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POV Hoseok

No estaba en condiciones de ir a ningún lugar decente en este momento, así que esperé hasta que anocheciera. El tiempo se me hizo jodidamente eterno. Cuando el sol al fin se puso, me coloqué un jockey y unos lentes que encontré en la guantera y comencé a recorrer las ahora oscuras calles de Seúl.

En este momento lo menos que me importaba era la apariencia de la persona, así conduje hasta uno de los sectores bajos -ahí encontraría algo con facilidad- y así fue. Al llegar al lugar no me costó mucho encontrar gente. Un grupo de mujeres se encontraban al otro lado de la calle de donde me encontraba -asquerosas prostitutas- toqué mi bocina y todas voltearon. Rápidamente se acercó a mí una alta peli rubia.

- Hola hermoso ¿buscas algo interesante para esta noche?- me preguntó sonriente.

- Mmm, no lo sé ¿tú podrías ayudarme a encontrarlo. preciosa?- dije coquetamente para seguirle el juego.

- Por supuesto que sí- respondió mi coqueteo.

- Entonces sube- le pedí.

Lo hizo en seguida.

- ¿Dónde iremos hermoso?- preguntó expectante.

- Mmm, no lo sé -dije poniéndome en marcha- ... pero te haré llegar al cielo.

Las malditas imágenes volvieron a aparecer a los minutos.

- Chúpamelo- le pedí mientras conducía.

Sin decir nada llevó sus manos a mi entrepierna y comenzó a masajearla.

- Nada de juego previos, quiero mi pene en tu garganta ahora- dije sin pelos en la lengua.

- Lo que ordenes- me respondió.

No le costó desabrochar mi pantalón, en un segundo mi hombría se encontraba liberada. Acercó su cara a el y lo tomó completamente. Comenzó a subir y a bajar mientras jugueteaba con su lengua -esta tipa sabía lo que hacía- no fue necesario hacer mucho para ponerme como roca. Mis impulsos ya no daban más. Subí ambos vidrios -polarizados- y detuve mi marcha. Me estacioné en un lugar aislado.

La peli rubia seguía en su labor, tomaba toda mi longitud, pero aun así quería más. Con fuerza llevé ambas manos a su cabeza y la pegué contra mí. No hizo nada, solo esperó a que la soltara, escupió a un lado y volvió a tomar mi pene. La pegué contra mi otra vez, de nuevo no se resistió -al parecer esta perra estaba acostumbrada a este tipo de tratos-.

- Te gusta sentir mi pene en tu garganta ¿verdad?- la tipa asintió.

Dejándome llevar la tomé del pelo y comencé a hacerla subir y bajar con rapidez hasta que mi semen inundo su boca, pero la muy puta lo tragó todo. 

Intentó besarme, la alejé.

- Veo que te gustan las cosas rudas preciosa, así que supongo que no te negarás si te pido una cosa o dos.

- ¿Qué tienes en mente?- habló coquetamente.

- Quiero tus manos sobre la parte trasera de la cabecera.

Obediente volvió a su lugar y llevó sus manos detrás del asiento. Sin perder tiempo saqué una huincha de la guantera y amarré sus manos. excitada me pidió que entrará en ella. Apresurado moví el asiento para atrás y me gané delante de ella, llevé mi mano a la palanca al lado del asiento y este cayó ante la acción -joder ya no podía más-. Tomé un poco más de huincha y la puse en su boca.

Comencé a desabrochar su vestido, me sorprendí al ver que no tenía ropa interior. Me miró coquetamente.

- Joder, eres una perra- le comenté.

Detrás de su sonrisa (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora