Muchas Veces...

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A veces no sé cómo controlar mis sentimientos lo he de admitir. Muchas veces tengo miedo, otras veces estoy en la intemperie sin saber qué hacer exactamente. Muchas veces me he encontrado sola en el mismo lugar llena de dudas, cosas malas tanto como buenas. Luego me pregunto ¿Qué me queda de todo esto? La respuesta es súper sencilla y de lo más corta del mundo: Yo.
Me quedo yo misma y lo que siento pero también lo que no. Muchas veces he visto hacia ambos lados sin saber a dónde dirigirme y después estaba ella y mi corazón se rompía en mil pedazos y se hacía añicos pero al mismo tiempo se volvía a reconstruir. A veces lloraba y me daba nostalgia pero todas esas emociones eran cúmulos de lágrimas alegres y sencillas, ¿Sabes? Como cuando te hablan de tristeza y lágrimas de alegría, de algo que te emana emociones fuertes y te devuelve la paz. Ese tipo de lágrimas yo soltaba y me devolvía de regreso al alma todo lo que había creído perder. Muchas veces consideré en perderme a mí misma por llenar otras fuentes con agua no importándome mi propia fuente y que a esa también debía alimentarla.
Muchas veces escribí sobre cuán profundo era tal tema y cuánto me gustaba indagar y darle mil vueltas a ello, pero se me olvidaba lo más importante: Quien lo escribía era yo y yo tenía el poder de cambiar la historia. Yo tenía lápiz y tinta y mucha información recabada de todos los lugares del mundo. Pero yo tenía el poder de hacer lo más importante: Escribir. Escribir sobre todas mis emociones, mis sentimientos y no cambiar nada de lo escrito apenas y encontrase más información, porque... ¿Sabes? A pesar de que los mayas hayan construido semejantes bellezas hace años y quienes se encargan de remodelar sus obras a través de los años para que permanezcan y más personas puedan apreciarlo el significado y el legado que dejaron sigue siendo el mismo. Los turistas llegan a admirar tal belleza, a comprar souvenirs, tomarse fotos y llevarse un recuerdo distinto cada uno de ellos con lo que vivieron pero al final sigue siendo y todo se recalca en lo mismo: Ellos existieron y tenemos pruebas de que lo hicieron, "pruebas" que ellos mismos se encargaron de edificar. Al final del día sigo siendo yo y tú que me lees. En algún momento en el que escribí todo eso, esa era yo y con el paso del tiempo sigo siendo yo pero una yo renovada dispuesta a ser lectora y no escritora. Dispuesta a leerme a toda costa y no me importa si sólo son mis restos, es lo que yo fui y sentí en ese instante. Sigo siendo inmensa pero también extensa y sigo alimentándome de letras y más letras. No importa cuando me leas, siempre voy a tener algo para decirte porque las palabras nunca se me acaban. Se me puede apagar cualquier tipo de fuego pero lo que de algo estoy segura es que todos esos restos es lo que me hace real, es lo que me hace ser hoy y lo que seré mañana. Así que si alguna vez te preguntaste si me arrepiento de todas mis letras pues mi respuesta siempre será la misma: Estoy hecha de puño y fuego y cuando sienta que el mundo se esté acabando voy a echar chispas como si nunca se hubiese acabado.

-itsskys

Déjà vu de emociones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora