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¿Demasiado tarde?
usan Jeffers es la autora del libro Aunque tenga miedo, hágalo igual,* y de muchos otros best
sellers. No se dedicó en serio a escribir hasta que tuvo más de cuarenta años. Cómo lo hizo es una
historia extraordinaria.
A Susan le encantaba leer cuando era niña. Para ella, el mejor momento del día era aquel en que
podía acurrucarse con un libro en la quietud de su habitación. «Siempre fui curiosa, y mi padre era
muy bueno a la hora de explicar las cosas. A veces profundizaba tanto en los detalles que yo acababa
poniendo los ojos en blanco. Recuerdo que una vez escuché algo en la radio que no entendí. La palabra
era "circuncisión". Como era de esperar, ¡no me dio una corta explicación! Era como un profesor.
Creo que se equivocó de profesión. Siempre quiso tener un hijo, así que me proponía que hiciéramos
todas las cosas que habría hecho con un chico. ¡Tuve que ir a un montón de combates de lucha libre!»
Susan fue la universidad, donde conoció al que enseguida se convirtió en su primer marido. Dejó la
carrera cuando se quedó embarazada del primero de sus dos hijos. Después de cuatro años en casa,
decidió que tenía que volver a la universidad. Esta decisión le provocó mucha ansiedad: «Los años que
había pasado en casa habían minado mi confianza y no estaba segura de poder conseguirlo». Con el
tiempo se hizo a la vida universitaria y llegó a licenciarse summa cum laude. Cuando se enteró de este
honor, comenzó a llamar a todos sus conocidos: «Al final dejé el teléfono y me puse a llorar. Me di
cuenta de que la única persona con la que quería hablar era con mi padre, que había muerto unos años
antes. Habría estado tan orgulloso...».
Con el estímulo de uno de sus profesores, Susan se matriculó en un curso de posgrado y por último
se doctoró en psicología. Luego, en un giro inesperado en el curso de los acontecimientos, le pidieron
que fuera directora ejecutiva del Floating Hospital en Nueva York. Al principio tuvo dudas; era un
trabajo muy importante y no sabía si sería capaz de asumirlo. Pero al final aceptó.
Por entonces tenía problemas en su matrimonio y solicitó el divorcio. Fue una época difícil para
Susan: «Ni siquiera me ayudó tener un doctorado en psicología. Aunque mi trabajo era mucho más
gratificante de lo que hubiera soñado nunca, me sentía muy desdichada. Pronto me cansé de sentir
lástima de mí misma y supe que tenía que encontrar una nueva forma de "estar" en el mundo. Y así
comenzó mi viaje espiritual».
Durante los diez años en los que dirigió el Floating Hospital, Susan se convirtió en lo que ella llama
«adicta a los talleres». En su tiempo libre, estudió filosofías orientales y asistió a toda clase de talleres
de crecimiento personal y New Age. «Descubrí que la causa de mi "mentalidad victimista" y de mi
actitud negativa era el miedo. Me impedía responsabilizarme de mi experiencia vital. También me