La Chica Del Piso.

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Asímismo se me desgasta la vida, tratando de entender, de conceptualizar unos pasos que ni si quiera son los míos.
Estoy sentada en el piso, viendo pasar las aglomeraciones de gente que cada día se reúne en un mismo lugar, con un mismo propósito, entonces pienso; ¿Entonces es así cómo fuimos hechos? ¿Llenos de tristeza y alegría? ¿Pureza y envenenamiento?
Entonces pasa que me digno a caminar por todo el perímetro del lugar, y ya no les veo desde el piso.
¡Pero claro! ¡Me he convertido en una más! En una más de las que camina sincesar de aquí para allá, llevándose personas que se encuentran a mitad del camino por doquier y sin querer para poder llegar.
Pasa que mis pies y mis rodillas se desgastan, y al final del día termino siendo una de ellos.
Es ahí cuando recuerdo que observando desde el piso y verles pasar, ya no es lo mismo que ser una de ellos: Una que camina como flash, que tiene mil pendientes en la mente deseando que llegue el viernes.
Una de las que a las ocho de la mañana sueña con su cama con las mismas ansías con las que se va a dormir y no logra conciliar el sueño.
Una de las tantas que se consume en insomnio y ve que desde el piso ya no es lo mismo que ver cuando te encuentras con ellos y ya eres parte de ellos.
Me gustaría saber a dónde vamos y con tantá prisa, el porqué de nuestra presión y sin duda esa manía por querer llegar tan rápido.
Me gustaría seguir viendo desde el piso y saber qué piensan todas esas personas, en qué se ahogan y en qué están alarmadamente felices, me gustaría...
Entonces vuelvo a casa y me doy cuenta que estamos hechos de vida, y no para la vida. ¿Por qué? Es simple: Vivimos agobiados y estresados de ser los que caminan de un lado hacia otro, nos gustaría estar en un mejor lugar y no en ese instante, nos gustaría dormir ocho horas completas, no tener bolsas debajo de nuestros ojos, no correr de aquí para allá, sólo sentir el estrés de saber que mañana es Lunes pero que eso ya no importa porque estás viviendo al fin cómo tanto quisiste y lo planeaste durante todo el trayecto. Y si todo eso no nos basta, tenemos que ser tan esporádicos que queremos más, nunca nos basta; somos insaciables.
Vivimos hechos de tizas, borrando y trazando nuevas líneas cuando todo nos preocupa o todo nos mantiene firmes, somos tan eso...
La chica sentada en el piso que no quiere aceptar que también es una de ellos.

-itsskys.

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