transformada en sirena. ¿pero que carajos me pasó?

-¿estas bien?- pregunta el acercándose

No respondo, solo hago desaparecer mi cola para volver a mis queridas piernas.

-¿me entiendes? Me alegra que estes bien, aunque al principio crei que te mataría, es que aire a una sirena no sonaba tan buena idea hasta que te vi toser- dice entusiasmado, pero aun asi lo noto cansado.

- no debiste ver eso- digo, estoy apunto de chasquear los dedos con el hechizo de transportación cuando el agarra mi mano

- no huyas, - me mira directamente a los ojos ¿puedo decir que me perdí en su mirada?- ¿Cómo te llamas?

-Kate- digo algo distraída por que siento como el va acercando su cara a la mia.

-gracias por salvar mi vida- dice el a unos pocos centímetros.

Al reaccionar a sus palabras recuerdo que fue lo que paso, el chico que se cayo del crucero, yo saltando y aquel ancla golpeándome. Me aclaro la garganta volteando hacia otro lado, provocando que el se aleje.

Me termino de sentar en la arena y el suelta mi mano pero no deja de mirarme.

-soy como tu- dice rápido como si estuviese haciendo una confesión que se estaba guardando.

- ¿de que hablas?- digo yo, esas palabras no parecían tener mucho sentido.

- tengo magia, al igual que tú, por eso tome tu mano cuando fuiste a chasquear los dedos, he visto personas mitad lobo, mitad vampiros, incluso mitad felinos pero es primera vez que veía una sirena- dice con una sonrisa.

- ¿Cómo se que dices la verdad? Aun puedo huir-

-me llamo Daniel, es un placer, hijo de la gran familia Del Valle, controladores del tiempo-

- si claro, sabes, solo estoy perdiendo el tiempo- me levanto y sacudo lo que puedo de la arena en la ropa que me puso la transformación humana.

El se levanta para quedar frente a mi.

-te mostraré, solo mírame a los ojos- dice el, aun puedo sentir su tono algo cansado

- ¿Qué intentas?- Digo no muy convencida

-que me mires

- de acuerdo- lo miro esperando cualquier momento que me sirva para huir-

En eso su pupila se vuelve un reloj, apenas se notaba con la luz de la luna, pero era obvio lo que estaba ahí, mi cara debe ser un poema.

-¿ahora me crees?- dice volviendo su pupila a su estado normal- tomaré tu silencio como un sí. Ven vayamos caminando a ver si encontramos un lugar con una señal de vida que nos diga donde está la civilización-

- ¿y si de verdad tienes poderes por que no solo te transportas hasta allá- claramente es una pregunta trampa

- ¿estas bien de la cabeza? No haré eso, podría transportarme a un acantilado lleno de rocas y morir-

- superaste la prueba, ahora si te creo- digo riendo para empezar a caminar a su lado.

Me contó como llegamos aquí y todo lo que hizo y que no se le ocurrió transportarse dentro del crucero a tiempo.

-¿y que hacias ahí? Jamas te he visto en la escuela.- pregunto yo

- fui con una prima, que su padre no podía ir entonces me paso el boleto a mí.

- ¿Qué edad tienes?-

-¿Qué clase de interrogatorio es éste? 16 ¿y tú?

- uno al que sigues respondiendo, tengo 14, y...-quizas me arrepienta de lo que estoy apunto de preguntar pero el que no arriesga no gana- ¿tienes novia?

-¿interesada en la vacante?-pregunta con cierto tono de picardía, me pongo como un tomate al instante

- quizás- digo por lo bajo mientras miro al suelo.

- comienza a amanecer-dice cambiando de tema bruscamente, eso sin duda me desilusiona un poco.

- si, ya veo- digo mirando los rayos de sol que se escabullen en el horizonte- pero el mira en otra dirección asi que sigo su mirada y me asombro al ver aquello

- es una persona, corre, vayamos a preguntarle como volver a la ciudad- dice y empiezo a correr hasta llegar a aquel señor de aproximadamente 60 años.- disculpe señor, ¿sabe como volver a la ciudad? Es que nos extraviamos

- oh, dos adolescentes perdidos en la playa eso no es extraño- dice riéndose- vayan por ese camino trazado en piedra y llegaran a un pequeño pueblo, ahí pueden preguntar como llegar-dice amablemente

-muchas gracias señor, que tenga buen día- digo y empezamos a caminar por donde el señor nos indicó, mientras hablábamos de cualquier cosa al azar para entretener nuestras mentes y no quedarnos dormidos.

Luego de unos minutos divisamos unas casas, ya estaba claro y lo caliente del sol se empezaba a sentir, corremos hacia una señora que vimos barriendo la fachada de su casa para preguntarle como llegar a la ciudad, ella nos dice que llegar a pie es imposible pero que podíamos llamar desde los teléfonos públicos en el centro del pueblo a nuestras familias, nos dio algunas monedas, le agradecimos inmensamente unos fuimos.

-pronto caeré muerto si no duermo o como algo- dice él mientras caminamos

- vamos, falta poco, cuando logremos contactar con nuestras familias todo estará resuelto- digo intentando animarlo.

- ¿Cómo tienes tanta energía? ¿hay un hechizo para eso? No, espera... los hechizos consumen energía, no la multiplican.

-creo que ese telefono nos servirá- corro e introduzco una de las monedas y en lo que suena el tono marco el numero de Harry- ¿hola? si... soy yo... estoy viva... estoy en un pueblo llamado luz del mar... no, no he comido, de hecho estoy llamando con algo que me dio una señora... espero por ustedes... también te quiero.- cuelgo la llamada.

-mi turno- dice Daniel y el hace su llamada.

nos sentamos en una plaza a esperar que vengan por nosotros, solo espero que sea pronto...

En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora