Tomás I

324 25 49
                                    

¿Yo? Yo soy un bebé, uno bien tierno y gordito. Me gusta dormir mi siesta con mi peluche Tito, un osito café con un bello cinto en el cuello. Después de dormir, despierto con mucha hambre, por lo que voy a la cocina y como lo que más me gusta, leche con cereal de chocolate. Empiezo con el primero y sin darme cuenta lo termino, por lo que me hago otra porción. Finalmente, me acabo toda la caja de cereal. ¿Tanto comí? No importa, en un rato regresaré para empezar con el cereal de hojuelas bañadas en miel.

Con mi pancita llena, voy a la sala y prendo el televisor. Coloco el canal indicado para mí, ese del cable que solo da animaciones. Me encanta ver My Little Pony, y es que en otra dimensión, quisiera ser igual que Pinky Pie. ¿Ustedes creen que mi papá me deje teñir mi cabello de rosado? Sería genial.

Todo es ideal en mi vida, tan solo que no soy un bebé como tal. Me llamo Tomás Sotomayor, vivo en una pequeña ciudad al sur del país y, aunque no lo crean, tengo dieciocho años, porque sí, acabo de estar de cumpleaños y ya soy mayor de edad. ¿Se imaginan? Un bebé como yo ahora es un adulto. ¡Qué terrible!

-¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a ir a la universidad? -me preguntó Celeste cuando nos juntamos a tomar helado.

Ella es mi mejor amiga desde el kinder, desde aquel recreo en el que me defendió de unos niños que se estaban burlando de mí.

Ok, a estas alturas ya se habrán dado cuenta que no soy la persona más bella del mundo. Sufro de obesidad producto de mi incontrolable ansiedad, mis lonjitas se me escapan por los costados, y me cuesta mucho ver mis pies debido a mi barriguita. Además, uso anteojos bastante gruesos por la miopía que heredé de mi papá. Tengo acné y mi rostro parece cartón mojado. Ah, y soy gay. ¿Eso me hace más feo? Según mis compañeros del colegio, sí lo hacía.

Claro, ustedes deben estar acostumbrados a leer historias de ukes bien guapos, delgados y de piel perfecta, sin ningún vello en todo el cuerpo, con el trasero en su lugar, y para rematar, inteligentes como Einstein. Pues yo no soy así. Sí que soy uke, pero uno bastante feo y peludo, si vieran mi espalda se espantarían, y ni hablar de mi trasero, por eso creo que soy más hijo de mi osito de peluche que de mi papás perfectos.

-¿Por qué no me respondes? ¿Qué estás pensando? - Se me había olvidado que estaba conversando con mi mejor amiga.

-Lo siento, imaginaba que esto era un fanfic y narraba mi vida porque se supone que es el primer capítulo -

-¿Sigues leyendo yaoi en Wattpad? Yo hace bastante que no me meto a la página -

-Claro, todos los días leo una historia, es que me encanta imaginar que soy el protagonista, que alguien en este mundo se fijaría en mí y tendríamos una hermosa historia de amor -

-Estoy segura que debe existir algún chico que se pueda interesar por ti, solo es cuestión de tiempo -

-¿Tú crees? -

-Claro, pero para eso debes esforzarte por tener una buena vida... Sigues sin responderme, ¿qué harás desde ahora? ¿Irás a la Universidad? -

-¿Tú crees que me dejen volver al jardín infantil? Es que soy un bebé y no creo que pueda adaptarme a la vida de adulto -mi amiga volteó los ojos como si estuviera cansada.

-Tomás, tienes que ser valiente y asumir que ya no eres un niño. Debes estudiar una carrera y comenzar a trabajar -

-¿Para qué? Mi papá gana bastante dinero como abogado, además no tiene otros hijos y está soltero. Todavía puede mantenerme por mucho tiempo más -

-Tu papá todavía es joven, y bastante guapo, estoy segura que conseguirá una novia luego -

-Por favor, desde que tengo diez años ha estado solo, desde que mi mamá nos abandonó para irse a la capital -

PhysicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora