Reencarnado como Ikaros en DxD

Capítulo 4: Antes de la Tormenta.

[Facción Bíblica]

Pov Narrador.

Desde el día que Ikaros se deshizo de sus ataduras así despertando de su largo sueño, todo el cielo se había vuelto un total caos ya que bueno, eran los únicos que reconocían a la responsable de que su expansión en los dominios griegos se haya cancelado y claro con las aclaraciones de los supervivientes terminó por enterrarlos.

Ya que darse una idea de un ser con las mismas apariencias que ellos con alas rosadas, una aureola y sobre todo que es capaz de destruir una ciudad completamente de un solo disparo sin la necesidad de mucho esfuerzo les terminó provocandoles que sean sometidos fácilmente a un tratado de "paz" con Poseidón ya que los dioses decidieron que era justo siendo que su hija fue la responsable de hacerse cargo.

En la sala de reuniones se disputaba una dura discusión entre los serafines y unos cuantos arcangeles importantes del cielo, esta discusión no se trataba de los problemas con las otras facciones o de los eventos de hace una semana.

Seráfin1: ¡¿Por Qué tenemos que hacerlo?! .-se quejo molesto.

Serafin3: ¡Están dementes si creen que apoyaremos esta locura!. -apoyo con otra negativa.

Serafin2: ¡¿Pero es que acaso son ciegos?!, ¡No podemos dejarla a la deriva es solo una niña!. -gritó a todo pulmón lo último.

Serafin4: ¡¿Es que acaso se hacen llamar así mismo angeles?!, ¡Tenemos que dar nuestro apoyo o realmente moriremos!. -refuto con razón en sus palabras.

Aquel serafín fue apoyado por muchos de sus hermanos de la sala dejando así solo a pocos que estaba en contra dejando solo a 2.

Pero en cuanto la reunión no podía animarse más, hizo su aparición cierta ángel azotando la puerta de manera alterada llamando la atención de todos sus hermanos.

Gabriel: ¡¡Michael!!, ¡¡Ya llegaron!!. -grito alterada estaba en claro lo asustada que estaba mientras el mencionado se paró rápidamente de su asiento y se dirigió rápido a recibirlos pero paro en seco alado de su hermana.

Todos los ángeles detrás, todos ellos sentados en aquella gigantesca mesa estaban sudando frío con leves temblores de miedo siendo vistos por la misma Gabriel que no entendía en lo absoluto por sus reacciones por lo que curiosa voltearia detrás suyo terminando saltando un poco terminando de la misma manera que sus hermanos pero al estar más cerca tenía leves escalofríos recorriendo en su espalda y seguida de que sudaba a mares sus piernas tambaleaban a la presión asfixiante que transmitían ambas figuras divinas.

Hermes: que cálida bienvenida.  -dijo con un tono amable ignorando el ambiente y las reacciones asustadas.

Gabriel: E-E, P-Po... -tartamudeaba nerviosa sin lograr hablar bien ante la presión que sentía.

Hermes: ¿jhmmm?... -se percató un poco de la angel con curiosidad sobre saltando a Gabriel haciendola sudar frío.

Tan solo verla por alguna razón, Hermes mantuvo su dedo en el mentón de manera pensativa con tan solo ver la apariencia de Gabriel le hizo recordar mucho a su pequeña ángel, sus alas aunque no eran igual de bellas que su niña aun le hacían traer nostalgia, el rostro hermoso de la ángel no se comparaba mucho al de ella pero aun así suponiendo la energía que generaba inocencia y amabilidad le hizo sentir nostalgia al dios que le hizo recordar la imagen de Ikaros.

Su hermano al notarlo en ese modo dio un suspiro exasperante, ya estaba cansado mentalmente con el encargo que estaban llevando.

Ares: jhmm, ¿Quien está a cargo?. -preguntó con un tono serio ya irritado ante la patética actitud de los ángeles.