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POV Yoongi

En mis veintiséis años de vida he pasado por muchas cosas. Mis padres murieron cuando aún era un niño, no los recuerdo mucho, si les soy sincero, solo sé que un día fueron de viaje y jamás volvieron. Luego del accidente, mi tío Siwon me llevó a vivir a su casa junto a su mujer y su hijo, desde entonces he vivido con Hoseok. Cuando pequeño era muy dulce y alegre, tenía una presencia un tanto abrumadora, por lo que normalmente intentaba alejarme, pero siempre me buscaba, con el tiempo fue natural el encariñarme de él. Cuando tenía problemas siempre nos hacía berrinches a mis tíos y a mí, era el niño consentido de la casa y siempre hacíamos todo por verlo feliz. Una parte de él cambio a los diez años, mi tía se fue con otro hombre y eso le afectó enormemente. Hoseok se volvió un niño más callado, ya no nos contaba todas sus cosas, ni intentaba llamar nuestra atención. Siwon tampoco hizo su parte como padre, de a poco se fue alejando de nosotros, pasando la mayor parte del día fuera de la casa. Como pude con mis doce años intenté compensar la falta de ambos y con mucho esfuerzo logré volver a ver parte del antiguo niño alegre, pero todo se fue a la mierda a sus quince años.

Un día mi primo quedó de encontrarse con mi tío en cierto lugar- algo muy raro, la relación de ambos se había roto, ni siquiera vivíamos juntos. Mi tío había dejado la casa, su situación era muy mala, estaba lleno de deudas y su empresa estaba por quebrar. Supongo que quería volver a acercarse a su hijo, lo único bueno que le quedaba- me pidió que lo acompañara, pero en ese entonces solo quería salir con mis amigos, disfrutar y tener sexo como un típico adolescente, así que me negué -el error más grande que he cometido en toda mi vida, jamás me lo perdonaré- mi primo salió ese día, pero no volvió. 

Esa semana fue la peor semana de mi vida, no había señales de Hoseok, era como si se lo hubiera tragado la tierra. Siwon para empeorarlo todo, no fue de gran ayuda, según él, no tenía los medios suficientes para encontrarlo. Yo ya lo daba por muerto, hasta la séptima noche, en donde sin más llegó a casa, pero ya no era el mismo, lo había perdido para siempre. 

Su condición física era deplorable, con suerte podía mantenerse en pie, su cuerpo estaba muy maltratado, pero eso no era todo, lo peor no era su cuerpo, lo habían roto por dentro. Esa semana Hoseok fue secuestrado por cuatro hijos de puta. Cuatro hijos de puta que lo abusaron, violaron y torturaron. Cuatro hijos de puta que no tuvieron piedad de un niño de quince años y lo hicieron ver la peor parte del ser humano... Cuatro hijos de puta que terminaron de romperlo por completo. 

Desde entonces todo cambió. 

Al pasar el tiempo mi primo comenzó a hacer cosas impensables, no lo noté hasta sus dieciocho años. Hoseok había abusado y matado a una mujer en casa, lo encontré sonriente en su cama con el cuerpo sin vida. Al verme no intentó ocultar nada, me confesó que no era la primera vez que lo hacía, su cuerpo lo pedía, necesitaba abusar de otros para encontrar su propio placer. Desde entonces me volví cómplice de sus actos, mi tío había vuelto a restablecerse así que tenía dinero para callar a las víctimas de Hoseok y bueno las que no tenían tanta suerte, las hacía desaparecer.

Al pasar unos meses descubrí una parte oculta de él, una que no me había contado cuando me reveló todo la última vez. Ese día no podía dormir, por lo que bajé a la cocina por un vaso de agua, pero un ruido me detuvo en el camino y venía desde su habitación que estaba abierta. Se escuchaban como quejidos de dolor, pensé que tenía una pesadilla y fui a calmarlo, pero no estaba durmiendo -para nada- estaba desnudo, sentado sobre su cama y al lado de él había un cuchillo con sangre. Mi vista viajo rápidamente por su cuerpo, buscando alguna herida, hasta llegar a sus brazos, una de sus muñecas sangraba. Pensé lo peor por lo que me dirigí de prisa hacia él, pero me detuve al ver que llevaba dicha mano a su entrepierna y la comenzaba a masajear, Me perdí un poco en su imagen, hasta que vi que golpeaba fuerte sus piernas con una fusta -que sostenía en su otra mano- pegando un grito. Sin pensarlo entré a su pieza y le recriminé lo que hacía, no podía creer que estuviera maltratando su cuerpo. Hoseok al verme se sorprendió -supongo no esperaba verme ahí a esas horas-. Pensé que se disculparía por sus actos, que me prometería no hacerlo más, que se enojaría, o cualquier cosa, pero jamás pensé que escucharía lo que salió de su boca. Me miraba con lujuria -su mirada penetraba la mía, como nuca antes lo hizo, dejándome completamente expuesto a él-  hasta que en un momento me habló. Ni siquiera buscó las palabras adecuadas, simplemente me pidió que tuviéramos sexo. Quedé pasmado al escucharlo, no supe cómo reaccionar, estaba atónito. 

Sin obtener una respuesta me tomó de la mano y me acercó a él, miré su muñeca lastimada y pedí que fuéramos a curarla, pero me ignoró. Velozmente sacó mi polera y tomó mi boca -no pude negarme a sus besos-. Sus manos bajaron a mi entrepierna y acariciaron mi bulto, que rápidamente reaccionó al contacto. Con mis hormonas alborotadas a mil por ciento lo tiré sobre el colchón, abrí sus piernas, alcé su trasero y dirigí mi lengua a su orificio, ya había tenido relaciones sexuales con otros hombres así que sabía lo que debía hacer a la perfección. A falta de lubricante comencé a prepararlo con mi saliva, él pedía que entrara sin más, pero no podía hacerle eso, así que al cabo de unos minutos cuando se encontró lo suficientemente dilatado entre en su interior. Realmente pensé que no debía hacerlo, pero él lo quería, lo necesitaba y si soy sincero yo también. Con prisa comencé a introducirme en él, su respiración se volvió inestable, a los minutos gritaba mi nombre y rogaba que lo golpeará, dudé, pero aun así lo complací. No sé cuánto tiempo estuvimos así, solo recuerdo que al terminar me pidió que no lo dejara y cómo podría hacerlo con lo vulnerable que se veía. Desde entonces hemos tenido ese tipo de relación, ya han pasado años así que sé cómo complacerlo y aunque aún no pueda entenderlo del todo siempre estaré ahí para Hoseok.

Olvidé mencionarlo antes, hace más de un año comencé una relación con Park Jimin. Él es mi compañero, ambos cursamos el último año de derecho y sí como lo dije antes, aun estando con él mantengo esta extraña relación con Hobi, no sé si cuente como infidelidad, me gusta mucho Jimin él es mi pareja, pero no puedo alejarme de mi primo, es parte de mí. No puedo describir lo que siento por él en palabras, solo puedo decir que nunca podría abandonarlo, menos con todo lo que ha vivido, pero dudo que Jimin o alguien en el mundo lo entienda, por eso nadie puede saberlo, esto es algo entre Hoseok y yo.

Por último y para terminar este monólogo, faltó comentar algo de suma importancia y es el paradero de los cuatro bastardos. Luego de años de búsqueda y mucho dinero invertido, con Hoseok encontramos a tres de los cuatro infelices. Como han de suponer dos de los malditos ya están quemándose en el infierno, pagaron con creces sus pecados, el tercero lo tenemos aún cautivo, hasta que nos dé el último nombre que nos falta. Es un pez gordo, al igual que el bastardo que nos falta, así que debemos hacerlo con mucho cuidado, para que la policía no nos encuentre. Puede que se pregunten el por qué tomamos la venganza en nuestras manos siendo dos prominentes futuros abogados, y pues no hay mucho que decir, decidimos seguir los pasos de nuestra familia, pero esos mal nacidos no merecen un juicio, lo que merecen es estar tres metros bajo tierra... Bueno, supongo que muchos pensarán lo mismo de nosotros con los actos de Hoseok y por consecuencia los míos, pero ¿qué les puedo decir? las cosas están hechas, lamento que se vieran involucradas, pero lo siento, jamás nos encontrarán y menos podrán culparnos de algo. Realmente lo siento.

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Skr💜💜

Detrás de su sonrisa (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora