Tal y como recordaba los días con su padre no han sido los más divertidos de su vida, sin embargo a su progenitor, le hacía feliz tener a sus hijos, aun fuera por unos días, y eso, era suficiente para él.
Iban de regreso a la casa, su hermana en el asiento trasero con los audífonos puestos y el en el asiento del copiloto. No fue la gran cosa, solo una comida tranquila, con una un tanto incomoda conversación más de Jerry a Morty, que de Jerry a Summer.
Solo pasaría un día más en casa con su padre, e iría el domingo en la noche de vuelta a casa para ir a la escuela el lunes, y así se repetiría por mucho, mucho más tiempo.
Observó la ventana, miró las calles que una vez fueron parte de su "hogar", se sentía extraño al mirarlos, como si olvidara algo
— Bien chicos, llegamos
Summer bajó del auto en automático ignorando a su padre, mientras Morty se tomaba su tiempo para quitarse el cinturón y cerrar la puerta al bajar.
— Gracias por la comida papá
— No hay de qué hijo, todo por ustedes— la voz de Jerry era entre triste y extrañamente feliz.
— Bueno... me iré a duchar así que,
— Si, si no te preocupes, yo estaré viendo películas, solo si quieres, claro, tú y tú hermana podrían venir a ver algunas, como los viejos tiempos.
— Si, ammm yo, yo le comentaré
Y salió del garaje para entrar a la casa. Todo, pero absolutamente todo había sido tan raro desde que Rick, su abuelo, se había ido, se sentía como si un puñado de sal callera a la mezcla dulce de un postre, así se sentía, y es que no lograba comprender.
Algo sin duda faltaba, una parte que parecía no encajar, no en la casa, no en las actitudes de los demás, si no en sus recuerdos.
Algo falta.
Subió las escaleras, yendo directamente a su cuarto, para tomar su toalla y cosas de aseo personal, y mientras salía de la habitación, volvió a ver esa escena, la misma que se repite desde que tienen que venir los fines de semana a su antigua casa. Su hermana sentada en la esquina de su cama mirando su vieja habitación, con marcas de los poster que estaba en las paredes, con manchas en la alfombra, y el color ya desgastado de la pintura rosa pastel; ahí estaba ella, siempre lo hacía, y es que no hacía falta preguntarle el porqué, Morty no necesitaba cuestionar cuando ya sabía cómo se sentía
Y como siempre, solo lo dejo así.
Entró al baño, y sin prisa se comenzó a desvestir, abrió la llave de la regadera, esperando a que saliera el agua caliente, mientras tanto, miró su reflejo desnudo en el espejo de cuerpo completo, era su rutina, porque siempre le dio curiosidad saber de donde habían salido ciertas cicatrices, como las que tenía en sus piernas, como rasguños, o en sus brazos, pero había una especial que no lograba recordar cómo se la hizo, era una pequeña, en su sien derecha, como una manchita, su madre piensa que probablemente se cayera de la cama cuando era pequeño, y no se dio cuenta, pero es que enserio no recordaba ninguna de ellas.
Sin embargo, las que estaba en su abdomen, del costado derecho bajo, era la más misteriosa de todas, no era gruesa ni profunda, más bien era como una quemadura muy fina y delgada de como 15 o 13 cm.
Lo más extraño, era que ni su madre, ni padre o incluso su hermana, sabían de ello, no eran las únicas obviamente, había más, pero eran pequeñas, casi imperceptibles.
Frunció el ceño en duda y se metió a la ducha
Cuando terminó, ya limpio y con el pijama puesto, fue a donde Summer para darle el aviso de Jerry, ya era de noche así que casi todo estaba a oscuras, toco varías veces, pero nada, la puerta no estaba bien cerrada, y con mucho cuidado se asomó, notando así, que efectivamente ella estaba dormida. Bueno él tendría que acompañar a su papá.
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Mente Artificial
Fiksi PenggemarDespués de que los padres de Morty se separaran, su madre, Beth, (junto a sus dos hijos), tomó la decisión de mudarse a la ciudad de Detroit, una de las urbes cosmopolitas más grandes de los Estados Unidos, cuna de la más avanzada inteligencia arti...