En la zona

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En la zona

wa Laurance es la jugadora de billar pool más famosa de todo el planeta. Conocida como Striking

Viking, se la considera la número uno del mundo, ganó el campeonato europeo y el US National, ha

aparecido en la portada del New York Times Magazine, se han publicado artículos sobre ella en People,

Sports Illustrated, Forbes y muchas otras publicaciones, aparece con regularidad en la televisión y es

comentarista en ESPN.

Creció en Suecia, donde descubrió el juego mientras seguía la pista a su hermano mayor: «Mi mejor

amiga, Nina, y yo siempre estábamos perdiendo el tiempo, tanto como lo puedan llegar a hacer dos

amigas íntimas. Un día, cuando tenía catorce años, las dos seguimos a mi hermano y a su amigo hasta

una bolera a la que solían ir a jugar y decidimos echar un vistazo. Estuvimos un rato y entonces

comenzamos a aburrirnos profundamente. Descubrimos que se habían ido a un sitio llamado sala de

billar. Nunca había oído hablar del billar. Los seguimos y recuerdo que en cuanto puse el pie allí sentí

algo especial. El conjunto me encantó: la sala a oscuras, las lámparas sobre cada una de las mesas y el

ruido de las bolas. En el acto pensé que era sencillamente fascinante.

»Allí había una colectividad en la que todos conocían esa cosa llamada billar, y me atrapó al

instante. Nos sentíamos intimidadas y llenas de curiosidad, pero nos limitamos a sentarnos y observar.

Todo desaparece cuando te sientas a observar cómo la gente juega al billar, o cuando eres tú quien

juega. En el billar es fácil que esto ocurra porque cada mesa es un escenario distinto. Así que todo lo

que estaba a mi alrededor desapareció y eso fue todo lo que vi. Observaba a esos jugadores que sabían

exactamente lo que estaban haciendo. Me di cuenta de que el billar no podía limitarse simplemente a

hacer que las bolas chocaran y a esperar a que alguna de ellas se colara dentro. Hubo un tipo que metió

una bola tras otra, metió sesenta, setenta, ochenta bolas seguidas, y entendí que cada vez que movía la

bola blanca de lugar pensaba en el siguiente tiro. Y fue su conocimiento y destreza lo que de verdad

me dejó asombrada: la parte del billar que se parece al ajedrez, la de anticipar tres, cuatro jugadas y

encima tener que hacerlas».

A partir de ese momento epifánico, Ewa supo que quería dedicar su vida al billar. Por fortuna, sus

padres la apoyaron permitiéndole jugar de seis a diez horas diarias en una sala de billar de la

localidad; hacía los deberes entre tiro y tiro. «La gente de allí sabía que me tomaba el juego en serio,

por lo que me dejaban tranquila. Pero también nos divertíamos muchísimo. Cuando encuentras un

lugar en el que a todo el mundo le gusta lo mismo que a ti te lo pasas en grande. Así que aquellos tipos

raros y yo (todos jugábamos juntos al billar) pasamos a ser como una gran familia.»

En 1980, a los dieciséis años de edad, Ewa ganó el campeonato sueco. A los diecisiete ganó el

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