Ansiedad ~ Parte I y Parte ll.

7 0 0
                                    

Parte I.

Siento que no tengo fuerzas y que me estoy derrumbando y que mis aflicciones cada vez son más grandes pero no me llevan a ninguna parte. Siento que estoy perdida y no sé cómo encontrarme.
¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Por qué?
Mis puntos me están llevando más allá de lo que puedo y no sé si alcance a sobrevivir, espero que sí.
Esta noche voy a dormir pero voy a dormir sin la certeza de qué será de mí. Siempre estoy esperando lo peor y no sé cuando eso va cambiar...
Y no quiero estorbar pero quiero mejorar y quiero estar bien, ansío estarlo.

Parte ll.

Cuando creí que me había estancado entonces empecé a flotar de nuevo y ya no vi un mar de muertos.
Lejos de ser todo lo que esperaba fue mucho mejor y mi sonrisa se ensanchaba, los ángeles brillaban y volví a tener esperanza otra vez.
Ilusión, menos fragilidad ante las cosas y me di cuenta que entre tanto tambalearme al final si encontré la cima del mundo, la cima de la montaña y la cima de lo que siempre creo haber perdido.
Sin embargo, es cuando me doy cuenta que no perdí nada, ni si quiera a mí misma y todo lo que me rodea y luego pienso, pienso y pienso.
Por más que lo hago lo único que concluyo es que divago entre mil olas, día a día; Sumiéndome en algo tan inmenso que no conozco, algo que me da miedo pero que a fin de cuentas no lo hizo.
Al final no terminé consumiéndome y cualquier escritor antes del siglo veintiuno me criticaría por usar tanto la palabra consumirse.
No los culpo, al día de hoy yo también lo hago.
Mientras tanto, sigo amando hacerlo:
Ya no me consumía a cuestas, ya no llovía a cántaros y la angustia que sentía en mi pecho se había ido; al menos por ahora. ¿Y sabes qué es lo más bonito del mundo? Saber que si pude, que lo logré, y que ya no es un día más cualquiera, es un día más donde me he demostrado que las aflicciones no iban a permanecer nunca en el corazón y que no debía permitir arrancármelo sin tanta delicadeza sin antes no llegar o al menos intentar llegar al viernes.
Entonces estuve así 🥺 y mis ánimos subían en vez de bajar, las lágrimas ya no eran tan saladas y se estaban volviendo escasas.
Sentía un nudo en la garganta pero ya no era tan espeso y comprendí que así es como debía ser y así se veía la ansiedad dentro de un punto donde ya no era un día menos, era un día significativo más.

Lo escribí en dos días diferentes de la tragedia.

-itsskys.

Déjà vu de emociones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora